Capítulo 12

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La mayoría de las personas son tan felices como decidan serlo.


Cuando Leo llegó a casa después de visitar a los optimistas, se sorprendió porque Ken no quería acompañarlo como siempre ese día, ya que le había dicho que tenía algo importante que hacer.

— ¿Tú preparaste todo esto? — dijo Leo sorprendido al ver su casa, redecorada con velas por todas partes.

— Si, quería sorprenderte — le contestó muy alegre Ken.

— Ya veo — dijo sonriéndole y acercándose a él.

— Espera... todavía hay más.

— ¿Más?

— Si... más — y pasándole una pequeña bolsa de regalo continuó — esto es para ti...ábrelo.

— ¿Y esto que es? — dijo Leo con los ojos muy abiertos al abrir la bolsa.

— Un pequeño juguete... ven vamos a estrenarlo — dijo pícaramente Ken.


Leo no entendía absolutamente nada, pero decidió seguirle la corriente a Ken, a veces la espontaneidad de Ken lo sacaba de quicio, pero en otras ocasiones le robaban auténticas sonrisas de amor y simplemente se dejaba llevar por él y sus ocurrencias.

Al entrar a su habitación nuevamente Leo sea había quedado sin palabras, estaba todo decorado con más velas pero estas eran aromáticas, lo que le daba un aspecto diferente al lugar, además de que todo estaba organizado con mucho cuidado, las sabanas era de otro color, a juego con las cortinas que Ken también había cambiado.

— ¿Vas a decirme para qué es esto? — dijo Leo señalando nuevamente la bolsa de regalo.

— Ya lo veras, no seas impaciente — le dijo Ken quitándole la bolsita y dejándola a un lado de la cama — por ahora solo quiero disfrutar de ti.

Ken se acercó a Leo para besarlo, e inevitablemente este correspondió a su beso de una manera feroz. Mientras Leo se ocupaba de los labios de Ken, el otro lo hacía con su camisa, que comenzaba a desabotonarla con urgencia.

Unos minutos después ambos ya se había desecho de la mayoría de sus prendas, y las caricia en los cuerpos de cada quien eran cada vez más intensas, los latidos de ambos corazones estaban al límite.

Recostándose en la cama Leo tuvo mayor acceso al cuerpo de su amado novio, besó y succionó gran parte del cuello de este, mientras sus manos se ocupaban de acaricias el vientre y los pezones del mismo. Y después de quitar el resto de prendas sobrantes, continuaron con más caricias a lo largo y ancho de todo el cuerpo.

Ken interrumpió las caricias de Leo, incorporándose en la cama para quedar sentado frente a él, le dio un pequeño beso en los labios y se inclinó a buscar la bolsa de regalo que hacía unos momentos le había regalado a Leo. De ella sacó un pequeño objeto en forma de huevo, lo sacó de su empaque y de su interior, sacó una pequeña bolsita de lubricante.

Leo que lo miraba atento no dijo nada, hasta que Ken terminó de untar de lubricante el interior y la pequeña entrada del huevo, y mirándolo a los ojos dijo:

— Esta es mi manera de agradecerte por ser tan comprensivo conmigo y por todo el tiempo que me has hecho tan feliz, solo te pido que no te asustes.

Y al escucharlo comenzó a sentir algo de miedo pero lo dejó seguir. Entonces Ken le explicó para que era el tan dichoso huevo (llamado correctamente tenga eggs) y sin más se acercó más él, y comenzó a besarlo nuevamente, entonces con el objeto en la mano, Ken se lo colocó a Leo en su ya erecto miembro, y comenzó a masturbarlo con el.

Diez [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora