Narra Mía.
- Hey, tranquila-dijo Madison abrazándome.
- Trato -contesté, haciendo una mueca -, pero estoy muy molesta.
- Tú tienes que escucharlo, como sea. No sabes si así fueron las cosas realmente -esa vez fue Belén quien habló.
- Pero si los vi -lloriqueé -. No quiero hablar con él.
- ¡Que cobarde!
- Belén, sé que si lo veo lloraré.
- Él está ahí afuera hace una hora espérandote, ve o se molestará.
- ¿Más molesto de lo que yo estoy con él? -pregunté molesta -, no lo creo.
- ¡Mía, abre la puta puerta! -gritó Justin.
- No -contesté.
- Debemos hablar.
- ¡No tengo nada que hablar contigo!
- ¡Mía!
Madison se levantó y fue hacia la puerta, la abrió y de repente Justin entró empujándola, totalmente molesto.
«¿Qué yo no debería ser la molesta?»
Rodé los ojos tapando mi cara y escondiéndola entre mis piernas.
- Justin, vete por favor -habló Madison -. Ella aún no quiere hablar contigo. Te dijimos que te avisaríamos cuando ella quiera.
- Madison, tú no te metas en lo que no te incumbe -espetó él -. Necesito hablar contigo, Mía. Por favor, sólo escúchame. No quiero que tomes decisiones tontas.
- ¿Para ti es insignificante lo que hiciste? -levanté la cabeza y me destapé la cara -. No voy a dejarlo pasar. ¡No fuimos novios, sí! Pero estábamos intentando algo después de que Cameron me engañó. ¿Crees que es tonto lo que digo? ¿piensas que soy exagerada? Ya me había pasado una vez, no quiero que me vuelva a pasar.
- No pienso que lo sea, nada de esto es tonto. Sólo que no quiero que tú digas algo de lo que te puedas arrepentir.
- ¿Si digo que lo dejemos? -pregunté levantándome de la cama.
- Fue un sólo beso.
- Un beso, exacto. Y no sé si puede volver a pasar si seguimos avanzando esto.
- Te aseguro que no volverá a pasar, ¿si? -frunció el ceño-. Íbamos bien, estamos bien.
- No, yo no estoy bien. No sé cómo estarás tú, pero yo no lo estoy.
Él se acercó y me abrazó.
- Justin, dejemos esto. Vimos que no sirvió, ya no.
- Nos gustamos, ¿porqué no podemos?
- Porque no sirve que estemos juntos, no funcionará. Ya fue, no sigamos.
Escuché el sonido de la puerta indicando que las chicas se habían ido.
- No pienses así -dijo besando mi frente -. No te rindas. Puede que funcione, sólo sigamos intentando. Y si..-
- Okey -me separé de él -. Entiende que al final nosotros no podremos estar juntos, ¿si? Somos distintos, nunca vamos a acoplarnos.
- Te quiero.
- Yo también, obvio que te quiero. Éramos amigos antes de intentar algo y seguiremos siendo amigos, no importa qué, seguiré siendo tu amiga.
- Yo le pedí que venga unos días.
- ¿Por qué? -pregunté frotando mi brazo, nerviosa.
- Hablamos de lo que en algún momento pasó, algo nada serio, y quedamos como amigos. Entonces, queríamos hablarlo mejor y ella aceptó venir. Yo hace unas horas la fui a buscar para que venga y bueno, ella me abrazó todo el camino y de repente me besó -sonrió incómodo -, yo por instinto le seguí el beso. Cuando ella se alejó, sólo dijo que ya no era lo mismo. Y ahí fue cuando los chicos me preguntaron qué pasó y Jayde les dijo que nos besamos. Los chicos me contaron que tú estabas molesta y yo supe porqué.
- Ella está muy mal -solté una risa amarga -. No entiendo porqué esa estúpida obsesión con estar enterada de todo lo que te pasa.
Él asintió. Acercó su rostro al mío y puso sus manos en mi cintura, coloqué mis manos en su abdomen y le sonreí incómoda.
- Ju-Justin -susurré -, que ya no sigamos.
- ¿Cómo me resisto a tocarte?
- Sólo amigos.
- Me gustas -tocó mi mejilla.
- ¡Muy lindo todo, pero tenemos que salir! - entró Jack gritando -. ¡Vamos!
Me agarró el brazo y me alejó de Justin sacándome de la habitación.
- ¿Qué pasó?
- Lo dejamos -respondí, escondiendo mi rostro en su pecho.
- Aw, mi princesa -acarició mi cabello -. Estarás bien, yo estaré contigo.
- Gracias, Jack.
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