Capitulo #001

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Debía reconocerlo, estaba triste o más bien enfada. ¿Pueden creer que mamá como si nada me acababa de decir que esta noche nos mudaríamos a Canadá? De inmediato odie la idea, y es que uno no puede dejar tan fácilmente el lugar en el que ha vivido casi de 16 años. Decidí irme a un parque cercano a casa y me gane en una banca algo pensativa, mis ojos estaban llenos de lágrimas simplemente debido a la rabia, quería desconcentrarme por lo que mire mí alrededor y no pude evitar dirigir mi vista hacia un chico que pasaba en ese momento.

Se me hacia raro, y no era solamente porque fuera un encapuchado, sino porque… ¿lleva gafas en invierno? Okey, tal vez no es imposible, pero si extraño. El también me observaba mientras pasaba por delante de mí, por lo que no noto el árbol que había en su camino y… choco con él. Y aunque me hacía gracia la situación, igual me dio algo de pena y no dude en ir a ayudarlo.

--¿Estás bien? –Le pregunte, inclinándome un poco para extenderle mi mano-

--Creo que si –contesto aquel encapuchado, mientras tomaba mi mano y yo lo ayudaba-

--Tal vez sea mejor que te sientes –dije, dirigiéndolo a la banca donde recientemente estuve sentada-

--Gracias –me agradeció una vez que ambos estuvimos sentados

--No te preocupes –dije con una tímida sonrisa-

--Oh… -dijo llevando una mano a su frente -auch –se quejo-

--¿Te duele? –le pregunte con un tanto de preocupación-

-- Solo un poco –dijo con una pequeña sonrisa y me miro -¿estabas llorando? –Me pregunto muy seguro de ello, yo negué con la cabeza enseguida -la verdad es que no puedes mentir –me dijo, pasando uno de sus pulgares por debajo de uno de mis ojos- ¿porque llorabas?

Y aunque parecía que de verdad le importaba saberlo, a mi no me convencía del todo, digo, ¿qué interés va a tener por una desconocida?

--Dudo que te interese saberlo –dije secamente y retire su mano-

--No me conoces como para saberlo –dijo, observándome con detención-

--Exacto –me levante y lo mire -no te conozco, y por eso mismo no pienso hablar de mis problemas con un extraño –dije tal vez algo dura-

--Pero yo… -trato de decir algo-

--Me tengo que ir –le dije- prefiero no hablar contigo –admití con tranquilidad-

--Pero…

Preferí no escucharlo y me di la vuelta para dirigirme rápidamente a mi casa. Que quede claro, no le temo a los extraños porque por algo he dedicado años de mi vida a defensa personal, pero… ¡odio a los chicos! ¡A todos! ¿Y porque? porque simplemente todos son iguales… un asco, y no quiero conocer a otro para darme cuenta que es igual al resto.

En fin, apenas llegue a mi casa arregle todas mis maletas para el viaje de esta noche. No tenía ganas de pensar en mi nueva vida… ¿seré capaz de hacer nuevas amigas? La mayoría de las veces soy poco sociable y es que muchos me ven como un bicho raro, eso se lo debo a mi actitud. Suelo fingir alguien que no soy, una chica dura y algo burlesca, pero si no lo hago, seguramente me veré débil y yo no quiero eso. Extrañare New York, pero tal vez sea para mejor… mamá obtuvo su tan deseado ascenso, y papá… bueno, el se quedara un tiempo aquí en lo que consigue su traslado. Tal vez esto sea bueno para mí, un cambio no le hace mal a nadie, ¿cierto? Eso espero…

****************

La llegada a Stratford no fue la gran cosa, y es porque de cierta forma aun no me sentía cómoda en el que sería mi nuevo hogar. Agregándole cosas malas al día, podría considerar mi no tan deseado cumpleaños número 16, el día del año que menos me gusta… 14 de febrero. ¡Dios! ¿No pude nacer otro día? No se… ¿un 29 de febrero, tal vez? Pero no, tenía que ser en el día de los “enamorados”. Algo que, hasta ahora, no tengo ni la más mínima gana de sentir… creo que el amor es un sentimiento muy complejo que te trae demasiado problemas. Pero hablando enserio… lo positivo es que tengo una habitación suficientemente amplia para tener mi batería ahí, ¡la amo!

"Y así empezó todo"Justin Bieber  ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora