Declaraciones

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Cogí asiento al lado del pequeño moreno, el cual ni siquiera me miraba a los ojos. Seguía molesto y con razón, pero quería explicarme, así que le pedí que me escuchara. Él me concedió su atención al notar cierto tono de desasosiego en mi voz.
Puede que mi aliado no destacara en inteligencia pero, inconscientemente, siempre sabía cómo hacer que me sintiera feliz.

-Verás, Mugi... Luffy-Me corregí al recordar lo que me había dicho hacía unos minutos-, he estado pensando en nosotros y...

-¿Quieres romper la alianza?-Me interrumpió, mirándome con ojos cristalinos, intentando que no notara su dolor al creer aquello.

-¡No, qué va! ¡Todo lo contrario!

-¿Hm?¿Lo contrario?¿Qué quieres decir?- Preguntó inclinando la cabeza hacia un lado, gesto que me parecía lo más tierno del mundo.

-Como iba diciendo, y si dejas de interrumpir, he estado pensando y, al fin, he afrontado que siento algo por ti que jamás había sentido por otra persona.

-¿Qué sientes?-Consultó, confuso.

Di por supuesto que si me declaraba directamente no me entendería, así que preferí ir a lo seguro.

-Esto-Dije, tomando su rostro con ambas manos y acercando sus labios a los míos estableciendo un profundo beso.

Luffy no se opuso, de hecho, me correspondió gratamente. No era como en mis sueños y fantasías; la boca del menor sabía a carne y, como era obvio, no tenía mucha experiencia así que intentó seguir mi ritmo torpemente.
Al notar que nos faltaba aire nos separamos a excepción de un fino hilo de saliva que unía nuestros rojos e hinchados labios.
Al abrir los ojos presencié algo hermoso: las mejillas sonrojadas y los ojos entrecerrados de mi aliado hizo que tuviera ganas de más pero, en lugar de eso, cambió su expresión a una enorme sonrisa y dijo:

-No sé que significa eso pero ¡quiero más!

No pude evitar reír ante la simpleza que tanto me enamoraba del moreno. Obedecí sus deseos y volví a juntar mis labios con los suyos.

-¡Escuchad!

De repente la puerta de la cocina se abrió bruscamente dejando ver a una pelirroja angustiada.

Antes de que pudiera vernos, me aparté de Luffy, el cual, pasmado, no apartaba la mirada de mí, cosa que en parte me gustó y en parte me incomodó a causa de la presencia de la navegante del barco.

-¿Qué ocurre?-Pregunté intentando disimular mi bochorno.

-¡Nos atacan! ¡Es un pirata y tiene a Robin!

Luffy se levantó cambiando completamente su expresión a una de furia.

-¡Vamos!-Gritó mientras me arrastraba con él.

...

Salimos a la cubierta acompañados por Nami-ya, ahí estaban todos los tripulantes mirando llenos de odio al enemigo. A la derecha del barco de los Mugiwara se encontraba otro inmensamente grande, mucho más que el de mi aliado. Encima del mascarón de proa se distinguía a un hombre corpulento y de barba desaliñada. En sus brazos tenía a una desmayada Nico-ya, la cual se encontraba atada de manos con unas esposas de kairoseki.

-¡Hombre, Mugiwara! ¡Qué alegría verte, tenía muchas ganas de este acontecimiento!-Exclamó alegre mientras aferraba con fuerza a la morena.

-¿¡Quién eres tú y por qué tienes a Robin!?-Preguntó furioso Luffy, ignorando por completo lo que había dicho el pirata desconocido.

-Lo sé todo sobre vosotros, chicos. Digamos que he estado investigando. ¡Y con todo también incluyo el hecho de que esta mujer sea la única en todo el mundo capaz de leer los Poneglyph!

Luffy apretaba dientes y puños claramente furioso por el estado de su nakama.

-¡Torao, confío en ti!

Quedé un poco sorprendido por la afirmación del moreno, pero en seguida comprendí lo que quería decir. Alcé mi mano lentamente dispuesto a crear un Room para traer a Nico-ya, pero el enemigo me interrumpió.

-¡Alto ahí, Trafalgar D. Water Law! Si se te ocurre utilizar tu poder, mataré a esta mujer en vuestras narices.

¿Cómo sabía mi nombre completo?

-También lo conozco todo sobre ti, inclusive tus sentimientos hacia el capitán de los Mugiwara.

Todos me miraron confusos, y el muy cerdo rio al ver que me había sonrojado a pesar de que estaba enfurecido.

En ese momento me sentí el ser más patético de la tierra.

-¡Mugiwara, atiende bien: dentro de una semana nos veremos cara a cara en la isla Plum! Si consigues vencerme liberaré a Nico Robin pero, si no lo haces, la esclavizaré y la obligaré a hacer lo que le pida.

-¡Robin no obedecerá a alguien como tú!-Gritó Nami-ya, encolerizada pero temblando de miedo.

-¿Ah, sí? Pues yo pienso que si sabe que su tripulación corre peligro si no lo hace, me obedecerá sin rechistar.

...

El barco estuvo en silencio horas tras ese fatídico encuentro con aquel pirata secuestrador. Al final de la larga conversación con él acordamos en vernos, como había dicho, dentro de una semana en aquella isla, fastidiando por completo nuestros planes de llegar a Dressrosa. Antes de irse con Nico-ya lanzó a la navegante un Eternal Pose que apuntaba a Plum, el punto donde Luffy pelearía con el fin de liberar a su nakama.

Todos estábamos dispersos: Nami-ya dijo que iría a seguir dibujando su mapa, Sanji a preparar la cena, Usopp-ya y Franky-ya jugaban a las canicas en la cubierta mientras Brook-ya tocaba una triste canción en el violín. Zoro-ya, Tanuki-ya, Luffy y yo también nos encontrábamos allí: el espadachín dormía mientras el pequeño doctor lloraba sosegadamente en su regazo. Mientras Luffy y yo estábamos juntos, uno al lado del otro, sentados sobre el césped y sin decirnos nada.

-¿Sabes, Law?-Pronunció el moreno mientras rozaba con su mano la mía-Me gusta cuando estás a mi lado. Es una sensación extraña, pero me gusta.

Sonreí y enredé mi dedo meñique con el suyo.

-A mí también me gusta.

-¿Puedes hacerlo otra vez?-Preguntó sonrojado.

-¿A qué te refieres?

-A lo que has hecho antes, ya sabes... lo de los labios...

-¿Quieres que te bese?

-¡Sí!-Afirmó alegre y convencido.

Miré hacia todos los lados posible para comprobar que estábamos solos pero, para mi desgracia, no era así.

-Lo siento, Mugi... Luffy, pero pueden vernos.

-¿Hm? ¿Y qué?

Eso quería saber yo: ¿y qué?
¿Por qué me importaba tanto que la gente viera cómo nos besábamos si era lo que, desde que conocí al moreno, había deseado?

-No estoy preparado-Dije finalmente, cabizbajo.

Luffy apoyó su cabeza en mi hombro mientras sonreía.

-No pasa nada, Torao. Mientras estés a mi lado, juro que nada te lastimará.

ProvisionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora