Break The Distance (Samuel De Luque Y Tú)

~Último Capítulo~

Me siento tan afortunada. Afortunada de haber roto la distancia; de haber visto a mis ídolos físicamente, y he de admitir que todos son más guapos en persona; afortunada de tener a Samuel. Y no es la primera vez que me pregunto: De no conocerlo, ¿qué sería de mí en este momento?; De no haber puesto ese primer video suyo, ¿quién sería yo ahora? No me lo imagino, porque creo que de una forma u otra iba a terminar enamorada de la delicia de persona que es Samuel de Luque.

Samuel P.o.V.:

-¿Nos montamos? -le dije a _____ señalando la rueda de la fortuna que se encontraba cerca de nosotros. Decidí traerla a un parque temático antes de que se fuese de vuelta a su país, ya saben, para disfrutar un poco más mi poco tiempo con ella.

-Claro. -dijo sonriendo tiernamente. Qué ganas de agarrar sus mejillas y apretujarlas. Sin embargo me limité a tomarla de la mano y encaminarnos hasta la rueda gigante.

-La montaña rusa fue lo mejor, si no tomamos en cuenta que Alex vomitó el alma.

-Yo también lo hice... en mi mente. -Le digo y reímos para volver al silencio y contemplamos la vista desde lo alto.

-Los voy a extrañar mucho... especialmente a tí. -Dice mirando hacia el exterior y mi corazón se rompe un poco.

-Nosotros también te extrañaremos, especialmente yo. -Le sonrío cuando levanta la mirada y tomo su mano. -No será una despedida para siempre.

-Eso espero.

-Shhhh sh sh, si yo digo que no es para siempre así será; tú hazme caso.

______ P.o.V.:

Y Samuel entra en acción, como siempre haciéndome sonreír, como siempre siendo la luz de mis días más oscuros, como siempre siendo él. Suelto una risita y él me sonríe.

-Cuando levantes la mano hacia el cielo lleno de estrellas seguiremos conectados... por nuestros corazones. -Dice dramáticamente y no puedo evitar reír de nuevo.

-Gracias -hago una pausa y continúo- por hacerme tan feliz, por estar conmigo incondicionalmente. Gracias, por todo, de verdad.

-Gracias a tí.

-¿Por qué?

-Por cambiar mi vida. -Su sonrisa es dulce y me la contagia, se ve tan lindo.

-Te amo. -agacho la cabeza levemente porque lo que digo es un poco vergonzoso.

-Yo también. -El silencio vuelve a nosotros, yo sólo apoyo mi cabeza en su hombro y miro nuestras manos entrelazadas. Entonces vuelve hablar. -No dejemos que la distancia vuelva a separarnos.

Busca mi mirada con la suya, entonces se encuentran nuestros ojos, llenos de tristeza y felicidad, llenos de amor y esperanza; nos dedicamos una mirada profunda y dulce, de esas que no deberían terminar; y entonces nos encontramos ahogando nuestras preocupaciones en los labios del otro. Demostrando nuestros sentimientos en el movimiento de nuestros labios, una danza celestial. Y la rueda de la fortuna avanza, ya estamos de vuelta cerca del cielo y las luces de la ciudad de L.A. nos abrazan, nos saludan, congelan el momento y justo ahora, al menos justo ahora, estoy siendo muy feliz.
Ni la distancia podrá separarnos.