Seis

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Bill se recargó en el sofá de su nueva habitación. No estaba para nada mal, pero tampoco era un lujo como su verdadero hogar, personalmente, era un acogedor pequeño lugar, aquel en el que había estado hasta su muerte junto a Will desde que se habían mudado. Es muy cierto que es un disparo al aire querer llevarse el dinero a la tumba, pero no era su caso, le hubiese gustado tener todas sus riquezas en sus manos, pero una pequeña parte de estas habían sido utilizadas con prudencia por Dipper. ¿Acaso debía reclamarle algo? Claro que no, después de todo estaba técnicamente muerto.

Se había ganado el papel del delincuente y no podía dejar que nadie lo viese, según su ex, ya verían que hacer más adelante, ¿Cuándo? Estaba perdiendo tiempo de oro y a él no le gusta derrochar dinero, quería abrazar a su hermano y ver a sus amigos. Dejó caer su cuerpo por completo y se acurrucó hacia el lado derecho así podía apreciar la vista que le otorgaba el cristal de la ventana, pero aun así era horrible, debía enfocar con mucho esfuerzo su vista y no lograba mejorías.

-Esto es una mierda-murmuró para sí a lo que sacaba un cigarrillo del bolsillo de sus pantalones. Con mucho cuidado abrió el gran ventanal y salió al balcón sin abrigo, no la cerró de vuelta, quizá el aire fresco purificaría el extraño olor a muebles viejos que había en el interior. Prendió el cigarrillo sostenido por sus labios y se recargó de espaldas contra la pared, no era la vista más hermosa que había visto pero al menos no había ruido a causa de la hora, el sol ya se había ausentado y veía varios puntos blancos en el cielo, al igual que en la tierra.

A pesar de la poesía que generaba su cerebro eso no le inspiraba ni muerto, y claro que era la persona indicada para decir eso. El paisaje no era más que un fondo, podría usar un cielo estrellado para que esté en segundo plano, detrás de un cuerpo humano, muchos de esos recuerdos lo llevaban a cuando tenía diez y seis y se sentaba alejado de las personas en sus clases en la academia de arte. No se consideraba antisocial pero aun así tenía razones para serlo, sufrimiento a aquellas chicas que se rieron de él cuándo respondió a una pregunta que ellas mismas le habían formulado, ¿para qué preguntaban? ¿Acaso era tan de otro mundo que trabajase? Estúpidas, si tan solo supieran que vivía solo con su hermano. Dentro de todo disfrutaba esas clases, separado del resto escuchando su música, a veces le bajaba el volumen para escuchar las conversaciones de las mujeres de todas las edades sin que se enterasen, pero con lo chismosas que eran le sorprendía que no se hayan dado cuenta. Testigos de Jehová se hacían llamar, había tantas críticas que se criticaban a ellas mismas sin darse cuenta, y si hubiesen sabido que Bill era gay, ¿lo hubiesen echado? Porque era academia de arte pero parecía confesionario, necesitaban casarse y tener sexo de una vez. Aun así, tenía sus momentos de reflexión y tranquilidad mientras pintaba algo que le gustaba, como figura humana, trajes, o caras, era lo que más le relajaba, mientras no escuchase el parloteo a su alrededor.

Tiró la colilla casi consumida del cigarrillo y volvió adentro cerrando el ventanal tras de sí. Aun después de sus veintes se sentía como un adolescente al estar saliendo de su habitación con el propósito de respirar aire fresco, sin antes olvidar unos dólares. No recorrió mucho, estaba alojado en el primer piso y con algunos pasos salió al exterior del edificio, caminó hasta el mercado más cercano  que se encontraba a apenas una cuadra de allí pero haciendo tiempo solo para darle más lugar a sus pensamientos. ¿Recordaba cómo conoció a Dipper? Claro que lo hacía, era imposible olvidar cuando Will le dijo que iba a invitar un inquilino, que Bill interpretaba como que un vividor iba a meter su cabeza en el refrigerador, si le hubiesen preguntado, no le gustaba la idea. Y aquel miembro nuevo en la casa lo saludó cuando este estaba pintando y escuchando música, se sintió en la academia de arte al tener que sacarse un auricular y saludarlo, pero eso no le molestaría luego, no es que le tenía envidia a su hermano, Pero ¿acaso Dipper no se acordaba de los pequeños detalles? O tal vez era Bill quien escondía muy bien sus sentimientos y después de todo, ese esa su objetivo.

Desliz [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora