Ocho

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De nuevo comienzo de semana ''laboral'', la universidad parece un trabajo de tiempo completo, tiene todas sus características y le pone un límite bastante estricto a la agenda de Dipper, no se pudo inscribir en otras actividades por esta razón. Aun así el dinero que le pasaban sus padres le sobraba porque lo cuidaba, y como lo manejaba con Will, lo mantenía aún mejor.

-Tercer registro mensual, dieciocho de abril de dos mil dieciséis, la Amanita muscaria no presenta cambios en el cuerpo, carece de descuidos pero el tallo ha oscurecido, deduzco es por la misma maduración-dijo Dipper para luego poner el frasco con el hongo dentro frente a la cámara y dar por finalizado el video. Entró a esa pequeña cocina que tenían para comenzar a acomodar los platos y cubiertos, el almuerzo estaba listo y se notaba que Will se había esforzado, en una hora tendrían que ir a clases.

-¿Estás de acuerdo con la reforma del año que viene? Yo no, es demasiada práctica de química y a mí me va mejor en la teoría-habló Dipper, nunca se sentaban a comer sin platicar o al menos articular una palabra.

-Por ahora es solo un rumor pero si llega a ser verdad me daría igual, me va igual de mal en todas las materias-dijo Will sacándole una risa a Dipper.- ¿Sales a algún lado hoy?-preguntó rompiendo el silencio después de unos minutos, ganó su atención muy bien, Dipper se alarmó un poco aunque ni el supiera su propia respuesta.

-No lo sé, quizá-dijo con la boca algo llena, pero a su compañero no le convencía esa respuesta.

-¿Sales o no? Porque yo hoy saldré y quiero saber si la casa queda sola-de alguna manera esto calmo el pulso de Dipper.

-Sí, voy a salir hoy-el primer pensamiento en su cabeza fue Bill, a lo mejor lo vería hoy así que adelantaría su respuesta. Un incómodo silencio volvió a nacer, Will miraba a los ojos de Dipper con cierta desconfianza, se notaba por lo entrecerrados que estaban. Eran verdes como los de Bill y si algo conocía de esos ojos es que hablaban sin voz.

-Dipper, ¿estas saliendo con alguien?-acababa de pisar la mina camuflada cuando esperaba no hacerlo, había intentado taparla con palabras cortas pero Will logró hacer que la pisara igual, ineludiblemente se le subió el color rojo, pero era su vida privada, no tenía por qué andar dando explicaciones, pero un punto importante a tener en cuenta era no ponerse a la defensiva y quedar expuesto.

-No-dijo a la vez que negaba con su cabeza.

-¿Seguro?-preguntó mientras comía otro bocado-no debes sentirte culpable, puedes salir con quien quieras-''muchas gracias'', pensó. Culpable era lo que menos se sentía en ese momento, sarcástico-no puedes aferrarte a Bill para siempre-esto último lo dijo en un tono diferente, un tono que hizo reaccionar a Dipper por lo triste que sonó, juraría que su voz se había quebrado un poco, y no lo arreglaría carraspeando la garganta como hizo luego de decir eso.

-Pero yo lo quiero aún-no sabía porque había dicho eso, pero luego de decirlo no se sintió aliviado, más bien un peso presionó con fuerza su pecho.

-Yo también-vaya sorpresa, la voz quebradiza de Will no había sido una ilusión, hasta sus lágrimas se volvieron reales, tan reales que no pedían permiso para asomarse por sus ojos. No lo había visto llorar así después de Bill murió, él se había vuelto fuerte durante ese tiempo pero ahora se entendía que fue solo una etapa-yo también lo extraño-ya no podía verlo así, se levantó se su asiento y puso una mano sobre su hombro, ¿Qué tanta culpa podía sentir una persona? Tenía un nudo en la garganta que no le dejaba hablar pero trataba de mantener la palabra con todas sus fuerzas, abrazó a su ex cuñado por la espalda mientras repetía ''está todo bien''.

Jornada larga y estresante como todas las anteriores y Dipper estaba saliendo de clases, nunca se iba a la vuelta con Will, sus caminos se separaban a las siete. No estaba seguro si pasar por lo de Ford si se supone que el asunto entre ellos dos ya estaba terminado, Dipper le había pagado y agradecido por demás, ya sabía todo lo que necesitaba saber. No se dio cuenta cuando había entrado en su mundo, dejando de escuchar los ruidos de la ciudad para dedicarse a sus pensamientos. Unos brazos lo rodearon por la cintura haciéndolo saltar del susto y girarse violentamente, sentía que el corazón se le iba a salir por la boca, era Bill, y estaban en un lugar público, casi como el primer día lo arrastró hasta una parte del bosque que se mezclaba con la ciudad, parecida al cementerio.

Desliz [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora