Desliz [Billdip]

Final

Ya en el camino y dentro de la camioneta el viaje de vuelta parecía ser más largo que el de ida, en el asiento del copiloto, Dipper se distraía buscándole forma a las nubes que cada vez aparecían con más opulencia, después de una hora de viaje sin parar el cielo no distaba mucho del paisaje monótono de yerbajos a su alrededor, se veía como toda una masa fusionada y amorfa. Le era posible mencionar la palabra ''rareza'', todo parecía estar bien, o al menos en su gran mayoría, como en un sueño, puedes ver a tus familiares que tienen la cara poco nítida pero sabes que son ellos.

Will dormía con su cabeza apoyada en el vidrio izquierdo en el asiento trasero, uno de sus pómulos que solía ser muy pálido ahora estaba algo azulado, Dipper no estaba imaginando nada, negarlo era como decir que el tiempo les negaba la lluvia en ese momento. Solo hacía falta girar un poco la cabeza y observar a través del vidrio el sector de nubes negras que los perseguía. Dipper descansó su mejilla en el vidrio helado, de alguna manera ese entorno intentaba arrastrarlo hacia las emociones negativas y recuerdos pendientes; de un momento a otro comenzó a frustrarse intensamente.

Como si sus mentes estuviesen conectadas, Bill apretó rápidamente los botones de la radio hasta parar en una canción bastante animada, desconocida para Dipper.

-Cuando tenía catorce años pasaban esta canción en la radio todo el tiempo, yo no tenía horarios para escucharla, pero la radio sí, los tiempos para pasar las mejores canciones están estratégicamente impuestos para que disfrutes las canciones y les des el valor que se merecen, pues es la radio, las escuchas ahora y ya después quizá debas averiguar el título y autor por tu cuenta, y además, las pasan cuando estás pensando en ellas-dijo Bill y sonrió sin apartar la vista del camino.

-Vaya, ¿y esa teoría?-preguntó Dipper, bastante sorprendido por la verborragia repentina.

-La vengo modificando desde los catorce años, a los quince sostenía que había algo detrás de las radio estaciones, podían adivinar cuando era el momento justo de poner una canción y que a Bill siempre le venga de maravilla-Dipper sonrió ante la manera de Bill de contar sus locuras-en unos años más esta teoría estará súper evolucionada y ninguna radio estación podrá negarme la razón-agregó con emoción, Dipper volvió a sonreír y luego volvió a echar un vistazo a las nubes que amenazaban con humedecer el camino, su sonrisa se desvanecía de a poco-claro que...necesito a alguien que herede mis grandes conocimientos y los convierta en algo digno de admirar, Dipper-agregó cauteloso una vez más.

Había algo peculiar sobre aquella manera en la que Bill se había expresado; distinto, nuevo, singular.

La alegría quizá.

No hay tragedia en eso, claro que no, pero es que contrastaba tanto con el momento, ¿es que acaso no se dejaba llevar por el tiempo? Las primeras gotas gordas se desarticulaban contra el parabrisas, incluso hacían algo de ruido al impactar, pronto comenzaban a caer en canon1 y ya había nacido una orquesta de ruido blanco, las nubes negras habían cumplido con las expectativas que generaron gracias a su color.

El trayecto no se veía muy habitado, durante esa hora y media en la camioneta no habían visto ninguna granja, animal, ni siquiera personas, solo un continuo prado seco acompañado por algunas montañas de baja estatura y alguno que otro cartel de tránsito. Como si aquello fuese llamado por los pensamientos de Dipper, un automóvil pasó por el lado contrario de la carretera, era la primera señal de vida además del trio después de tanto tiempo; a los pocos minutos volvió a presenciar otro automóvil, y otro más, ahora la actividad era constante. El limpia parabrisas iba de un lado a otro intranquilamente desde que había comenzado la lluvia, los truenos hacían vibrar las ventanillas, Will y Dipper eran los que más los sentían debido a que sus cabezas estaban apoyadas en ellas.