Capitulo 12.

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Veo como Nicole sigue sentada en la sala de espera de la academia después de que la clase terminó hace más de media hora. No puedo evitar pensar en lo que Neal me contó y en la posibilidad de que esa mujer sea la madre de Nicole.

—Pobre, la han olvidado de nuevo —musita Jesse posicionándose a mi lado.

—¿Otra vez? —pregunto confundida.

Ella asiente.

—La semana pasada. ¿Recuerdas que el viernes te fuiste apenas terminaste? Bueno, su padre vino por ella casi una hora después de que te fueras

—Oh, Dios

Jesse sacude la cabeza.

—Realmente me molesta cundo los padres no recuerdan pasar a tiempo

—Lo sé —concuerdo—. No es bueno hacer esperar a un niño, se sienten olvidados

—Mami, ¿nos vamos?

Sarah aparece de pronto junto a mí, tirando de mis pantalones de licra.

—Claro cariño —acaricio su cabello antes de volver a mirar a Nicole.

Permanece sentada en el mismo lugar, observando a las otras niñas irse junto a sus padres.

—Pero creo que haremos una parada primero —le explico antes de dirigirme hacia Karina—. Karina, cariño, ¿Podrías darme la dirección de Nicole Freud por favor?

Karina me mira con los ojos muy abiertos.

—¿Qué intentas hacer? —pregunta Jesse.

—Bueno, no puedo dejar a esta niña aquí sola —le explico señalando a Nicole—. Puedo llevarla rápidamente a casa

—No sé si eso sea buena idea —murmura Jesse.

—Como si tú nunca lo hubieses hecho para acostarte con alguien —replico antes de volver a centrar la mirada en Katrina—. ¿Me ayudaras?

—Normalmente esto solo se hace en caso de emergencias —sus dedos se mueven con facilidad sobre el teclado—, pero tampoco quiero verla esperar por horas

Le sonrío amablemente.

—Gracias Katrina —tomo un papel que ella me da y tomo la mano de Sarah—. Vamos muñeca, creo que a Nicole le gustará que la llevemos a casa

—¿Iremos a casa de Nicole? —pregunta Sarah esperanzada.

—Si, pero solo a dejarla, luego volvemos a casa con papá

Diez minutos después estoy escuchando canciones infantiles, con dos niñas en el asiento trasero que ríen, gritan y las cantan como si su vida dependiera de ello. Es en momentos así, cuando tengo que andar con Sarah y sus amiguitas cuando pienso en cómo sería tener otro bebe. Sarah y yo ya tenemos una rutina, la cual se vería completamente descontrolada por un hermanito o hermanita, sin contar que Neal ha tenido suficientes bebes en su vida. Así que quizás el sueño de toda niña de formar una familia enorme como alguna vez quise no podrá ser, y estoy bien con eso. Estoy bien con Neal y Sarah.

—¿Puedo quedarme a dormir con Nicole? —pregunta Sarah nuevamente.

—No, cariño, ya te dije que solo vendremos a traerla y mañana tienes escuela

—Pero vamos a la misma escuela —refunfuña Nicole.

—Pero no es la responsabilidad de tu padre llevarlas a ambas —detengo el auto frente a una bonita casa de dos plantas y apago el auto—. Nicole, sé que te gustaría que Sarah pase la noche contigo, y a Sarah también le gustaría, pero no podrá ser esta noche. Ahora abajo, es hora de dejarte en casa

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