Disfrutar de lo prohibido

Capitulo 17.

—¿Un virus? —repito nuevamente.

El doctor Richard, médico pediatra de Sarah desde que esta nació, asiente.

—No es el primer caso de esta semana, Natalie —asegura—. Aparentemente se nos ha venido encima algo viral, pero nada grave que un poco de reposo y algunos antibióticos puedan mejorar. Sin embargo, me gustaría que se quedara un rato más en observación si no les molesta

A mi lado Neal asiente, apretando su agarre en mi cadera.

—Solo queremos que Sarah mejore

—Y lo hará Neal, solo necesita dormir —Richard observa el reloj de su muñeca—. Debo dejarlos un momento. Una enfermera vendrá en un par de minutos a chequear a Sarah, mientras tanto déjenla descansar y tomen un café que les caería muy bien —nos regala una sonrisa de amabilidad y desaparece por el pasillo.

Neal me envuelve entre sus brazos una vez Richard ha salido de nuestro campo de visión y yo me relajo visiblemente.

—No es nada grave —susurro—. Podremos llevarla de vuelta a casa en un par de horas

Él me estrecha contra su cuerpo.

—Estaba un poco preocupado —confiesa.

Aprieto mis manos alrededor de su cintura.

—Lo supe desde el momento en que te pasaste tres semáforos en rojo

Su corta risa hace vibrar su pecho.

—Lo siento si te asuste

—Eras un padre preocupado por su hija, cariño —digo cerrando los ojos.

Neal besa mi frente mientras frota suavemente mi espalda con sus manos.

—Ahora estoy mucho más relajado

—Natalie —la voz de mi padre me hace abrir los ojos.

Salgo de los brazos de Neal y me volteo para verlo en el marco de la habitación de Sarah, pero sin salir del todo de esta.

—¿Si?

—¿Qué te ha dicho el doctor? —pregunta ansioso.

Apenas le llame cuando salíamos de casa para decirle que llevábamos a Sarah al hospital, se vino conduciendo a la ciudad, llegando en un tiempo record, lo que no me agrado en absoluto.

—Es solo un virus —le informo—, pero la dejaran un par de horas más en observación. Solo por prevención

Papá asiente, saliendo del todo de la habitación.

—¿Sigue despierta? —pregunta Neal alejándose para acercarse a él.

Papá sacude la cabeza.

—Dijo que quería dormir un rato más y que no se sentía bien

Los tres suspiramos al unísono.

—Pero creo que debemos calmarnos —continúa—. Si el algo viral como ha dicho el doctor, se le pasará en menos de lo que esperamos. Ya lo verán

—Estaré con ella un rato, pequeña. ¿Por qué no van y se toman un café? —propone Neal.

—¿Quieres que te traiga algo?

Él sacude la cabeza.

—Ya iré yo por algo en cuando me apetezca —se voltea y entra en la habitación cuando mi padre le da el espacio necesario para hacerlo.

Éste se acerca a mí y me abraza reconfortantemente, luego me hace sostenerme de su brazo mientras nos dirigimos a la cafetería. En silencio los primeros segundos, pero repentinamente, él comienza a hablar.