Capitulo 14.

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05:58 am.

He estado despierta, desde hace media hora, observando como el reloj cambia a cada minuto que pasa. Todavía está un poco oscuro afuera, y Neal duerme profundamente a mi lado. Sarah probablemente esté dormida también y yo también debería estarlo, pero no puedo. Una pesadilla sobre Sarah desapareciendo de mi vida me despertó y ya luego no he podido dormir de nuevo.

06:00 am.

Me levanto con cuidado para no despertar a Neal.

Camino en penumbras hacia la puerta y luego por el pasillo hacia la habitación de Sarah, que está un poco más iluminada gracias a la pequeña luz con la que aun duerme. Su brazo y su pierna izquierda están desarropados y sus labios están ligeramente abiertos, justamente es la misma posición en la que Neal estaba durmiendo hace un momento. Sonrío ante la similitud que comparten incluso al dormir y cubro con la manta su brazo y su pierna antes de darle un beso en la frente y salir de la habitación.

No regreso a mi habitación, en cambio voy a la cocina. Mi garganta de repente se siente seca y tomo un vaso de agua, observando cómo los primeros rayos del alba aparecen por la ventana. Me quedé bastante tiempo en el cuarto de Sarah solo observando lo perfecta y hermosa que es y lo mucho que la amo. Sonrío ante mi estúpida pesadilla, porque es algo estúpido que ella desaparezca de mi vida, quedan al menos unos diez años antes de que comience a salir a fiestas y a estar fuera de casa y aun así seguirá siendo completamente mía, nuestra.

Camino de nuevo al refrigerador, esta vez centrando mi habitación en la pequeña pizarra que Neal instaló con el fin de anotar acontecimientos importantes. Mi sonrisa se borra al ver un pequeño círculo que pone "reunión con las chicas" justo encima de una invitación a un cumpleaños infantil que no recuerdo haber visto antes. Probablemente fue Neal quien la puso allí pero no dijo nada acerca de ello, ni de si debía comprar un obsequio. Definitivamente no tendré tiempo de ir a por uno, ya que ya debo hacer unas cuantas cosas para recibir a Chloe y a Jesse.

Suspiro resignada, cerrando los ojos y apoyando la cabeza contra el refrigerador.

—¿Qué ocurre, pequeña?

Doy un respingo al escuchar la voz de Neal. Me doy la vuelta para encontrarlo de brazos cruzados, con el cabello alborotado y en medio de un bostezo. Y eso es realmente sexy.

—Deberías estar durmiendo —musito acercándome.

—Bueno, cuando una erección matutina me despierta y no tengo a mi esposa a un lado para hacerle un montón de cosas, es difícil seguir durmiendo

Blanqueo los ojos, aunque no puedo evitar reír.

—Lamento no estar para que pueda zacear sus deseos carnales, Sr. Black

Neal rodea mi cintura con los brazos.

—Mis deseos carnales pueden esperar —asegura—. Pero ahora quiero saber que te tiene tan preocupada

—¿Desde cuándo está esa invitación de cumpleaños en la pizarra?

Su ceño se frunce, quizás recordando.

—No lo sé, ¿un par de días?

—Las chicas vendrán hoy, no podré llevarla a ese cumpleaños, tampoco conseguir un obsequio

Neal se separa de mí y camina hacia el refrigerador. Toma la tarjeta y la estudia unos segundos.

—Es el hijo de un compañero de trabajo —dice—, yo la llevaré. No debes preocuparte por eso

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