Su mirada conectó con la mía. Y yo la aparté para mirar a Lea, que nos miraba confusa, para contestarle pero Luke se me adelantó.
—No, en realidad no la conozco. Simplemente estamos juntos en clase y el otro día chocamos al salir. —dijo sin importancia.
—Sí—añadí sin saber por qué pero tenía la necesidad de ser la última en decir una palabra.
Yo tenía razón, no me conocía, al menos en los terminos que para mí abarca la pabra "conocer" a alguien.
—Va siendo hora de que entremos a clase ¿no?—preguntó Calum intentando cambiar de tema.
—Sí—contestó Luke mientras Ash, Lea y yo asentíamos con la cabeza.
Luke se giró y Calum y Ash se levantaron y se fueron a clase.
Lea y yo nos fuimos por otro lado ya que ellos tenían música y nosotras plástica.—Eh—me dijo Lea mientras nos acercábamos a clase—¿Qué ha sido eso?
—¿El qué?—sabía perfectamente a lo que se refería pero me estaba haciendo la loca.
—Vamos Kayla... no estoy ciega.
—No sé de que me hablas—insistí.
—Antes... Luke... tú... no sé.
—¿Yo? yo no he hecho nada, no es mi culpa que él estuviese de mal humor —dije a la defensiva, cuándo yo jamás me ponía así.
—Esta bien, pero todos tenemos un mal día.
—Vale, pero yo no tengo la culpa.Llegamos a clase y ya estaba lleno de gente, algunas chicas me miraron, cómo lo hacían siempre y luego cuchicheaban y se reían. Seguramente de mí. Pude reconocer sus risas, eran las chicas del otro día, las animadoras. Intenté pensar otra cosa mientras sacaba mis libros de la mochila.
—Kayla ¿te pasa algo?
—No es nada—fingí una sonrisa.
Apenas llevaba 2 días a mi lado y ya sabía cuándo iba mal. No le di mucha importancia y me concentré en la clase, mientras el profesor explicaba lo que teníamos que hacer. Nos mandó que dibujáramos algunos bocetos de plantas. Me encantaba dibujar, era algo que me recordaba a mi pasado, algo que me gustaba de él. Lo único que me gustaba de mi pasado, me recordaba a cuándo era pequeña, cuándo todo era más fácil y todo era mejor. Me metí en mi mundo hasta que escuché la voz de Lea sacándome de mis pensamientos.
—Kayla—estaba depie, delante de mi moviendo sus manos delante de mi cara.
—¿Qué... qué pasa?
—Tierra llamando a Kayla, repito tierra llamando a Kayla—reí.
—¿Ya ha acabado la clase?—miré a mi alrededor y las dos últimas personas, aparte de nosotras que había en la clase estaban saliendo de ella, no me había dado cuenta de que había sonado el timbre.
—Dios mío—negó con la cabeza—andas por las nubes, vamos—me ayudó a recoger mis cosas.
—Me ecanta dibujar—le dije mientras salíamos de clase.
Ahora que tenía a Lea cómo compañera, y hoy que había estado toda la mañana en las mismas clases que ella se me pasó más rápido las horas allí. Me despedí de ella hasta mañana, porque se fue por otro lado, ya que tenía que ir al hospital a ver al hermano pequeño de Ash que estaba en el hospital.
Estaba andando de vuelta a casa, llevaba la mitad del camino cuándo escuché unos pasos rápido cada vez más cerca de mi. Entonces alguien pasó por mi lado y me adelantó, se paró delante de mi, no me podía imaginar que fuera ella.
—Buenas tardes Kay—me dijo con una sonrisa, una sonrisa falsa, la más falsa que nunca había visto.
—Hola—seguí caminando, no quería seguir ahí, no me gustaba nada lo que quisiera que estaba haciendo ahí.
—Kay... que pronto te olvidas de mí ¿no?
—Que no me llames así—le dije.
—No te enfades cariño...—dijo con su tono de burla mientras me "sonreía"
—Déjame en paz—seguí andando.
—Vamos no te enfades...—me siguió—esta bien, te dejo—entonces antes de irse me empujó y caí al suelo, en un charco—así tendrás un motivo para dar pena, que tanto te gusta.
Se fue mientras se reía y me dejaba a mi tirada en el suelo, en aquella solitaria calle, llena de impotencia, sin saber que hacer pero con ganas de llorar hasta quedarme sin lágrimas ¿por qué mi pasado estaba siempre en mi presente sin dejarme en paz? ¿por qué tenía que seguirme a todas partes, y no dejarme vivir en paz? cuándo las cosas empiezan a ir bien no tardan en volver a torcerse. ¿no podía quedarse atrás el pasado? Todas esas preguntas rondaban mi cabeza cuándo noté una figura delante de mi, una figura que reconocí al instante.