Capítulo 1

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Nota: cada vez que se vea esto "-*-" es cambio de personaje. Espero y les guste la novela y con esto comenzamos. Que lo disfruten.

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Todos en algún momento de nuestra vida soñamos con enamorarnos, encontrar a esa persona especial, esa persona que está en nuestros pensamientos todo el día, la que provoca una sonrisa en tu rostro con solo escuchar su nombre, esa persona que te hace cometer locuras, con la que bailas hasta el atardecer o con la que vas a ver las estrellas en la orilla del lago una noche de verano, esa persona que te hace romper cada una de tus reglas y te da una razón más para ser feliz.

Natalie Snow

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La lluvia no cesaba desde la mañana, el ruido de las gotas cayendo en mi ventana hicieron que volteara a ver nuevamente el exterior distrayendome de mi libro.

Me encantaba la lluvia, podía pasar horas sentada en el marco de la ventana viendo como el agua de la lluvia cae meciendo los árboles del jardín en sintonía como si bailaran un tipo de vals.

Cierro mi libro y me dirijo a la ventana, observó el jardín, me siento recargandome en la ventana, abro mi libro en la página donde me había quedado y continuó leyendo.

Después de un rato, no podía decir a ciencia cierta si habían pasado unos cuantos minutos u horas. Cuando me encontraba leyendo el tiempo pasaba tan rápido que incluso podía ser de noche y no me daría cuenta. Mi padre entro a mi habitación para despedirse, partiría a un viaje de negocios, pero estaría de vuelta en dos días. Como siempre lo hacía cuando se iba de viaje me daba las indicaciones necesarias, las cuales me sabía de memoria, nada de salir, no saltarme mis comidas, obedecer a los empleados a cargo, no chantajear a Anthony mi guardaespaldas y no dejarme convencer por Diana de romper alguna instrucción. Indicaciones que siempre cumplía al pie de la letra, excepto la de Diana, no siempre aceptaba un no por respuesta. Mi padre se despidió de mí con un beso en la frente, me abrazó más fuerte de lo normal y se retiró, dejándome nuevamente sola en mi habitación.

Tengo un padre maravilloso, es algo sobre protector, pero no lo culpo, ha pasado por tantas cosas en su vida que sólo lo han hecho más precavido por asi decir.

Mi madre murió cuando tenía cinco años, apenas y recuerdo cómo era, si no fueran por sus fotografías su rostro estuviera borrado de mi memoria. Dice mi padre que me heredó su carácter, aunque no fue lo único que me heredó, también tengo su belleza según mi padre y su gran cabellera roja.

Mi teléfono comienza a sonar y me acerco a la mesa de noche donde lo había dejado. Veo en la pantalla el nombre de Diana, mi mejor amiga, nos conocemos desde que utilizábamos pañales, nuestras madres eran muy buenas amigas y nosotras dos seguimos sus pasos, somos prácticamente como hermanas. Cuando no me encuentro en casa, estoy en casa de Diana, es el único lugar donde mi padre me deja ir sin protestar.

-Dime que ya se fue. ¿Ya podemos comenzar a disfrutar nuestros dos días sin él?- dice Diana ocasionando una pequeña risa.

-Es mi padre ¿Recuerdas?- le digo en tono de burla.

-Como olvidarlo, pero dejando a mi tío de un lado. Vamos a ir mañana al concierto ¿verdad?- la risa se esfumó rápidamente al recordar el concierto.

Diana me estuvo insistiendo toda la semana para que la acompañara a un concierto de bandas locales en el pueblo, está saliendo con el vocalista de una banda, según a lo que me dijo son bastante famosos y quiere que la acompañe. No perdí mi tiempo pidiéndole permiso a mi padre ya que se su respuesta, es un "no" definitivo. Mi padre no me deja salir, sólo salgo a la tienda de música cuando estoy cansada de escuchar las mismas canciones todos los días o a la librería cuando no tengo libros nuevos en mi estantería, pero cuando hago esas salidas siempre soy acompañada de Anthony mi guardaespaldas y con un límite de tiempo.

Los colores de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora