02.

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Derrota.

Las lágrimas empezaron a deslizarse por el rostro de Kise al conocer lo que es la derrota; esta acción no pasó inadvertida.

—¡Deja de llorar!– le dijo Kasamatsu al momento de pegarle una patada—. Tienes agallas para decir que nunca has perdido. ¡Te golpearé! ¡Será mejor que agregues el término de venganza a tu diccionario vacío!

Y esto de alguna manera animo a Kise.

Ambos equipos estaban alienados, el árbitro declaró al ganador. El Seirin se despedía ya de la secundaria Kaijō, un "hasta pronto" que no participó el modelo, ya que este se encontraba "refrescándose" la cabeza con agua.

—El horóscopo dijo hoy que Géminis no tendría buena suerte, pero jamás pensé que perderías.

Midorimacchi.



(...)



A pesar de ese buen momento, Ryōta caminaba sin destino –o al menos eso creía– "sin" darse cuenta llego a la casa de su mejor amiga.

Miro hacia su ventana que se encontraba en el segundo piso y tiro piedras pequeñas contra ella. Luego de un rato fue abierta y el rubio sabía lo que significaba; trepó por el árbol hasta entrar a la habitación.

Sonrío de inmediato ante la escena. Hatsu se encontraba en su escritorio haciendo la tarea que él no hizo y lo más probable, es que se la pida mañana y tenga que rogar. Pero lo que llamó su atención fue su pijama (camisa gigante)  con un estampado de panda, su largo pelo negro en una coleta y los lentes que usaba diariamente cuando estaban en Teikô.

¡Hatsucchi!— dijo luego de admirarla por unos minutos.

—Kise te demoraste en subir. Qué raro en ti— soltó una risa y había apartado su vista en el cuaderno para fijarla en él.

No se había dado cuenta de su presencia y eso le molestó al modelo.

—Si...

Ella se volvió a concentrar en la tarea y ahora Kise se dirigió hacia el escritorio, colocándose a su lado y saco los lentes de la chica. Ella se dio una vuelta en su silla (que tenía ruedas) quedando en frente de él a una cercanía casi nula. El modelo estaba sentado de forma mariposa y con media sonrisa en el rostro.

Hatsucchi extrañaba hacer esto.

—¿Quitarme los lentes? ¿Es divertido?— pregunto extrañada mientras arrugaba sus ojos para enfocar su visión.

—Es que antes yo te miraba sin estas cosas directo a tus ojos y era el único —dijo haciendo un puchero para dejar los lentes en la cara de Hatsu de forma delicada, lenta y mirándola directo a los ojos. Después de colocarlos en su lugar una de sus manos llego a la mejilla y la acariciaba con el pulgar. Su vista se fijó en los labios entre-abiertos de la chica.

—Si lo que quieres es la tarea de matemáticas, no te la daré.—dijo alejándose de él sacándole la lengua y se dirigió a su cama.

El rubio quedo con el ceño fruncido y se tiró encima de la peli-negra, quien se encontraba ya acomodada. En el momento que sintió en peso del chico sobre ella soltó un gemido de dolor y en un abrir y cerrar de ojos,  él la abrazaba contra el pecho.

—Mou~ Hatsucchi ¡Qué cruel!—lloriqueó, además empezó a dar vueltas a lo largo de la cama arrastrándola a ella, con el abrazo—. ¡Hoy perdí y no me consientes! ¡Quiero que me consientas!

—¡Pareces un niño pequeño! ¡Suéltame!— grito intentando zafarse con pequeños golpes pero estaba totalmente inmóvil en sus brazos.

—¡No! ¡Nunca te voy a soltar!—hablo una vez que paro de dar vueltas y él seguía arriba de la chica e intentaba con sus codos no hacer tanto peso. La miro y ella reía, sus risas aumentaron cuando le empezó a hacer cosquillas en en el estómago.

—¡Para!, ¡Detente Ryōta! ¡Voy a morir! O peor ¡me voy a tirar un gas!— amenazo.

Se detuvieron al escuchar el sonido de la puerta al abrirse; la posición en la que quedaron dejaba a la imaginación.

Desde el marco de la puerta el hermano mayor, Konoe Naota vio a Hatsu despeinada encima de Kise y este tenía ambas manos en la cintura de la chica, en la cama. Él peli-negro abrió la boca por el asombro y se le cayó el paquete de papas fritas de su mano.

—¿Qué haces aquí? ¡Vete!— lo reprochó la chica sin moverse de dónde estaba.

—Yo solo venía a ver el porque de tanto ruido.—dijo algo consternado—. Tu cama hacia muchos sonidos extraños y como buen hermano vine a ver si tenías alguna pesadilla.

—¿A qué te refieres?— pregunto Kise sin comprender lo qué quiso decir.

Hatsu le tomó un poco de tiempo entender a lo que se refería. Miro en la posición que se encontraba, se sonrojó, y en menos de un segundo estaba en la otra esquina de su cuarto.

—¡No estábamos haciendo nada! ¡Pervertido!—grito lanzando sus osos de peluches hacia su hermano.

Besos en la frente || KUROKO NO BASKET ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora