Besos en la frente || KUROKO NO BASKET ||

06.

•Atormentado.

Kise no se concentraba en su entrenamiento, a pesar de todas las patadas y pelotazos que había recibido por parte de Kasamatsu, lo que había pasado y sentido la noche anterior, seguía presente en cabeza y acelerando su corazón. Sumándole que luego de ir a dejar a Hatsu en su casa en manos de su hermano, puesto que se quedo dormida luego del momento compartido, él regresó a su hogar con la esperanza de que aquella sensación desapareciera a la mañana siguiente. Sin embargo, lo único que ocurrió, fue él dando vueltas de un lugar a otro en su cama con el mismo recuerdo. Se sentía completamente atormentado.

Físicamente se encontraba en su práctica, pero psicológicamente no. Durante el día había estado de igual manera, llegando incluso, a evitar e ignorar a Hatsu. Los papeles se invirtieron, era ella quien le hablaba y lo perseguía, como si fuese una de sus numerosas fans.

«Esto se calmará, solo necesito espacio, alejarme», pensaba Kise, tenía la idea de que si se alejaba de su amiga, el sentimiento se detendría, pero alejarse le provocaba ansiedad. Necesitaba volver abrazar a la chica y tener la misma cercanía como el día anterior. Quería besarla, como lo deseo hacer mientras la observaba dormida en sus brazos cuando la llevaba a casa.

Eran demasiadas emociones que estaba sintiendo hacia la chica. Ese era el problema, que era su amiga, y sabía perfectamente que ese conjunto de emociones, si eran combinadas de la manera correcta, volvería a terminar en un sentimiento demasiado peligroso.

Tenía miedo de enamorarse nuevamente de Konoe Hatsu, se conocía demasiado bien a sí mismo, como para saber que él la terminaría lastimando, ella se alejaría, y no podría soportarlo. Le atemorizaba imaginar perderla, no poder estar junto a ella.

«Creí haber controlado mis sentimientos hacia Hatsucchi mucho antes de entrar a Kaijō», reflexionaba mientras anotaba un punto soltando una sonrisa melancólica, y algunos compañeros de equipo que se encontraban en la banca celebraban.

Y fue en ese momento en que lo recordó.

Cuando Kise Ryōta le gustaba Konoe Hatsu mucho antes de golpearla por accidente con un balón de fútbol en la cabeza hace tres años en Teikô. Él mismo procuró controlar lo que sentía, excepto sus ganas de protegerla, y se lo demostraba cada vez que la besaba en la frente.

«Porque merece alguien mejor».

Y anotó otro punto, casi rompiendo el aro de básquetbol nuevo, el reemplazo del anterior que había sido destrozado por Kagami Taiga hace semanas atrás durante su encuentro.

(...)

—Konoe Hatsu.

La nombrada giró su cabeza hacia el profesor, se sintió inmediatamente avergonzada y no tardó en reflejarlo en su rostro, sumándole un gesto de disculpa. La pelinegra estuvo todo su taller de artes distraída, principalmente por tener en su cabeza a Kise Ryōta.

Su amigo había estado ignorándola todo el día, y ella lo persiguió hasta lo más recóndito de Kaijō, pero él se negaba a hablarle o dirigirle la mirada.

«Tal vez lo espante con lo qué hice ayer. Nunca me había dejado llevar tanto por mis sentimientos desde que nos conocimos», pensó, mientras que en su cuadernillo de dibujo, realizaba posibles folletos para su proyecto «Debería esperarlo, no creo que se atreva a escaparse de mí, nuevamente el día de hoy» rompió en pedazos la hoja en donde había realizado su dibujo. Le recordaba demasiado a Kise.

Fue a dejar los restos al recipiente de reciclaje, ante la mirada atenta del profesor. Era el quinto que desechaba en ese día. Volvió a intentar a realizar otro proyecto, que terminó siendo los ojos del modelo, el profesor, quien estaba paseándose por las mesas para asesorar a sus estudiantes, y se detuvo justo en el puesto de Hatsu.

—Sería bastante interesante que tu proyecto se tratará sobre los ojos de las personas— le dijo a la chica que daba un sobresalto al escucharlo—. Quizás guiado a las emociones que reflejan.

—Tiene razón— sonrió mirando a la vez su boceto. Dudó por un segundo, pero finalmente se decidió, sólo faltarían sus sujetos para utilizarlos.

Ahora tendría una excusa para ir donde Kise, su sonrisa se engancho más. Ya un poco más relajada que el día anterior, salió del taller de artes luego de terminar de redactar sus objetivos de su trabajo. Caminaba ansiosa hacia el gimnasio, donde algunos jugadores del equipo salían con una expresión agotada. Esperó frente a la salida durante algunos minutos hasta que el modelo apareció, se quedó durante algunos segundos paralizado mirando ambos lados, como si intentara escapar.

Finalmente se decidió, camino dudoso hacia ella y dirigiéndole una sonrisa apenada, por ignorarla todo el día.

—Hola Hatsucchi—saludo cuando estuvo al frente de la chica—. Pensé que te irías inmediatamente a tu casa en cuanto terminara el taller.

—No, tú dijiste ayer que me ayudarías con mi proyecto.

—Tienes razón—soltó una risa nerviosa, seguido de un pequeño silencio—. Y... ¿para qué sería útil?

—Mi sujeto de prueba— y sacó su cuadernillo, dejando a la vista los ojos del chico dibujados. Al ver su cara de confusión prosiguió—. Tenía planeado que con tu efecto hipnotizador que tienes sobre las chicas, me ayudaría para reflejar mediante el dibujo sus ojos y plasmar las emociones de ellas hacia ti.

Kise frunció sus labios, entendió inmediatamente lo que quiso decir: tenía que coquetear con diferentes chicas. Una parte de él sabía que esto podía salir mal, y afectar profundamente su amistad con Hatsu, por otro lado, le molestaba que su amiga se lo diga tan a la ligera.

De nuevo se formó un silencio, en el cual Hatsu aprovechó de desear que el rubio rechazará la oferta. <¿En que momento me volví tan masoquista?>, se preguntaba.

—Esta bien, trato hecho.

Hatsu le sonrió a medias, hizo una reverencia murmurando un gracias. Aunque no alcanzó a terminar, porque Kise ya se había marchado. Él sabía que estaba mal hacerle eso, pero se sentía frustrado y enojado con el mismo, mientras que Hatsu quedó paralizada.

«¿Por qué no me alejé en cuanto tuve la oportunidad? ¿Por qué te permití mantenerte cerca?

Quizás nuestra amistad solo fue una imagen».

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N/A: LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO. 😢😢🤦🏻‍♀️😭

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