03.

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•Pelotazos.

Hatsu se encontraba escuchando música bajo el árbol, uno que estaba más o menos cerca de la cancha de fútbol donde jugaba Kise Ryōta.

Mala decisión.

Luego de quince minutos de tranquilidad, fue interrumpido por un pelotazo en la cara. Fue tan fuerte que le llego a romper los lentes. Con su vista borrosa miro de quién se trataba. Era el modelo que venía corriendo en su dirección, con una expresión de culpa.

—Lo siento mucho— se disculpó dando una reverencia—. ¡Oh! ¡Se te rompieron los lentes y tienes la cara toda roja! De verdad lo siento mucho.

Mentira. Su cara estaba roja por la cercanía de chico, no estaba acostumbrada a ese tipo de proximidad. Él se encontraba a su altura, con ambas manos recorriendo su rostro, buscando heridas; su mirada fija en ella. Más roja se puso, cuando su vista se fijó en la de él. Ambos se miraban a los ojos; bueno Konoe lo intentaba.

—Eso sí que duele—río nerviosa—. Bueno no te preocupes—dijo Hatsu. Se hecho para atrás ganando distancia, estaban llamando la atención de los demás. Como pudo se puso de pie y corrió, como no veía muy bien choco con un árbol pero no la detuvo. Tampoco el hecho que con ese golpe su celular se cayo.

Mientras "corría" por los pasillos llamando la atención de los demás estudiantes, ya que su espalda iba apoyada en la pared para no chochar con nadie. Así fue todo el camino hasta su salón. En el se encontraba Yoshida Noriko, su pelo largo naranjo en una coleta, con sus ojos miel y con una ceja alzada.

—¿Que te pasó?— pregunto cuando llegó a su lado.

—Nada, se me rompieron los lentes porque me caí bien feo. Ya sabes que soy tonta— mintió.

—Le estás hablando a la pared Hatsu-chan.

Rió mientras daba la vuelta a dónde provenía la voz de la chica—. ¿Ves que soy tonta? Etto... ¿Podrías pasarme los lentes de repuesto que tengo en mi mochila? Por favor.

Noriko suspiró y soltó una pequeña risa, pero aun así hizo lo que le pidieron. Le pasó sus lentes, y la que los recibió suspiró aliviada.

—Menos mal que llevo siempre mis antiguas gafas, para estas emergencias sirven mucho.

El descanso del almuerzo término y el resto de la jornada escolar en Teiko pasó con normalidad.



(...)



Se dirigió a la entrada junto a Noriko, se despidieron debido a que esta última tenía que irse rápido. La peli-negra se llevó una sorpresa al ver a Kise –y esta vez en HD– en la salida de la escuela. Este la encontró con la mirada y saca del bolsillo el celular que había perdido la chica. Ella abrió los ojos de la sorpresa pensaba que se le había caído cuando corría por los pasillos; se dio cuenta cuando estaba en clase y quería ver cuánto faltaba para salir.

El modelo se acercó a la chica. Ella extendió su mano para recibirlo pero no hubo tal acción, él sonreía.

—Mmm...— dijo divertido, al ver su cara expectante—. Mou~ Esperaba que tú te acercarás a mí a buscar tu teléfono— reclamó, casi haciendo una pataleta. Luego hizo varios pucheros provocando que la peli-negra lo mire extraño. Ella no esperaba esa actitud; se esperaba a alguien frío y arrogante. Típico de un shojo.

—Ya veo. Lo siento, no esperaba que tú lo tuvieras— dijo sincera—. Gracias por cuidarlo este tiempo— agregó haciendo una reverencia.

Sus pucheros fueron cambiados por una sonrisa. Le entregó su celular.

—De nada—dijo alargando la "a" esperando a que dijera su nombre.

—Konoe Hatsu.

—Kise Ryōta.

Ambos estrecharon sus manos; luego la chica se despidió y fue en camino a su casa. Él sólo la siguió con la mirada dudoso.

—¡Konoe!— escucho su nombre. Volteo y encontró al rubio que venía en su dirección—. Se me olvido decirte... etto ¿Te podría llevar a comer algo?— pregunto para cuando llegó a su lado—. Para compensar el golpe— ahora señalaba incómodo el moretón en el ojo a causa del pelotazo.

—No te preocupes, estoy bien.

—¡Por favor!— lloriqueó—. No podré vivir de esa manera, con ese golpe.

—Yo soy la que tiene el moretón—dijo al observar la escena que estaba realizando—. Esta bien, vamos a comer algo.

Caminaron hasta el local de comida, y el rubio insistió por pagar por el pedido, que por su parte consistía en un helado y la de su acompañante una caja de papas.

En el camino a casa, el chico se había ofrecido a llevarla y este mismo le robaba las papas ganándose múltiples miradas de odio.

—¡Son mis papas!— le reclamó mientras movía la caja para evitar más robo.

—Mou~ pero están muy ricas—dijo intentando atrapar la comida.

Entre tanto forcejeo, la puerta de la casa de Konoe fue abierta por su hermano. La escena dejaba mucho a la imaginación.

Hatsu con ambas manos arribas sosteniendo la caja y Kise que por intentar quitarle la caja, su mano se aferró al brazo de la chica, quedando muy cerca uno de otro, una distancia que sólo se tiene cuando hay una confianza íntima, cosa que en aquellos tiempos no existía. Ella al darse cuenta se sonrojó de inmediato y le arrojó la caja de papas fritas en la cabeza, estas salieron repartidas por todos lados.

La chica tomo la mano de su hermano y lo arrastró hasta entrar a la casa dejando a un Kise muy confundido por lo que acababa de suceder.

Besos en la frente || KUROKO NO BASKET ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora