04.

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•Invitaciones.

Había pasado una semana desde aquel accidente y las cosas transcurrieron para Hatsu un poco anormal, Kise la invitaba todos los días después de clases a comer algo para pagar su deuda, la peli-negra hacía todo para negarse pero el modelo no aceptaba un "no" como respuesta. Además a la chica le costaba demasiado decir que "si" las propuestas del estudiante de Teikō, por vergüenza a lo que sucedió la otra vez.

—¡Vamos Konoe!—dijo Kise mientras la arrastraba, tomándola de los hombros, hacia el local.

—¡Ya estamos bien! ¡Estamos en tregua!— respondió aferrándose al poste de luz en cuanto vio la oportunidad. Tenía miedo porque su amiga Yoshida Noriko se iba a enojar por dejarla sola,  aunque culpa suya no era, sino era del rubio por secuestrarla, pero negarse a él, también es un problema, con la escandalosa escena que realizaban llamaron la atención de las personas que caminaban por el lugar, a Hatsu le incomodó y accedió a la propuesta de comida.

Aunque Kise era quien costeaba los gastos en comida, Konoe no aceptaba que él lo hiciera, por esa razón al día siguiente de su salida, ella iba hasta el salón del modelo y dejaba el dinero correspondiente en su mochila disimuladamente. Misión que era muy difícil ya que muchas chicas le dejaban regalos o cartas (sin ser San Valentín).

—¿Por qué tanta insistencia con que vaya a comer contigo?— preguntó cuando se encontraba comiendo su hamburguesa en una mesa apartada del local.

Era la primera vez que se servían la comida allí y no pedían para llevar e irse a sus respectivos hogares.

—Te dije que te invitaría a comer como recompensa— dijo sin prestarle mucha atención a la pregunta. Él también devoraba su hamburguesa.

—Lo hiciste toda esta semana.

—¿Crees que no me di cuenta que ponías el dinero en mi bolso?— hablo picoteando las mejillas de la chica, quien hacia una mueca.

Como respuesta, los ojos cafés de la chica apartaron su mirada, para ocultar la culpabilidad y él sonrió inocente.



(...)



Al siguiente día, evitó dejar el dinero en el bolso de Kise como lo había hecho con aterió risas y de esa forma mantener distancia. También, para evitar las miradas asesinas de sus fans cada vez que era el día siguiente de sus salidas y por qué él la saludaba, pero el chico no le dejaba las cosas muy fáciles, debido a que se encontraban en todas las partes: en el patio, azotea, en los pasillos, era como una luciérnaga, por lo mucho que brillaba. Hatsu lo encontró hasta en la biblioteca, y empezó a sospechar que el oji-miel lo hacía de manera intencional, de todas maneras la bibliotecaria lo hecho por hacer ruido. El seguimiento por parte del chico ya le molestaba a la estudiante de Teikô, porque estaba a tres días del examen de Biología, y a causa de las salidas con Kise después de clase había perdido mucho tiempo, sumándole que ahora la seguía y que al mismo tiempo a él, le siguen sus fans, por lo que el ambiente de estudio no surge con esos elementos.

Al toque de timbre que daba termino a la jornada escolar, Hatsu se despidió de Yoshida, quien quedó un poco extrañada con la rapidez de su amiga al despedirse, y aumento cuando en el pasillo cuando se dirigía a la salida de la escuela, vio a Kise Ryōta apoyado en la pared, como si estuviera esperando a alguien, él al verla se acercó a donde se hallaba la peli-naranja.

—Hola Yoshida-san— le dijo Kise, al parecer Hatsu le había hablado de ella.

—Hola—le respondió un poco incómoda, habían alumnas que pasaban por al lado de los dos y se quedaban mirándolos, hasta algunos se quedaban detenidos y los observaban.

—Por casualidad, ¿No sabes si Konoe ya se fue?— preguntó nervioso intentado simularlo rascándose la cabeza.

—Creo que fue a la azotea, pero no estoy muy segura.

Kise asintió y le dio las gracias antes de ir a la escalera, sin embargo, se tropezó con alguien que iba bajando las escaleras, lo raro es que no lo había visto al subir.

—Lo siento— dijo rápidamente Kise al recomponerse y seguir su camino. A lo lejos escucho un "no se preocupe, me sucede seguido" del chico con quien había chocado, a decir la verdad nunca lo había visto.

Al llegar a la azotea vio a Konoe sentada en el suelo, la chica no lo vio ya que su dirección, no daba a la puerta de llegada/salida de la azotea, por lo que estaba a espaldas. Eso no evitó que Kise notara que ella intentaba  limpiar sus nuevos lentes, aquello le había dado una excusa para acercarse.

Se colocó cerca de su espalda y se pudo de cuclillas, pero por la sombra Konoe se había dado cuenta de que alguien estaba detrás de ella, así que se volteó y vio al modelo, muy cerca de su rostros, quien aprovechó la sorpresa de la chica para rodearla y quitarle sus lentes; para luego llevarlos a su boca y con su aliento empañar los cristales,  acercarlos a la punta de su chaleco y limpiarlos con cuidado. La pelinegra había en shock, y Kise, tomando partido de la situación, le colocó los lentes y le sonrió inocente a la chica.

Konoe apartó su cabeza y miro al frente, «estoy viendo a muchos Kise's, creo que son por los gérmenes de su aliento en mis lentes» pensó ella.

El ambiente creado se rompió, cuando el chico chillo, asustando a Konoe, luego de recomponerse del susto, vio que el rubio señalaba su libro de biología que tenía al lado.

—¡He olvidado que en tres días tenemos examen de Biología!— gritó mientras se sentaba a lado de ella ya resignado.

—Mmm... Si quieres podemos estudiar juntos, ya sabes, dos cerebros pueden funcionar mejor que uno— propuso nerviosa, arrastraba las palabras mientras lo decía.

—¿En serio? ¡Gracias Hastucchi!— exclamó, para luego darle un fuerte abrazo.

—¿Hatsucchi?

Era la primera vez que escuchaba a alguien llamarla así.

Besos en la frente || KUROKO NO BASKET ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora