Besos en la frente || KUROKO NO BASKET ||

05.

•Sensaciones.

Hatsu había estado todo  el día distraída, desde que se iba con Kise a Kaijō hasta en el receso del almuerzo, y esto molestaba al modelo, no había chillido ni tontería  que hiciera para llamar su atención. Ni siquiera probó el almuerzo que él le preparaba diariamente, el chico esperaba que ella exprese  lo delicioso que estaba, como lo hacía normalmente.

—Hastucchi~ — la llamó alargando las palabras. Como no hubo respuesta alguna, repitió su nombre, hasta que la chica se volteó a mirarlo. Orgulloso de su resultado, se acercó a ella y le beso su frente. Toda felicidad por tener la atención de Hatsu se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, cuando terminó su acción cariñosa. y quizá al apreciar la reacción de la chica: ninguna expresión. Normalmente se sonrojaba por la vergüenza de que los vieran de aquella manera, sin embargo, Hatsu prefirió no reaccionar y alejarse de su amigo.

Esto indigno completamente a Kise, quien se retiró con todo el orgullo y la frente en alto, planeando que el resto del día ignoraría a Hatsu como venganza.

(...)

—Hats...— se detuvo el rubio. Casi se le había olvidado que le haría la ley del hielo a Konoe como venganza, por décima vez.

Él creía que sufría más por evitarla, que ella por ser ignorada.

A pesar de que anteriormente no alcanzó a decir su nombre completo, fue lo suficiente para atraer la atención de Hatsu. Al darse cuenta de eso, Kise, simuló un estornudo, expresándolo con un "achu", acto que preocupo a sus fans, quienes rápidamente le brindaron sus pañuelos, y empezaron a pelear por ser la "chica del pañuelo que pasará por la nariz de Kise", entre tanto alboroto, el modelo noto que Hatsu había sacado su pañuelo, pero al ver tanta competencia decidió no intentarlo y marcharse. Kise se sumergió en un aura deprimida.

Él quería usar solo el pañuelo de Hatsucchi.

—¿Qué te sucede?— hablo a sus espaldas Shima Kiyoko, dispersando al grupo de fans. Ellas le tenían mucho respeto a la amiga de Hatsu.

—Nada— respondió rápidamente el modelo, él también le tenía recato. La castaña alzó sus cejas, mostrando inseguridad ante la respuesta de él—. Bueno, sí. ¿Sabes qué le sucede a Hatsucchi?

—No me digas que jugaste la mitad del día a la ley del hielo con ella solo porque estaba actuando raro, o no te daba tu dosis diaria de atención.

Kise sonrió nervioso, cerrando los ojos para esperar un golpe, ya que ella le recordaba mucho a Kasamatsu-senpai, sobre todo cuando él decía alguna que otra tontería que hacía enojar al mayor.

—Puede que la mitad de eso sea verdad.

—Ayer en el taller de artes a Konoe le dieron la tarea de buscar un tema para su proyecto. Ha estado toda la jornada de clases pensando en que debería basar  su investigación para la próxima evaluación— suspiro mientras colocaba ambas manos a los costados de su cintura—. Así que en vez de darle más problemas deberías ir ayudarla, ya que una cabeza y media funcionan mejor que una.

—Gracias— susurro al ver alejarse a la castaña hacia la salida de la escuela, y se dirigió a su práctica de basquetbol, pensando cómo podía serle de ayuda a su amiga... «espera, creo que me dijo tonto indirectamente», pensó cuando ya había llegado al gimnasio con un Kasamatsu-senpai que le lanzó un balón en la cara, y una Shima Kiyoko que se encontraba muy lejos del instituto.

Lo único bueno del día es que su práctica coincidía con el taller de arte al que asistía Hatsu, así que antes de entrenar junto al equipo, le envió un mensaje diciéndole que lo espere para poder volver a casa juntos <con muchos corazones>, y a los pocos segundos, Hatsu le respondió un seco "ok", pero al jugador no le molesto, al contrario, los demás compañeros del equipo notaron un más energía de lo normal por parte de Kise en la práctica.

(...)

El modelo salió del gimnasio y vio a Hatsu sentada leyendo un libro, él acomodó su bolso como si este le diese confianza, y se dirigió a donde se encontraba. Ahora le daba vergüenza al rubio haber ignorado a su amiga sin ver el trasfondo de la situación, no le gustaba desperdiciar los días que tenía junto a ella.

—Hola Hatsucchi — dijo delante de ella, previamente había aprovechado la oportunidad de que su amiga estaba concentrada en el libro para colocarse al frente. Hatsu levantó la mirada hacia él, el rostro de la chica se notaba con mucho estrés como si hubiese discutido antes de venir, Kise no soporto aquella idea y rápidamente se agachó para darle un beso en la frento.

Él le sonrió inocentemente al incorporarse, mientras que Hatsu agachaba su cabeza al momento de ponerse de pie, dejando el libro en el suelo, junto sus manos y miro nerviosa al rubio, quien abrió los ojos de la sorpresa, cuando su amiga se lanzó a darle un abrazo, rodeándolo con sus brazos el cuello del chico.

—Lo siento por mi comportamiento de hoy, tú no debes ser con quien pague por mis problemas— hablo la chica, su aliento chocaba con el cuello de Kise, provocando un sonrojo por parte de él.

—No te preocupes, también parte de la culpa es mía— le acarició sus cabellos negros desenredándolos al abrir camino entre ellos—. No estuvo bien que te ignorara, puesto que los problemas de Hatsucchi, son los míos a la vez— finalizó rodeando sus brazos en la cintura la chica, correspondiendo al fin el abrazo.

Kise Ryōta se sentía raro al compartir esa muestra de cariño, nunca había estado a esta distancia con ella, o quizás, jamás había sentido su corazón latir tan rápido como lo estaba haciendo ahora. Por un momento, él pensó, que Hatsu escucharía sus latidos.

—Entonces... Necesito tu ayuda Ryōta.

El que lo llamara con su nombre impulsó el ritmo de su corazón <que ya iba muy rápido>, y por miedo a que su voz lo delatara, asintió con su cabeza, totalmente sonrojado.

«¿Qué me está sucediendo hoy? Debe ser hambre», pensó Kise.