One

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- Anne -

Estaba sentada en una de las mesas de mi café favorito. Venía todos los días, a la misma hora, desde los últimos tres años. Desde que este lugar fue testigo de toda una relación que debería haber acabado con un "y fueron felices y comieron perdices".

- Señorita Adams, ¿lo mismo de siempre?- preguntó el señor Charlie, el mismo señor que venía a traerme el café y el croissant, a las ocho y media de la mañana, desde hace tres años.

- Buenos días Charlie, ¿qué tal la mañana?- pregunté mientras sacaba mi libreta de mi bolso

- Hoy he amanecido contento, presiento que vamos a tener ambos un buen día- contestó dejando mi desayuno de siempre en la mesa.

- Tan optimista como siempre- dije sonriendo, antes de darle un sorbo a mi café

Mientras me tomaba mi café, pensé en todo lo que había pasado en esta misma mesa, y lo que me hubiera gustado que pasase. Al terminar mi desayuno, pagué al señor Charlie en la barra y me dirigí a mi trabajo.

- Buenos días Rhianne- dijo Arturo, el portero del colegio

- Buenos días Arturo, y llámame Anne, por favor- dije con una sonrisa en la cara

Entré directo a mi clase para preparar la clase de hoy. Poco a poco llegaron mis alumnos, que se fueron sentando en sus sitios.

- Buenos días niños, ¿estáis preparados para la excursión?- pregunté una vez mis alumnos estaban todos en sus sitios

- ¡SÍ!- gritaron todos muy emocionados.

- Entonces, todos en fila. Voy a ver si estáis todos, y podremos salir- dije levantándome. Los niños enseguida se pusieron de pie y en fila.

Iba nombrando uno a uno a los niños. Estaban todos, así que salimos de la guardería y nos subimos al bus.

- Scott, menos mal que has llegado- dije al verle. Era un alumno en prácticas.

- Buenos días Anne, ¿qué tal los niños? ¿están todos?- preguntó

- Sí. Sube y salúdales- dije

Una vez todos en el bus, los niños empezaron a cantar junto con Scott. Estaban muy emocionados, y eso que no sabían aún a donde irían.

- Ya hemos llegado- dije levantándome del asiento y mirando a mis alumnos

Todos gritaron de emoción y empezaron a desabrocharse los cinturones. Scott les ayudó y bajamos todos del autobús.

- ¿La exclusión es aquí?- preguntó Scott extrañado

- Sí, en plena naturaleza- contesté señalando el descampado en el que estábamos

Los niños empezaron a correr y a jugar. Yo me senté y esperé a que se unieran a mi. Y eso hicieron, se sentaron todos haciendo un círculo a mi alrededor.

- Bueno niños, ¿sabéis donde estamos?- pregunté. Todos levantaron la mano para contestar a mi pregunta.- Rebeca, ¿dónde estamos?

- Estamos en el campo, profe- dijo muy segura

- Muy bien Rebeca. Estamos en el campo. Hoy vamos a jugar y a correr por el campo- dije, los niños gritaron de emoción. Era la primera vez que salíamos sin ninguna agenda que seguir. En verdad, habíamos conseguido venir por mi insistencia a la directora. Si no fuese por eso, estaríamos en clase, repitiendo el abecedario o algo parecido. Pero estaba harta de la rutina, y todos necesitábamos salir del aula, aunque fuese por un día.

- ¿Hay algo educativo en esto?- preguntó Scott en bajito, para que no le escucharan

- Todo tiene algo educativo Scott. Mírales, en clase están encerrados y hacen siempre lo mismo. Esta vez, podrán actuar igual, pero en un entorno diferente- le contesté- Muy bien niños, lo primero que vamos hacer es, imaginar algún animal que nos recuerde al campo y actuar como tal.

Todos empezaron a rascarse sus pequeñas cabecitas y a poner cara de pensador. Lo que hizo que sonriera. Eran tan adorables. Poco segundos después, todos estaban haciendo ruidos y moviéndose por todo el lugar.

- Y ahora que sois pequeños animales, tenéis que juntaros con los compañeros que creías que son iguales que vosotros. Los perros con los perros, los gatos con los gatos, y así- dije- tú también Scott- dije

Scott negó con la cabeza, mientras reía. Todos empezaron a juntarse en pequeños grupos. Todos, menos Jane.

- ¿Por qué no te has juntado con nadie?- le pregunté un poco sorprendida. Normalmente, nadie de mis alumnos discriminaba a nadie

- Es que, todos son conejos, o perros, o gatos, o mariquitas, o mariposas...- dijo apenada

- ¿Y tú qué eres?- pregunté

- Un caballo. Es de campo. Papá solía llevarnos al campo para ver a nuestros caballos- dijo

- Vaya, yo también soy un caballo- dije haciéndome la sorprendida. No quería dejarla sola, y ya que Scott estaba metido en el juego, por qué yo no

- ¿Y ahora qué profe?- preguntó Edward

- Ahora vamos a presentarnos a nuestros compañeros. Hay que decir qué somos y qué nos gusta. Empiezo yo- dije- Soy un caballo

- ¿De qué color?- preguntó Jane

- De color marrón- contesté sonriente. Pensar en un caballo marrón me recordaba a Canela... Mi precioso caballo

- ¿Pero los caballos son de campo?- preguntó Ruben

- Claro que sí- contestó Jane

- Sí Ruben, los caballos son de campo- le dije sonriente

- ¿Y qué te gusta?- preguntó Scott

- Me gusta correr por el campo o por la orilla de la playa. Me gusta el pan y las zanahorias. Ahora le toca a Jane

- Yo son también un caballo, pero soy de color blanco. Y me gusta la hierba y correr con mis hermanas- dijo Jane muy contenta

- Ahora tú Scott- le dije a Scott

- Yo soy un escarabajo. Me gusta subirme a los árboles y comerme las hojas- dijo haciendo gestos como si estuviese subiéndose a un árbol

Iba a decirle a otro alumno que hablase ahora él, pero empezó a sonar mi móvil, así que le dije a Scott que siguiese con el juego. Me alejé un poco de todos ellos y contesté

- ¿Sí?- pregunté, ya que era un número desconocido

- ¿Señorita Adams?- preguntó un señor al otro lado de la línea

- Sí, soy yo

- Buenos días. Soy Adam Smith, soy el abogado de su ex marido- sus palabras provocaron que me faltase el aire por unos segundos

- ¿Para... Para qué ha llamado?- pregunté no muy segura de la razón por la que llamaba

- El señor Jones ha aceptado en firmar los papeles del divorcio, a cambio de una condición

- ¿Cual?

- Quiere verla por última vez como su esposa

- ¿Qué? No

- Entonces no firmará

- Dios, ¿qué le cuesta?- Ashton podía ser muy exasperante, pero no quería alargar más el divorcio- ¿cuando?

- La semana que viene. La volveré a llamarla para concretar el día

- Estaré esperando la llamada. Hasta luego- me despedí y colgué. Estaba tan cerca y tan lejos a la vez de mi libertad. Le encantaba ponerme las cosas difíciles.

Best Mistake |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora