- Zack -
Eran oficialmente las doce de la noche aquí en Roma, así que saqué la magdalena de la nevera y le puse una vela.
- Feliz cumpleaños Anne- iba a soplar, pero aparté la magdalena- tienes que pedir un deseo Anne
Asintió y cerró los ojos. Segundos después, sopló la vela. Dejé la magdalena en la mesa y besé sus labios.
- Gracias Zack- me abrazó con fuerza
- Ahora sí, vamos a la habitación, quiero darte mi regalo- la agarré de la mano y la llevé a la habitación
Anne no dejó de reír, quería hacer que el día entero fuese inolvidable. Así que iba ha hacer lo que fuese por hacerla reír, sonreír y por supuesto gemir.
- Vamos a deshacernos de esa camisa que te queda genial- dije desabrochando lentamente los botones de mi camisa que tenía puesta.
- Deberíamos deshacernos de tu ropa primero, vas mucho más vestido que yo- iba a desabrocharme el botón del pantalón, pero se lo impedí.
- Señorita, es su cumpleaños, déjeme hacer el trabajo sucio a mi
Al quitarle la camisa, vi que sólo llevaba un tanga de encaje. No llevaba nada más que ese trocito de tela que cubría su sexo. No pude evitar morderme el labio al admirar la belleza que tenía delante. La tumbé suavemente en la cama, besándola desde los labios, hasta la parte interna de sus muslos. Provocando que arqueara la espalda y gimiera con cada beso.
- Tranquila Anne, quiero que disfrutes de cada beso- besé sus labios- cada caricia- acaricié su torso- cada centímetro que recorra mi lengua- pasé mi lengua por su cuello, lo que hizo que gimiera- y cada mordisco que te haga- mordí el interior de su muslo derecho, y ella me contestó con un pequeño grito
Mordí la costura de su tanga y me fui bagándolo hasta deshacerme de él, sin soltarlo de mi boca. La miré por primera vez esa noche, memorizándola así, desnuda y deseándome. Me tumbé sobre ella, apoyando los codos a cada lado de su cuerpo, besando sus labios. Fui bajando, dejando pequeños besos, en cada centímetro de su vientre. Me paré en cuanto llegué a la línea invisible, que separaba su vientre de su sexo. Levanté la mirada y vi como tenía los ojos cerrados. Sonreí y continué con los besos, hasta llegar a unos centímetros de su clítoris.
Me levanté y empecé a desvestirme, dejando solamente los bóxers. Volví a mi posición, pasando mi lengua en su clítoris. Movimientos lentos y precisos, provocando que Anne se agarrara de las sábanas y arqueara su espalda, como si me pidiese más. Seguí acariciándola con la lengua, haciendo círculos, introduciendo un dedo en su sexo. Gemía y era música para mis oído escucharla disfrutar. Metía y sacaba el dedo a la misma, velocidad que movía mi lengua en su clítoris.
Sentí que se estaba desesperando por más, en cuanto me agarró del pelo. Eso me puso más cachondo, me demostraba lo mucho que me deseaba. Demostraba lo que quería, cómo lo quería y cuándo lo quería. Era una mujer con las ideas claras, y me encantaba. Con la mano libre que tenía, empecé a jugar con uno de sus pezones, estimulándolos y pellizcándolos. Sabía que eso le proporcionaba placer y para eso estaba yo. Iba a darle todo el placer del mundo.
Después de estar un rato explorando su sexo con mi lengua, subí por su vientre, dejando un rastro con mi lengua en él. La besé apasionadamente, sintiendo como la mano de Anne acariciaba mi miembro por encima de la tela del bóxer. No pude evitar gemir, quería hacerla mía, pero también quería que disfrutara lo máximo posible. Anne se deshizo enseguida del bóxer, a pesar de haberlo evitado.
- Si que tienes ganas... Quiero que disfrutes cada segundo de lo que te haga. Quiero que sea inolvidable- le dije
- No puedo esperar a que me hagas tuya- dijo casi como una súplica
Rocé mi miembro con su sexo lentamente, antes de penetrarla. Empecé con movimientos lentos, sintiendo cada centímetro de ella. Sintiendo como apretaba las paredes de su vagina para sentirme. Fui aumentando la velocidad de mis embestidas, a la vez que acariciaba su clítoris con mis dedos. Anne gemía y jadeaba, haciéndome sentir el hombre más afortunado, por poder hacerla mía. Nos besábamos y gemía cada vez que me movía. Cada vez que la metía mucho más al fondo. No dejé de tocarla, de estimular su clítoris a la vez que la penetraba.
- Zack... Dios Zack, me encanta- susurró entre gemidos- no pares por favor... Sigue... Más...
Escucharla pedirme más, me ponía muchísimo. Por supuesto que no iba a parar, estaba siendo el mejor sexo que había tenido jamás. Y como ya le dije, quería que esta vez fuera inolvidable.
- Voy a correrme Zack. Más rápido
Acaté su orden y empecé a moverme más rápido, con movimientos más bruscos, hasta que ambos llegamos al clímax. Me tumbé encima suya, jadeando, al igual que ella,
- Ha sido el mejor que he tenido jamás- dijo tras recuperar el aliento
- Eso intentaba. Quería que fuese inolvidable- contesté
- Cada vez contigo es inolvidable, así que tranquilo
Me tumbé boca arriba y ella se acurrucó a mi lado. Me estaba acostumbrando a tenerla a todas horas, a dormir con ella, a besarla cuando me apeteciese, hacer todo lo que una pareja normal hiciera, pero no iba a durar y me estaba matando. Las horas pasaban y cada vez quedaba menos para que volviéramos a casa. Para que volviera a los brazos de mi mejor amigo.
- ¿En qué piensas?- pensé que estaría dormida
- En lo rápido que está pasando el tiempo
- Lo se, en nada volveremos a casa
- Y ojalá nos quedáramos aquí. Ajenos a la realidad, viviendo en nuestra pequeña burbuja
- Pero no es posible
- ¿Por qué no?¿No te gusta la pequeña familia que tenemos?
- Me encanta, me encanta tener a Jane llamándome mami, tenerte a ti... Pero esto no es la realidad. Hemos creado una pequeña burbuja ajena al mundo, y ambos sabemos que explotará cuando lleguemos a casa
- O podemos continuar con todo esto incluso estando en casa. Podemos formalizar nuestra relación, empezar bien
- Haremos daño a Harold. Es tu mejor amigo
- Lo se. Pero ya le hemos hecho daño la primera vez que nos besamos. La primera vez que lo hicimos
- Pues a lo mejor deberíamos dejar de hacerlo de una vez
- No puedo Anne, no puedo dejar de besarte o abrazarte y mucho menos no puedo dejar de acostarme contigo. Se que Harold es mi mejor amigo, se que la he cagado, pero ha merecido la pena pasar este tiempo contigo. Le diré lo que hicimos, le diré que te necesito y se enfadará, pero lo entenderá
- No quiero hacer daño a Harold
- ¿Y a mi sí?
- No voy ha hacerte daño, porque ambos sabíamos que esto no iba a durar
- Pero me harás daño. ¿Te crees que verte con Harold no me hará daño? Y luego está Jane... Mira como se puso
- Le explicaré a Jane lo sucedido, le explicaré todo, ella me entenderá
Decidí quedarme callado. No entendía por qué no quería intentarlo. Así que me obligué a dormir
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Best Mistake |Z.M|
FanfictionDesde pequeños nos enseñan que nada es perfecto. Entonces, ¿por qué buscamos siempre la perfección? En busca de la perfección, la gente se equivoca y por ello, acabamos cometiendo errores. Pero, ¿quién dice que los errores tengan que ser malos? Porq...