☆ Capítulo 3 ☆

60 6 2
                                    

Un nuevo día, un puto día más en el que tengo que ser una persona que no puede estar armada en un sitio público, me refiero al instituto. Trabajando en la CIA me acostumbré a ir armada para mi propia protección, sin el arma me siento...desnuda.
Me "arreglé" para ir al instituto, en mi opinión voy bastante simple, me encanta la moda...pero no voy a ir con ropa de Channel a el instituto.
Bajé las escaleras y me encontré una nota de Derek en la nevera.

Hola hermanita:
He tenido que ir a las oficinas ya que tu padre me ha llamado.
Tienes algo , que te va a encantar, en la nevera...para que desayunes.
Besos.
P.d: Me dijo que cuando salieras del insti vinieras por tu cuenta.

Acabé de leer la nota y fruncí el ceño, abrí la nevera y se me iluminaron los ojos: TORTITAS CON NATA Y SIROPE DE CHOCOLATE...oh dios, necesito abrazar a alguien. Definitivamente el día había empezado con un pensamiento negativo, pero esto lo compensaba.

Me encaminé a el instituto y al mirar mi reloj me di cuenta de que si no aceleraba acabaría llegando tarde; empecé a caminar a mayor velocidad, casi corriendo. Un coche pasó a mi lado, deteniéndose. Me sorprendió, no que se detuviera, sino el tipo de coche. ¿Era un Ferrari California negro? Me encantaba ese coche, al ver quien iba dentro perdió el encanto.

-¿Qué tal Briand?- dijo la chica de la voz chillona.

-Genial, hasta que apareciste- dije mirando el coche

-¿Te gusta? Un regalo por parte de mi padre- dijo riendo

-Sí, es muy bonito- seguí andando- por cierto, vete a más velocidad, pareces una señora de setenta años- el coche en ese instante pasó a más velocidad, esta chica daba la impresión de que: 1- No tenía personalidad y 2- Solamente sabía presumir de dinero.
Reí sola al imaginármela pidiendo limosna en la calle, no soy mala persona, pero es que la conocí ayer y ya la escuché hablar más de los coches que tiene su padre y el dinero que posee su familia que escuché hablar a los profesores.

Cuando entré en el instituto varias miradas, menos que las de ayer, pero aún algunas, me observaban al caminar por el pasillo. Empecé a buscar a Sophia, si quería que se hiciera mi amiga para que confiara en mí debería primero, pasar tiempo con ella; miré hacia mi casillero ya que tenía que dejar algunas cosas y ¡bingo! al lado de mi casillero estaba ella.

-Parece que me vas a tener al lado en los intercambios- dije mirándola sonriente

-Sí...eso parece- dijo con su timidez característica pero noté nerviosismo en su voz.

- ¿Te pasa algo?-pregunté curiosa

-Bueno...como de esto te vas a enterar puedo contártelo- suspiró- como sabes hoy es viernes, en muchos institutos y universidades hacen una fiesta para celebrar el inicio del curso, en este insituto la hacen para celebrar cada trimestre...el inicio y el final, como estamos casi al final...esta noche habrá esa clamorosa fiesta y bueno...m-me han invitado

-¿Y esi que tiene de malo o de raro?

-A chicas como yo nunca l-las invitan

-Oh vamos Sophia- fruncí el ceño y abrí mi taquilla de la que calló un papel con una dirección

-Es la dirección de la fiesta, las meten en todas las taquillas de la gente que quieren que vaya a la fiesta.

¿Nerd? ¿Yo? NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora