El Diablo

capitulo final.

Capítulo final.

Narradora Universal.

Emily estaba asustada, mejor dicho aterrada, él rostro de Sean estaba rojo mientras que sus ojos tenían un color negro cubriendo toda la superficie de esta y unas notables pero pequeñas venas sobresalían alrededor de los ojos y eso no era bueno. Satán, su padre, lo veía con mucha diversión, mientras que en su rostro proporcionaba una sonrisa de satisfacción. Que linda relación tenían pensó la chica con un bufido al final.

-No lo olvides Sean..... Nos vemos- volteo a ver a Emily con un guiño haciendo que Sean gruñera- oh se le olvidaba, Adiós Sean - se despidió con un notable y gracioso sarcasmo. Y desapareció.

Sean estaba enojado, no podía entrar aquí y arruinarlo todo dejando aterrada a Emly por lo que pude sentir.

Al instante Sean cerro la puerta con fuerza haciendo que la chica sobresaltara, suspirando con pesadez alentandose hablar.

-¿Q-que fue es-eso? - susurró Emily tartamudeando.

Sean dejo escapar un suspiro, tenia que decirle y rápido, Giro en su mismo eje teniendolo en frente de la chica, estaba ya calmado al igual que sus facciones, sus ojos tenían su color normal mirándo a Emily con mucha concentración pensando en lo que le iba a decir, aunque pareciera un poco cursi y malditamente patético para su reputación el quería decirle que se iba a ir dejándola sola pero con mucha delicadeza para que la chica pudiera entender sin que él pudiera hacer le daño.

-¿Sean? E-estas Bien? -Emily maldijo por dentro pensando ¿Que estúpida pregunta le pudo hacer a un Diablo?.

Sean río un poco - Ven..- tomo la pequeña y frágil mano guiándola hacia las escaleras entrando por su habitación.

Tomo sus delicadas y coloradas mejillas proporcionándole una pequeña corriente en esta al igual que en el estomago a la chica.

- Él barbón de allá arriba - soltó una risa Sean al escuchar un trueno de Dios-me dijo que esto se tiene que acabar al igual que me lo dijo en idiota y estúpido de Satán... Rompí las reglas- susurro con molestia recordando las pesadas palabras de los dos

El corazón de Emily se acelero ¿reglas? Enserio era absurdo todo esto
¿Que pasara? ¿No lo vera mas? Supongo que son una maldita y estúpida masoquista queriendolo tener a lado mio, no quería que se fuera, en todo este tiempo que he estado a lado de él me estuve encariñando de su absurdo y egocéntrico que es él. Pero hay que tener un poco de cordura no? Él de allá arriba, Dios. No quiere que pase esto pero como le hará, voy a estar recordándolo de por vida hasta que muera.

—¿Reglas? — pregunto incrédula provocando de Sean riera un poco para después asentir. — Eso es absurdo — opino rodando los ojos.

— Dios te va a castigar — advirtió Él apuntando hacia arriba — Te vas a ir al infierno por cuestionar las reglas, si te veo dentro de unos años en la laguna de almas, solo recuerda que te lo advertí — río Sean acercándose a Emily lo cual la dejo sin aliento.

— ¿Cómo es el infierno? — aquella pelinegra se atrevió a preguntar sin rodeos por primera vez.

— Depende, si eres un alma que llega al infierno sera la tortura las dolorosa y nunca terminable de toda tu eternidad, sentirás como cada parte de tu ser se desgarra lento y dolorosamente mientras recorres cada parte de la laguna sollozando y suplicando piedad.— susurro tomando el mechón negro de Emily. — Pero, él Diablo, Satán y los demonios disfrutan mas, ya que nos gusta torturar a las almas que llegaron nos da una satisfacción tan grande cuando les damos recuerdos vagos de su vida podemos vemos sus caras de dolor — hablo con satisfacción en cada palabra que pronunciaba, dándole entender a la chica que le encanta ver sufrir a la gente.