El Diablo

Epílogo.

Yacia mucho que no veía este parque desde que la conoció, él olor a tierra mojada y a pasto recién regado volvieron a inundar sus narices  recordando esa vez cuando la veía corriendo. Camino donde se encontraba aquellos juegos a lado de la cancha de fútbol donde jugaban los niños, y ay estaba. Su pequeña humana corría hacia aquella resvaladilla color azul con él viento recorriendo su piel tan blanca como su sonrisa, Él estaba a lado de un árbol grande con su traje negro y camisa blanca, sus zapatos de charol tal elegante y bien peinado, nadie lo podía ver ni su pequeña humana de 5años de edad, si. Tenia que deshacer él daño desde él principio, volver aquel día en que él la marco con la estrella en su frágil muñeca recordando sus lágrimas, suplicas y sollozos pero sin embargo él no se detenía ni se limitaba averla hizo una mueca.

Era un idiota pensó.

Ya no la vería mas, no vería esos ojos azules que se volvieron sus favoritos, su sonrisa, su risa. Tendría que vivir sin ella estando en él inframundo pensando en ella y observarla mientras ella juega, estudia. No podía controlarse de tan solo pensar de que llegue él indicado para Emily y la toque, la bese, que la estreche con sus brazos, que la vea dormir, que aquellos suspiros solo sean para él otro, ver a sus hijos corriendo mientras ellos están sentados en la banca con sus manos entrelazadas, una mueca se hizo presente en su rostro. La amaba...

— fuiste y siempre seras mi pequeña humana...— susurro con pesadez —  te vi crecer y no lo disfrute cuando tu me podías ver, y ahora que lo puedo disfrutar tu no me veras, ni recordaras.

Le ardían los ojos, sus lágrimas traicioneras salieron por primera vez, nunca había llorado ni soltado una lágrima, hasta ahora. Su pecho se oprimió como un fuerte golpe en su corazón dejándolo sin aire, su estomago se revolvió. Era él peor sentimiento que le paso, trató se soltar un suspiro dejando un sollozo al final.

— Te amo mi pequeña, humana— susurro.

— Eres un maldito marica, llorón — río Jon apareciendo a lado de el— ¿ya lo sabias?

Sean solo se limito a secarse sal lágrimas con brusquedad — Idiota— susurro.

— Damas y Caballeros, él grandisimo, él temido e inigualable Diablo, esta llorando por "Su pequeña humana"— grito lo mas que pudo levantando los brazos en los aires y haciendo comillas.

Sean lo miraba con los ojos entre cerrados. Él saco color azul que traía puesto Jon se incendio la manga provocando que este hiciera  golpes en ella.

— Que gracioso — Jon se puso serio.

Sean suspiro viendo por ultima vez a Emily quien se asercaba corriendo con sus pabres.

Jon se sorprendió al ver a Sean mirando a la niña, se veía mal. Era su hijo y nunca tomo la responsabilidad como tal y nunca lo haría. Suspiro tenia que decirle algo alentador al marica y sensible de su hijo.

— Es lo mejor para todos Sean— trato de alentar a Sean sabiendo que él no lo hiba a tomar en cuenta— nosotros no nos podemos familiarizar con los mortales— lo miro pero él tenia su mirada en su pequeña — solo piensa lo, si? — bufo desapareciendo.

Probablemente tenia razón, eran las reglas del cual él y su humana rompieron de la manera mas excitante que hay, cerro los ojos volviéndola a recordar y después los abrió.

— Adiós — se despidió y desapareció.

Él amor y él cariño, aveces no son para todos. Aveces nos toca sufrir y aceptar la realidad.

"Nos veremos pronto mi pequeña humana "

FIN.