"Cuidado con el diablo"
"Con tan solo tronar los dedos te puede desaparecer"
"Nunca lo hagas enojar"
"Nunca confies en el"
"Haz lo que te diga"
"No lo mires a los ojos"
"No lo toques"
"Una vez que te marca, no te puedes deshacer de el"
PROHIBIDA LA...
Otras vez de un largo trabajo Sean apareció en su casa cansado, Matar personas no es nada fácil y mas en el famoso New york. Al aparecer en el inframundo escucho el maravilloso sonido de gritos, de lamentos, de suplicas llenando de alegría su alma con una sonrisa de satisfacción. El castaño entro a la enorme mansión con un lindo color rojo en las paredes. Desde hace 5 años que dejo su rutina, el Diablo ya no sabia que hacer Estaba aburrido. Mataba personas, cumplía los pactos con los idiotas que deseaban dinero a cambio de su alma, Idiotas, ya no se divertía como antes. Muy en el fondo Sean pensaba en visitar a Emily, hace mucho que no la veía, ¿Como estará?. Pero lamentablemente el mismo dijo que iba volver a visitarla, no quería arriesgar a Emily, su vida no es nada facil cuando jon se aparece.
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Pero jon esta al otro lado del mundo ¿Se va a tardar, no? Una visita no hará daño El castaño chasqueo los dedos y apareció en los Ángeles, hace mucho que no visitaba los Ángeles. pero ¿Donde estará? !Maldicion! Enserio no contaba con eso. La ultima vez que la vio era en la casa de sus padres. Cerro los ojos, en su mente recordó a la pequeña Emily, sus ojos azules ese cabello negro, respiro hondo puso son dedos en la frente. ¿Risas? Pero... ¿Emily? Abrió los ojos de golpe. ¿Quien es ese idiota que esta con Emily? ¡Ese idiota es un mocoso! Sean no tardo en hervirle la sangre la pequeña Emily era toda una perra.
Por otro lado Emily consiguió salir de ese asqueroso agujero en que la metieron. La pelinegra estaba más que feliz, vive en un departamento sola un trabajo de mesera en una cafetería y un mejor amigo que se adoran uno al otro. Andrew ojos azules cabello castaño oscuro y jodida-mente sexy.
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Después de un largo y agotado trabajo por fin Andrew & Emily salieron de la cafetería hacia el edificio en donde vivía la chica.
-¿Misma hora mañana?- pregunto en castaño despidiéndose de la pelinegra.
- Misma hora mañana - afirmó entrando al edificio.
Emily subió las largas y aburridas escaleras del edificio, Maldijo la pelinegra ¿Porqué se tenia que descomponer el ascensor? Lo peor de todo es que su departamento estaba en en cuarto piso. Con las pocas fuerzas por fin pudo llegar; camino en un pasillo que conducía a su habitación.
Sean estaba más que ansioso estaba persiguiendo a la traviesa Emily, que por cierto ya no era una niña, era toda una mujer. Sean no pudo evitar imaginarla desnuda en su cama gimiendo y suplicando por mas. Después de todo no fue mala idea venir a visitarla esa pequeña debe ser de el cueste lo que cueste.
Sean sabia perfectamente que Emily no iba ser una zorra de las podías llevar a la cama sin ningún problema Ella era difícil, tenerla a sus pies no iba hacer una tarea fácil, tenia que comportarse como un idiota enamorado para tenerla en donde el quería.
- Pero mira a quien tenemos aquí, Emily cuanto tiempo - Saludo con la única sonrisa que tenia Cinismo.
Emily no tardo en reconocer esa voz, ¿Sean? Pero... ¿que hace aquí?, su corazón dejo de palpitar sintió una corriente de aire, sus ojos lentamente se dilataron. No sabia que hacer, sus pies no reaccionaban necesitaba correr, no quería volver a verlo. Ese temor que sintió 5 años atrás volvieron aparecer & y lo peor es que sabia que Sean estaba disfrutando todo el temor & el susto que le trasmitía. Sean camino con pasos firmes & lentos hasta estar atrás de la pequeña Emily que no podía mover un musculo.
- ¿Qué tienes Emily, asustada? - susurro en su oreja haciendo que la pobre Emily tiemble - no te asustes Emily, vengo en son paz - suspiro mordiendo el ovulo de su oreja.
Emily reacciono y corrió hacia su habitación, cerrando la puerta con seguro y nunca volviera abrir la puerta para quedarse por toda la vida. Simplemente no podía percatarse de que Sean este aquí ¿Por qué? Todos los días en que Emily recordaba a Sean sus lagrimas salían con intensidad ¿Que hice para merecer esto? ¿Porqué me hizo eso? Cada noche gritaba, lloraba ya no sabia que hacer para quitar ese remordimiento, y dolor que la perseguían. azoto la puerta al estar adentro, puso seguro y candado.
- Cariño, te recuerdo que soy el diablo-. Esa voz sonó firme detrás de ella.
- ¡Oh dios mio!- grito al darse vuelta y verlo.
¡Maldición!
La sangre le hirvió con fuerza, su rostro estaba con un color rojo intenso, sus hermosos ojos azules se tornaron oscuros, Emily se metió a la boca del lobo y nadie sale vivo para contarlo.
- Te estas metiendo con fuego cariño y te puedes quemar. -. Su voz ronca sonó por todo el departamento -¿Cuantas veces te he dicho que no me gusta que digas esa palabra y más frente mi? - pregunto asercandose a ella peligrosamente - ¡No te escucho! -Grito, siempre esa niña la pone así.
Sean estaba a centímetros de Emily tenia tanto miedo "¡Dilo!" Volvió a gritar Sean levantando su mano en tono de amenaza.
- No me hagas daño por favor - susurro cerrando los ojos llenos de lagrimas y sollozando.
Sean seguía con su mano levantada Estaba mas que desesperado y hecho una furia necesitaba darle su merecido a esa maldita perra debía que entender quien manda aquí Su mano temblaba pero no de miedo Una parte decía que la dejara en paz pero la otra parte tenia que hacerlo. ¡¿Que hacia?!...
