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POV. Max

Más tarde, ese mismo día después de hacer semejante barbaridad, me fui de la habitación de Sofi, recién duchado y comido, no dejé que hablara y eso le molestó bastante, es más, yo tampoco dije palabra alguna. Porque sé que lo que hicimos está mal...  Si tan sólo me hubiera detenido, pero, no puedo culparla solo a ella, porque yo también tengo parte de la responsabilidad. No quería que volviera a creer que íbamos a volver a estar juntos, no era así. Yo amo a Abby, pero me desquité con alguien que no tiene nada que ver en nuestros problemas. Me dirigía a mi habitación cuando me encontré con unas amigas de la clase de filosofía y que querían que fuera su compañero para el proyecto, les dije que lo pensaría y les diría el resultado mañana.

- ¿Por qué no habías venido? - Comentó Celeste

- Uno tiene que tomarse días para reponerse, saben de lo que hablo - les dije en tono sugerente.

Y los tres reímos. A lo lejos pude ver a Amelia con cara de pocos amigos, y cuando me vio fue horrible.
Me disculpé con Celeste y Aneth y ahora sí iba a ir al dormitorio.
Estaba pensando en lo que había hecho, y es mejor que tanto Stan como James sepan de una vez por toda mi regada de pata, y entre los dos me maten. Así que, fui por Stan a su oficina, estaba muy confundido, pues no le di ninguna explicación y sólo le dije que era urgente hablar con los dos.
Al llegar James estaba con una sonrisa demasiado extraña, aun no me veía. Stan y yo nos dirigimos a mi cama

- He mandado todo a la mierda - les  comenté mientras me tiraba en la cama

- ¿Y la novedad aquí es? - la boca de Stan escupía sarcasmo

- Que me acosté con Sofi - dije arrepentido.

- ¿¡Qué hiciste qué!? - James saltó de su cama y vino a encimarse sobre mi. Stan lo tomo de los brazos - Está bien que te defendí de Abby, pero ella no se acostó con Dylan.

- Eso no lo sabes - le grité.

- Claro que sí - Stan le dejó un brazo libre con él cual me golpeó - si lo hubiera hecho ya todo mundo lo sabría.

Me quedé callado, porque no tenía argumento contra ello. Había cometido un error muy grave que tarde o temprano estaré pagando de una u otra manera.
Stan quitó a James encima mio y lo puso en su cama.

- Espero que después del númerito que han montado estén más relajados

- Confirmo algo - James ignoró a Stan - si eres un hijo de perra

- Dime algo que no sepa - le contesté lo más enojado posible.

- ¡Se callan! - Gritó Stan

Y ambos lo hicimos, jamás querrán verlo enojado, si da bastante miedo.

- Antes que nada...

Tocaron la puerta, interrumpiendo a Stan. James, literal, corrió a abrir.

- Hola Melia - ¿Qué no era Amelia?

La dejó pasar

- Hola, tú - contestó y al vernos frunció su nariz

- Pon tus cosas aquí - le indicó su escritorio.

Mientras ellos se acomodaban dándonos la espalda, Stan y yo nos volteamos a ver confundidos.

El Encanto De AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora