Capítulo 3

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El internado donde solía estudiar era católico también. Por ende estaba repleto de monjas. Pero, sólo tenía dentro de sus cuatro paredes, un sacerdote. Su nombre era Miguel.

No era tan anciano. Podía tener unos treinta, casi cuarenta...

A simple vista se veía amable.

Siempre que nos cruzabamos, solíamos darnos la mano, pero nada más allá de eso.

A veces pienso que no detallo mucho a las personas, y luego termino arrepintiendome de ello.

~

Cierta tarde, el cielo estaba gris.

Llovía a monzones y los árboles se movían como si estuviesen vivos.

Estaba en la biblioteca, devorando "La divina comedia " por quinta vez, (Sólo había libros con temas religiosos) cuando de repente sentí una mano en mi hombro.

Era el padre Miguel, con su enorme sonrisa en el rostro, sus lentes algo rayados, y sus hojas blancas en la cabellera.

-Siempre que vengo aquí, te veo leyendo este mismo libro. ¿Es que no disfrutas los otros?

~No es eso, es tan sólo que ninguno me atrapa tanto como este, y además, aquí sólo hay libros que hablan de Santos y de milagros. Nada interesante.

-Si te interesa, tengo algunos libros de Cortázar en la capilla. Si quieres vamos y les echamos un vistazo. Te los prestó el tiempo que quieras.

~Vale. Si eso me hará dejar de leer estos estúpidos libros...


MUSULMANA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora