Fuimos a darle la noticia a Anne.
Ella estaba encantada con tener una nueva nuera.
Prometió explicarme las funciones de una esposa musulmana, y como vestir para cada ocasión.
Ella estaba más emocionada que yo.
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El día de mi boda por fin había llegado.
Mi vestido era hermoso. Blanco inmaculado, lleno de piedras y flores rosas. Mi hijab, emmm, pues, era blanco.
Ahí estaban también esos chicos extranjeros que habían venido conmigo en el avión: Giannis, Benjamín, Andreas, y Hellen.
Hellen se había convertido en algo así como mi mejor amiga.
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Ahmed se veía guapísimo con traje. Casi me lo como a besos cuando lo vi.
No es fácil casarte cuando aún estás en la Universidad. Tienes que mudarte del campus e irte a vivir con tu esposo.
Como sea, en los países donde el Islam es el pan de cada día, esto es normal.
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La primera noche no fue para nada fácil.
Como ya lo mencioné, las mujeres debemos llegar vírgenes al matrimonio.
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~Debo decirte algo. Pero espero que no me repudies por esto.
-¿Qué puede ser tan malo?
~Cuando estaba en el internado, en España, recuerdas que te dije que mi último año había sido muy difícil. Pero la razón de esto no eran mis notas, u otras razones estúpidas que les dije a los demas. Espero que lo que te voy a decir no te haga cambiar tu opinión a cerca de mi, o te haga arrepentirse de casarte conmigo.
- Cariño, ¿Qué podría ser tan malo para que yo te repudie o me arrepienta de querer compartir mi vida contigo?
~No soy Virgen.
-¿QUÉ? ¿POR QUÉ NO ME HABIAS DICHO NADA?
~Es que, no es lo que tu piensas. Déjame expli...
-Aquí no hay nada que explicar. Has desobedecido a Allah, y a tu Dios. Esto es imperdonable.
Anne te lo dijo. Las mujeres musulmanas son puras, y llegan vírgenes al matrimonio. Tu no naciste para ser musulmana. Lo mejor será que regreses con el que te dañó y le digas que se case contigo....