Capítulo 4

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Entramos a la capilla.

Luego pasamos a un corredor oscuro, y llegamos a un cuarto, como una pequeña biblioteca personal.

Olía a libro viejo. Algo que me encantaba.

De repente, mientras observaba admirada los estantes, escuché como soñaba la puerta.

Sonaba igual a cuando le pones cerrojo a algo

~¿Qué hace? -Le pregunte algo aturdida

-Es para que nadie nos moleste- Me contestó con una sonrisa perversa

Se acercó lentamente a mi, me arrancó la blusa.

Yo no hacía más que llorar y rogarle que se detuviera. Pero no lo hizo.

Seguía bajando, bajando, y bajando. Hasta que llegó a mi falda.

La desabrochó lentamente. Yo no dejaba de suplicar.

Y entre sollozos y lágrimas, introdujo su miembro en mi inmaculado ser. En mi virtud. En mi inocencia.

Y lo que parecía ser un gesto de amistad, de un sacerdote hacia una estudiante, se convirtió en un mar de lamentos y pesares, que hasta hoy día recuerdo con angustia.

~

Mis notas recayeron horriblemente.
Pasé de tener un promedio de 9.8, a ser un triste 6.3.

Todos los profesores me decían lo mismo. Que estaban decepcionados, que llamarían a mis padres, que no me graduaría, que no sería alguien en la vida si no mejoraba mi actitud, etc, etc, etc.

Pero la vida, como yo la conocía, ya no era la misma.

Me aleje poco a poco de las personas que amaba.

María se unió a un club de pintura y, a pesar de que seguíamos viviendo en la misma habitación del internado, sólo intercambiabamos un Hola casual, o un adiós, sólo por compromiso.

Katya regresó a Rusia, después de que la madre superiora descubriera que estaba embarazada.

Parece que cuando íbamos al seminario, a hacer nuestros estudios sobre teología y esas cosas, conoció a un inglés, del cual se enamoró perdidamente.

Según lo que ella mencionó sobre el, lo hacían en el jardín, a lado de la estatua de San Benito, cuando todos estábamos en clase. Ella se hacía la enferma, y decía que se iba para la enfermería, y el, decía que tenía que ir al baño.

Al final, el nunca le correspondió.

Cuando tenía 4 meses se le empezó a notar demasiado, y fue cuando la madre superiora vió que algo no era del todo normal en ella. Igual, tarde o temprano, alguien lo iba a notar.

~

Yo no volví a ser la misma desde esa tarde lluviosa.

Algo en mi murió ese día. Algo se quebró.

MUSULMANA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora