Capítulo 14: Finales y Comienzos (Parte 2)

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PDV Connor.

Mi sorpresa de ver a Tessa a punto de dar a luz fue tal que no me fijé por dónde iba y terminé chocando contra los tres lobos que luchaban encarnizadamente. Gran entrada, pensé sarcásticamente por un segundo antes de concentrarme en los rostros enfurecidos a mi alrededor. Aproveché el desconcierto que generé para interponerme entre ellos, mirando a la loba que consideraba una hermana.

-Sharon, es suficiente. -dije con firmeza, mirándola a los ojos. -Ya se derramó demasiada sangre. -Había creído que venía a proteger a mi familia, pero en este corto espacio de tiempo había logrado comprender realmente quién necesitaba ayuda.

Escuché a Boone moverse detrás mío y retroceder hasta donde estaba su hermana, al parecer decidiendo ignorarnos completamente para centrarse en su bienestar.

Sharon avanzó amenazadoramente hacia mí.

-Sal de mi camino, Connor. ¡¿O es que Jack no te importaba para nada?! ¡Ella nos lo quitó! -ahora su tono se veía más nublado por el dolor que por la ira.

-¡Por supuesto que me importaba! Pero fue un accidente. Además, ¡está entrando en parto! ¿O acaso quieres matar al cachorro también?

-Connor tiene razón -me apoyó Kim, colocándose lentamente a mi lado. Tenía una mirada sensata, que calmó el intermitente gruñido grave de Luka.

-Jack no se merece que su muerte no sea vengada -musitó el lobo negro fríamente, no estaba acostumbrado a verlo tan serio. Pero luego ablandó un poco su expresión, dirigiéndose a Sharon- pero es verdad, esa cría no tiene la culpa. Una vez que no la siga teniendo dentro, nos encargaremos.

Iba a decir algo en protesta de aquélla decisión, pero un nuevo alarido por parte de la aludida me interrumpió. Giré la cabeza hacia ella, un pequeño cachorro cubierto de algún líquido viscoso extraño comenzaba a asomar la cabeza, y Boone tenía apoyado su hocico en la mejilla de la madre, como si le estuviera dando fuerzas.

Todos nos quedamos en silencio viendo la escena, como si presenciar ese nacimiento nos obligara a dejar de lado las disputas, si tan sólo por un instante. Los únicos ruidos eran los gruñidos forzados de la loba y el viento rugiendo sin descanso desde afuera.

El bebé terminó de surgir y se veía saludable, pero no se podía decir lo mismo de Tessa. Cortó el cordón umbilical con los dientes, esbozando una leve sonrisa al ver al cachorro, y luego echó la cabeza hacia atrás y exhaló. Tragué saliva al notar que los latidos de su corazón se habían detenido, y sus ojos se cerraron eternamente.

Boone llamó su nombre desesperadamente mientras yo me sentía terriblemente culpable por estar entrometiéndonos de esa manera en un momento como aquel. Demasiado estaba pasando en muy poco tiempo. A continuación él lanzó un aullido largo y tendido, en nuestra especie era el canto de despedida cuando un ser querido se va. Me dio la impresión de que los hermanos ya veían venir esa muerte desde hace tiempo.

El silencio nos rodeó de nuevo, todo el resto había sido prontamente olvidado, dejado de lado. Toda la constante lucha entre unos y otros que había durado meses acabó tan rápido como el momento en que Tessa había dejado de respirar; después de todo, ¿qué venganza podía quedar luego de que la culpable muriera?

Estuvimos así, incómodamente quietos y callados, hasta que el ruido de un motor quebró aquel extraño estado de trance. Podía reconocer el sonido de ese engranaje sin necesidad de mirarlo, era la motocicleta de Marion; de modo que me giré exaltado hacia ella.

PDV Marion.

Iba a toda la velocidad que el vehículo me permitía, pero fui disminuyendo la marcha a medida que notaba que nadie parecía estar en peligro inmediato. Todos estaban relativamente quietos, casi como estatuas lobunas situadas más o menos en ronda.

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