Es simple, le amo

24. Dos días ✓

—¿Quieres que salgamos a cenar fuera o prefieres pedir algo?

—La verdad es que estoy cansada así que por mí nos quedamos en la habitación.

—Vale, a mí tampoco me apetece salir.

—¿Qué podemos pedir?

—Espera un segundo que llamo a recepción—dice descolgando el teléfono.

Coge papel y boli y apunta dos números de teléfono. Cuando cuelga me da el papel.

—Telepizza o chino, ¿qué prefieres?

—Hace mucho que no como chino...

—Vale, pues chino. ¿Llamas tú?

—Venga vale.

Después de pedir me tumbo en la cama y espero pacientemente a que llegue nuestra cena. Noto como el colchón se hunde y poco después como sus brazos me rodean. Le miro y pongo la cabeza sobre su pecho.

—Estamos abrazados como en las películas—digo riéndome.

—Te encanta.

—Sí, y a ti también—digo y se ríe.

—Tal vez...—dice y sonrío.

Sé que le encanta...

—Tengo que decirte algo...—susurra y levanto la cabeza de golpe.

El tono que ha usado para decirlo no me ha gustado nada... Seguro que es algo malo.

—¿Qué pasa?

—Te he traído aquí por un motivo en especial... El principal es que bueno, quería pasar tiempo contigo antes de irme... Y lo que me hizo elegir justo estos días...

—¿Qué fue?

—Es que... Me voy antes de lo previsto...

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Cuándo?

—Me voy pasado mañana...

—¡¿EN DOS DÍAS?!—grito mientras me siento en la cama.

—Sí... Mañana pasaremos todo el día aquí... A las 6 de la mañana volveremos a Madrid y esa misma noche, a las 9 concretamente, me iré al aeropuerto...

—¿Por qué?—digo aguantándome las lágrimas.

—¿Cómo que por qué?

—¿Por qué te vas antes?

—Tengo que firmar unas cosas de la matrícula del nuevo instituto... Donde haré estos dos últimos trimestres para bueno... Para acostumbrarme al idioma y todo eso...

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Me llamaron por teléfono cuando estaba en Galicia.

No digo nada, me levanto y voy al baño. Cierro de un portazo y me miro al espejo. Me lavo la cara y me siento en el suelo del baño.
No puedo permitir derrumbarme... No voy a dejar de ser yo porque se vaya. Le quiero, la verdad es que le amo pero se va y punto. No voy a parar mi vida porque un gilipollas haya hecho que me ilusione, que me enamore... Si el destino quiere que estemos juntos... en unos años volveré a verle. Y si no, que se joda. Que se joda él y que le den por el culo al destino.

Salgo del baño y le miro con dureza.

—No importa, tarde o temprano ibas a irte así que... da igual hoy, mañana, en dos días o en un mes. Vas a irte igualmente.

—¿Estás bien, Kate?

—Estoy perfectamente.

—¿Seguro?

—HE DICHO QUE ESTOY PERFECTAMENTE JODER.

—Vale, vale.

Llaman a la puerta de la habitación y él es el que se levanta para coger nuestra comida. Paga y entra de nuevo con dos bolsas de plástico.

—¿Suelo, cama o... mueble extraño?—pregunta.

—¿La comida viene en tuppers?

—Sí.

—Vale, pues déjalo en la mesita y cogemos cada uno un tupper y lo comemos de ahí. Vamos rotando y ya está.

—Vale.

Deja las bolsas encima de la mesa y se acerca a mí.

—¿Estás enfadada conmigo?

—No.

—¿Seguro?

—Sí.

—Siento tener que irme tan pronto.

—No importa...

—Mírame—dice y levanto la cabeza para mirarle fijamente—Te quiero.

—Yo también te quiero Jace... Simplemente deja que asimile que te vas en dos días ¿vale? Necesito hacerme la dura para no parar mi mundo una vez que te vayas.

—Vale—se acerca a mí y me besa.

Yo le sigo el beso pero pronto me separo.

—Vamos a cenar—digo sacando los tuppers... Que cutre.

—Vale.

Le doy uno y yo me quedo otro, cogemos los tenedores de plástico y nos ponemos a cenar.

Cuando terminamos nos sentamos en la cama, apoyados al cabecero y encendemos la tele. Encontramos una película que parece que va a estar bien así que la vemos.

Cuando termina me levanto y apago la tele, dejo el mando encima de ella y me tumbo en la cama.

—Son las doce y media ¿tienes sueño?—pregunta.

—Bueno, si intento dormirme creo que tardaré un rato.

—¿Quieres ver otra película?

—Venga vale, pero no sé si me dormiré a la mitad...

Vuelve a encender la tele y pone una película de miedo. Se mete de nuevo en la cama y apoyo mi cabeza en su hombro.