dieciséis

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—¿Podemos vernos Roma? Necesitamos hablar.

—¡Ay, ya basta Sergio! Eres tan molestoso.

—Se que estas en tu hogar nuevamente.

—Dios... —suspire pesadamente—. ¿Quién te lo dijo?

—Nadie. —se escuchó su risita—. En realidad no sabía, pero me estas confirmando, je.

Me limite a virar mis ojos, y revolví la salsa que estaba haciendo para la pastas.

—¿No vas a venir al entrenamiento por más que te ruegue no?

—Acertaste, querido Ramos.

—Oh vamos Roma, no vas a poder evitar a Cristiano por siempre...

—No lo nombres.

—No seas chiquilina. Soy tu amigo, hazlo por mí.

—Te quiero Sergio, pero no, lo siento. Al menos aún no.

—Sabes que te buscaría en tu departamento pero... Hoy viajamos así que será cuando vuelva.

Deje la cuchara a un lado y observe si faltaba algo más, aunque casi todo estaba listo.

—¿Alemania, no?

—Ajá.

—Suerte, aunque no se sí lo necesitarán.

—Bueno todo es bienvenido amiga. —hubo un silencio por segundos largos—. ¿No te ha hablado, no cierto?

Suspire, es que si no era Becca era Ramos. ¿Cuando me iban a dejar en paz? Camine a la sala con el celular aún en el oído.

—No. —respondí cortante.

Era verdad, Cristiano no me había llamado, ni un mensaje, nada de nada...

—Lo he visto y se ve decaído Roma, hablale.

—Ni en tus sueños. Ramos, basta. No quiero hablar de él, no quiero saber nada de él, termine todo con él.

—Me parece que no me dejas en claro.

—Deja de ser sarcástico.

—Lo siento, esa charla no se va a escapar ¿Me escuchaste? Vuelvo de Alemania y hablaremos.

—No.... —no pudo. Me cortó, lo hizo.

¿Quien se cree que es? La única que puede hacer eso soy yo.

Bufé y deje el celular a un lado, busque el mando de la televisión y la prendí, observe la hora y Becca debería estar aquí, pero no claro que no estaba, por que siempre llegaba tarde a todo.

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Los días pasaron y los jugadores volvieron a Madrid con una gran derrota de Alemania, Wolfsburgo le había ganado y nada mas que 2 a 0.

Los diarios eran una pesadilla, dando por terminada la champions para el Real. Ramos estaba enojado, Cristiano también podía sentirlo aunque no lo veía se como era él y se lo preocupado y ansioso que debía estar para poder jugar la vuelta.

Como había hablado antes con Sergio, no iba a aparecer por el estadio entonces el me busco en el departamento, pero ya sabemos como es de insistente y molestoso que prácticamente me había obligado a estar aquí, y estaba con el miedo de verlo a él.

No lo veía desde mucho para mí... Tal vez, ¿Tres semanas? Mucho, o tal vez fueron menos, no lo sé para mi fue mucho, nunca habíamos estado tan alejados con Cristiano, no le hablé, el tampoco a mí.

diferentes || cristiano ronaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora