Capítulo I: Azul mar

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— ¡Morgan! —Exclamó la profesora desde el pizarrón.

Zac volteó la mirada hacia ella confuso, le habían regañado varias veces por estar distraído. —Atura, si, Atura, la profesora de sociales de Zac, era demasiado estricta en sus clases— Pero le era imposible estar concentrado, su mente seguía divagando en los recuerdos de hace dos días, tratando de encontrar alguna explicación posible a lo que había visto.

Él volteó a ver a la chica nueva, se había incorporado hace ya unas semanas, su tez pálida igual a la de él, el cabello marrón de la chica caía en una coleta, completamente liso y ordenado, llegaba un poco más abajo que los omóplatos. Ella lo miro, sus facciones eran muy lindas pero no tanto como sus grandes ojos azules. Sí el mar tuviera ojos, serían esos. Luego Zac entró en razón de que se estaban mirando muy intensamente, dio un salto sobre su pupitre, ella sonrió.

— ¿Qué paso? —Pregunto ella, Sarah.

— Nada. —Le respondió él desviando la mirada— Es solo que... Ando un poco en las nubes.

— Sera mejor que bajes rápido sí no quieres ganar otro regaño de "Doña Elegancia".

Zac se carcajeó en voz baja y volteó a mirar a la profesora que explicaba algo sobre antiguas guerras, algo así logro oír.

"Definitivamente" —Pensó— "No podría ir nada mal con Sarah".

El recuerdo le llego por sorpresa.

Yen, un chico coreano que sabía artes marciales y por eso creía ser mejor que los demás, le había quitado su bolso a Sarah, se lo pasaba entre sus amigos — ¿Por qué siempre los "malos" tenían amigos que los apoyaran en todas sus estúpidas decisiones? — Zac salía en ese momento de la biblioteca, despotricaba que no le habían prestado libros, según la bibliotecaria era un castigo por dejar que sus amigos hicieran una broma en la biblioteca ¡Como si él tuviera la culpa de tener de mejores amigos a los chicos más quisquillosos, revoltosos y problemáticos del colegio!

Cuando al final llego al pasillo oyó las risas que reconocería en cualquier lado de ese campus "Justo como si ahogaran una morsa en petróleo crudo" Pensó llevándose la mano a la frente. Su buena consciencia lo llevo a quien las provocaba, Yen. Él y sus amigos no eran más que chicos, pero solían resultar muy molestos si se aburrían.

Sarah trataba de tomar el bolso, lucía como si se contuviera un montón, con los hombros encogidos miraba con desafío a los chicos. Ella susurro algo cuando él ya estaba a medio camino, inmediatamente, con expresión boba, Yen le ofreció el bolso. Se detuvo en seco, él nunca haría eso, Yen esperaría a que algún profesor lo obligara, incluso el mismo director tenía que intervenir de vez en cuando o lo haría hasta que no le diera gracia, pero nunca, jamás, lo entregaría por petición del molestado, en este caso molestado.

Él apresuró su caminata para tratar de alcanzarla, ella se había marchado de allí. Cuando la alcanzó finalmente, le preguntó.

— ¿Estás bien?

Ella se volteó y lo miro, asegurándose de que no era uno de los chicos de Yen, miró hacia atrás— Claro —Sonrió— Gracias de todas maneras.

Él decidió acompañarla por los pasillos, las paredes mitad amarillo mostaza mitad rojo carmesí llamaban la atención de Sarah, al menos más que la conversación que tenían. Ella se disculpó por no haberse presentado antes.

— Lo siento, soy Sarah Gayle ¿Tú?

— Zacharyas Morgan, pero todos me dicen Zac.

Ella lo miró, como si fuera obvio y simplemente se quedó ahí, mirándolo, tal vez esperara a que desapareciera o se despidiera Zac abrió la boca para continuar la conversación pero otra persona lo interrumpió— ¡Zac! — Eran Cory y Matthew. Venían corriendo por el pasillo, una de las razones por las cuales los castigaban tanto— Acabamos de salir del castigo, vamos a comer algo me... —Cory se dio cuenta de la presencia de Sarah— Muero de hambre. —Sonrió, su mirada iba de uno al otro— Hola ¿Y tú eres?

Azul marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora