Veinticuatro de Enero

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Han pasado tres días desde que me dejaron salir del hospital. La verdad es que a las cinco de la tarde del veintiuno de Enero Sheryl determinó que no había nada malo en mí y que solo estaba un poco magullada, nada más. En unos días tendré que ir a sacarme los puntos que me pusieron en la frente para cerrar la herida. 

Hasta ahora las cosas han ido en picada con Matty. Todo está mal y no entiendo qué es lo que le está pasando. El primer día dijo que lo mejor era que no durmiéramos juntos porque yo estaba adolorida y era mejor que tuviera todo el espacio de mi cama. Tenía sentido en ese momento, pero ahora, tres días después, me sigue poniendo esa excusa aunque ya ni dolor siento. No me besa y suele evitarme. He querido hablar con él varias veces pero nunca quiere.

Excusas y más excusas. 

Por otro lado llegue al acuerdo con mis tíos de que, como no había pasado nada grave, no le van a decir a papá lo que pasó. Me costó convencerlos, pero al final les di una buena razón. Nadie quiere arruinar las vacaciones de papá y Violet y todos sabemos que si le contamos lo que me pasó va a venir corriendo por más que le digamos que ya estoy bien. Eso si, mis tíos me pusieron dos reglas para que no le dijeran a mi papá. La primera es que no vuelvo a conducir en todas las vacaciones y la segunda es que iba a dejar de insistir en pagar el arreglo del auto. Estuve muy preocupada por eso, pero mis tíos no me dejan pagar. Eso también me preocupa. No me siento bien aceptando algo así. Fue mi responsabilidad, debería pagar el arreglo. Tengo ahorros, pero mis tíos son muy testarudos.

Decido que por hoy me voy a olvidar de todos los problemas y especialmente de Matty porque es un día especial. Mia y Asher tienen otra cita y mi amiga está muy emocionada. Ella no es de las personas que se arreglen mucho, usen maquillaje o se peinen de forma especial, pero hoy ella me pidió que hiciera todas esas cosas por ella. Sospecho que lo hace más por mí que por ella. Creo que quiere que despeje la mente por un rato y me concentre en otras cosas.

Dejo el poco y nada de maquillaje que tengo junto con una maquina que hace risos en el cabello y comienzo a revisar la ropa de Mia para ver cual es la mejor combinación para que use. Todo esto mientras ella se da una ducha. 

Cuando sale le muestro la ropa que elegí que es básicamente unos jeans negros ajustados y un poco rotos en las rodillas, muy estilo Mia, y una playera de tiras roja y ajustada. Algo simple y que no se aleja mucho de lo que usa Mia todos los días. Asher la quiere así, así que ¿para que cambiarla? Además, Mia es así. 

-¿Has hablado con mi hermano?- pregunta Mia mientras comienza a vestirse

-¿Con Julian?- pregunto inocentemente- Claro, todos los días.

Siento la mirada como mierda que me da Mia aunque prefiero ignorarlo. No es grato pensar en Matty en este momento, pero conozco a Mia. No va a dejar el tema así de fácil.

-No seas tonta, Lex. Sabes que no estoy hablando de Julian.

-Las cosas siguen igual que ayer, Mia. Te diré si algo cambia.

-Él está raro- dice Mia pensativa- No está siendo el insoportable hermano mellizo sobreprotector en este momento y sabe que tengo una cita con Ash. Parece que tiene la cabeza en otro lado y se ha aislado del mundo. 

-Podrías usar tus poderes de hermana melliza para entender qué es lo que le pasa.

-No funciona. Matty está cerrado en banda.

Sé de lo que habla. Algo le está pasando a Matty y él, en vez de contarnos y ayudarlo para ver que podemos hacer, se ha cerrado en banda y ni nos habla. Eso me pone triste. No he tenido muchas relaciones en mi vida, pero estoy segura que si alguien comienza a alejarse y no compartir las cosas que pasa en su vida, es porque la relación puede estar terminando.

Noventa Días (SDLV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora