—¿No piensa tocar la puerta?
—Es la cuarta vez que me lo preguntas en el transcurso del día —replicó Mikaela sin despegar sus ojos del texto que tenía en mano.
Ferid colocó la bandeja con el almuerzo sobre el escritorio y se mantuvo con la misma insistente expresión de siempre. Mikaela no tenía que adivinar qué clase de mirada suplicante le estaba dando, pues ocurría cada vez que el tema se desviaba hacia Yuichiro. Mikaela dio un profundo suspiro, reconociendo que no sería fácil librarse de él por el día de hoy, ya que más de treinta lunas han pasado desde la última vez que vio al zorro.
Mikaela bajó su libro y lo acomodó a un costado de la madera.
—¿Qué quieres que haga? —inquirió finalmente—. Yuichiro me ha estado evitando desde lo sucedido...
—Tiene que seguir intentando tratar con él, su Alteza. La situación se está saliendo de control en el castillo, y me temo que podría empeorar si no habla claramente con Yuichiro. He recibido varias quejas por parte de Kureto —comentó Ferid.
—¿De qué estás hablando?
Ferid le informó que Yuichiro ha estado saliendo de su habitación a mitad de la noche para robar el curry recién preparado de las ollas. Todos los potajes salados desaparecen y solo queda un rastro de huellas que conducen devuelta a su guarida. También le explicó que algunos libros de la biblioteca se habían esfumado como por arte de magia. Pero lo más resaltante fue la desvanecimiento de algunas prendas de la lavandería. Lo último no lo quería atribuir a la malcriadez de Yuichiro, aunque no le dejaba otra opción. Nadie sabía qué estaba haciendo en su recámara, ni siquiera Shinoa, a quien se le podría considerar como su mejor amigo.
Mikaela frunzo ceño ante el reporte y asintió.
—Tienes razón. No creo poder soportar otras siete lunas más... Puede que haya sido mi culpa, después de todo. —Mikaela se cubrió el rostro con ambas palmas y dejó escapar otro suspiro.
—Es un hecho que Yuichiro lo tomó muy mal.
Ferid tildó su cabeza para un costado y recordó los sucesos.
Luego de la travesura de ambos príncipes, Ferid llamó a los físicos para asegurarse del estado de Yuichiro. Los reyes hicieron caso omiso de tales pruebas y aclamaron estar seguros de que esperarían a un descendiente suyo. Los reyes de Sanguinem no perdieron tiempo en hacer los arreglos necesarios para la primera fiesta del cachorro; y Shinya ya estaba pensando en los nombres junto con Guren. Lamentablemente, Yuichiro despertó en pleno espectáculo y al enterarse de las impactantes noticias, se resignó a ser padre primerizo con Mikaela con la condición de poder conocerse mejor en el transcurso. Mikaela había aceptado encantado.
Una mañana, los resultados llegaron a las manos del vampiro, donde se descartaba la posibilidad de una cría en esta temporada. Con la carta desdoblada, Mikaela se había encaminado al cuarto del zorro para compartir su decepción.
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¿Quién se casó con Mikaela Hyakuya?
Fanfic[MikaYuu x YuuMika] Mikaela Hyakuya, próximo soberano del reino de Sanguinem, le importa un bledo terminar como un solterón y el hazmerreír de su nación. Pero cuando sus progenitores le dieron un ultimátum, éste será forzado a favorecer al pretendie...