Nick está caminando lentamente, observando a las parejas en el parque y siente paz...pero esa paz es arrebatada cuando alguien se choca con él.
- Disculpe, ¡no lo vi! –dice el extraño–
Nick se iba a molestar pero reconoce a la persona frente a él, y se tranquiliza.
- ¿Jonathan?
- ¿Te conozco? –mira al extraño enfrente suyo–
- Ohh... soy Nick... Nicholas Grey, ¿tu amigo de la escuela?
- ¡¿Nick?! –sin que Nick se lo espere lo abraza– ¿Cómo has estado?
- Creo que eso es un poco obvio, casi todo lo que hago esta en los periódicos. –se separa de su amigo–
- Tienes razón –lo mira de pies a cabeza y sonríe– ¡Wow!, cuanto has cambiado... veo que te cortaste tu pelo, así te ves más maduro –se ríe–
- ¡Tú también! –se ríe también pero luego de un rato se pone serio– ¿qué te trae por acá?
- Ohh... estoy haciendo unas investigaciones –se toca su camisa– ya sabes para el trabajo.
- ¿Trabajas? –pregunta impresionado–
- ¡Sí! –sonríe– Es raro, lo sé. –lo mira serio– No todos tienen la suerte que tú tienes.
Eso si había dolido, pero era cierto, de todos sus compañeros Nick era el afortunado.
- Lo siento –se siente herido– no quería herirte –lo mira serio– lo dije, porque en la escuela dijimos que nunca trabajaríamos...
- Si, recuerdo ese tiempo...que buenos tiempos.
- Bueno y ¿adónde iras luego? –pregunta serio–
- No lo sé, mi jefe quiere que le dé una lista de cuantos clubs nocturnos hay, y cuanto hacen.
- Yo te puedo ayudar, conozco todos los clubs en esta zona.
- Si sería excelente...–mira al suelo y luego a Nick– también vine acá para salir con mi chica –sonríe fríamente– me estaba engañando.
- Lo siento mucho.
- No, yo lo siento. –lo mira y ve en sus ojos pena– a ti tampoco te ha ido bien ¿no?
Nick no sabe que responder, si no fuera por el incidente de esta mañana, tal vez su respuesta hubiera sido distinta.
- No...
- Aún la extrañas ¿no?
- Cometí un error –se corrige a sí mismo– muchos, pero ella jamás fue un error.
- Lo sé –pone una mano en su hombro– era como una hermana para mí.
- Veníamos acá –siente lágrimas venir– todos los viernes –mira el parque– me acuerdo que tú nos molestabas mucho, aun cuando no éramos nada –sonríe melancólicamente.
- Ella, era diferente y de alguna manera sacó lo mejor de ti –lo mira–
- No sé qué hacer –aparta su mirada del parque y la dirige a Jonathan–
- ¿Porque no vas a California?, sé que tienes una casa en Malibú.
- No lo sé –lo mira– tal vez tengas razón, necesito irme de acá.
- Además así podremos hablar más y vernos –sonríe y saca de su billetera una tarjeta– Cuando llegues llámame, es bueno tener un amigo o charlar con alguien.
- Gracias.
- Bueno debo irme –lo abraza de nuevo– Cuídate, cuando llegues me das la información –sonríe– y te veo pronto –se aleja de él y se desvanece entre la gente
Nick no dudo en irse a california, preparó su Jet para el siguiente lunes. Envió todas sus cosas a california el domingo para ya tener todo listo, necesitaba irse de todas las memorias, necesitaba reconstruir su vida.
Después de instalarse en california, salió una que otra vez con su amigo Jonathan, y se puso al tanto de todo. Pero no tardo en volver a la rutina de irse a los casinos y clubs nocturnos. No lo podía evitar...claro que ahora, gracias a Jonathan trataba mejor a sus empleados.
Una tarde en su departamento. Nick estaba leyendo el periódico y para variar, salía algo malo de él. Su lectura fue interrumpida cuando alguien tocó la puerta.
- ¿Señor, Grey?
- ¿Qué quieres? –trataba de no sonar rudo–
- Su amigo Jonathan, llamó y... –mira abajo–
- Emily, si te invitó a salir –respira y no puede creer lo que va a decir– ve.
- ¿enserio?
- Sal antes que lo cambié a "no"
- ¡Gracias! –sale corriendo–
- Quien lo diría, mi ama de llaves y mi mejor amigo –se ríe–
Sí, Jonathan estaba interesado en Emily, eso hacía que Nick la trate mejor que otras empleadas...después de todo, era lo menos que podía hacer por su amigo, mientras pensaba eso, su celular comenzó a vibrar. Y Nick apresurado contesta.
- ¿Aló?
- ¿Hablo con Nick Grey?
Era una voz extraña para Nick, jamás la había escuchado, así que confundido contesta.
- ¿Quién habla?
- Si vienes a la dirección que te daré, te darás cuenta.
- ¿Cómo consiguió mi número?
- Digamos que nos topamos con alguien que lo tiene –se escucha a alguien hablando a gritos– ¡No lo molesten!
Nick piensa quien puede ser y al fin da en el blanco.
- ¿Qué le hicieron a Jonathan?
- Nada, pero debes venir... te hemos estado buscando por mucho tiempo y ya te encontramos.
- ¿¡Donde!? –dice molesto–
- Calle 23, Sargentos 343... es una gran casa, ven a las 7 pm –cuelga–
- ¿Quién era? –cuelga confundido–
Llegaron a ser las 7 pm, y Nick salió en su Audi a la dirección dada. En eso su celular vuelve a sonar y contesta.
- ¿Quién es?
- ¿Nick?
- ¿Jonathan?
- Disculpa por lo que paso, me imagino que ya estas yendo...
- Si –sigue manejando– ¿quién es el que te ato?
- No me ató, es mi jefe... parece que no te quiere mucho que digamos.
- ¿¡Quien es!? Dímelo para que le rompa su cara
- Lo conoces –duda un poco– No puedo decirte quien es...lo siento–cuelga.
Nick molesto cuelga y llega a la casa, furioso sale de su auto y se dirige a la puerta. Pero en ese momento alguien por atrás lo noquea.
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Nunca es Demasiado Tarde
Roman d'amourMuchos errores se pueden cometer, pero son pocos los cuales pueden ocasionar mucho daño. Ángela es una joven que cae en gracia de un multimillonario y buen hombre Daniel Archivald, pero ella se oculta de un pasado, un pasado que involucra a otro jov...