8-Hombre Lobo Hambriento

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-¿Que me vaya contigo?-pregunto con una sonrisa radiante en la cara.
-no. Con mi abuela.-dije sarcástica haciendo que este suelte una risa.
-mmm... interesante propuesta.-su respuesta me hizo mirarle entrecerrando los ojos y haciendo una sonrisa ladeada.
-¿acaso preferirias estar con mi abuela antes que conmigo?-pregunté fingiendo sorpresa.
-Nunca preferiria a otra persona antes que a ti.-y en ese momento vuelve a unir nuestros labios en un beso lento y lleno de sentimientos.
Separamos nuestras bocas para mirarnos a los ojos. El brillo que reflejaban era incomparable. Sonreí mientras mis mejillas ardían y escondí mi cara en su pecho. Su ronca risa rebotó en mis oidos e intensifiqué nuestro abrazo atrayéndolo más hacia mi.
-lo siento Alice, pero tengo asuntos de la manada que resolver. Mañana si que estaré contigo.-me responde después de unos minutos.
-vale. No pasa nada.-la desilusión en ambos era evidente, pero no nos quitó la sonrisa.
-bueno. Pues te veo mañana.-me puse de puntillas para darle un corto beso pero aun asi no llegaba. El se agachó un poco y volvió a unir por tercera vez en el día nuestros labios.
-eres demasiado alto.-me quejo mientras cojo las llaves de mi coche y lo abro.
-pues a mi me encanta que seas pequeña.-me responde brindandome una sonrisa encantadora.
Le saco la lengua y subo al coche.
-nos vemos.-me despido de el.
-nos vemos.-dice con menos fuerza que yo y me saluda con la mano.
Arranco el coche y empiezo a buscar la salida de la aldea.
Mientras salgo de esta pienso en lo mucho que me va a cambiar la vida, en lo feliz que me siento y lo rápido que me late el corazón a medida que recuerdo nuestros besos.
Llevo mis dedos a mi labios y es como si su calor siguiera allí.
Subí el volumen de la radio y estába sonando una canción muy movida.
-chica chico baila conmigo.-cantaba mientras giraba el volante hacia la izquierda.
Hacia con mi boca los sonidos al compás de la música.
-put your hands up.-creo que me siento demasiado contenta. Ya que empece a moverme, al menos lo máximo que podía al volante.
Seguí así con otras canciones hasta que llegue a casa. Aparque el coche en el garaje y salí de este entrando por la cocina.
-Alice.- saludó Megan.
-Megan.- le salude yo.
-enserio que necesito hablar contigo.- me suplico.
-me daré una ducha antes.-dije intentando pasar de largo. Cosa que no conseguí.
-no. Vamos a hablar ahora.- dijo firme.
-¿y que quieres decirme?-pregunté tranquila.
-joder Alice. Quiero decirte que lo siento. Siento no haber sido la amiga que necesitabas, siento no haber podido estar a la altura. Soy mayor que tu y me necesitabas no sólo como mejor amiga sino como a una hermana. Y no simplemente no hice nada sino que también te defraude. Y lo siento tanto.-dijo con lágrimas en los ojos apunto de caer por sus sonrojadas mejillas.
-Megan. Ya te e dicho que no te preocuparas. Que entiendo si tuviste miedo. Y que no te culpo. Jamás dejaste de ser mi mejor amiga.-la mire fijamente y la abrace.
Me devolvió el abrazo y se rio.
-es tan irónico.- dijo de la nada.
-¿el que?.- pregunté confusa.
-Que sea yo la que te haya hecho daño y que eres tú la que venga a consolarme. De verdad lo siento.-Le sonreí y le pase la mano por el pelo.
- no pasa nada no te preocupes.-y sin decir nada mas subí a mi habitación a darme una larga ducha.
Salí con la toalla blanca en la cabeza y con los shorts negros de siempre. Miraba una camisa de tirantes que ponerme ya que aun seguia haciendo calor.
Mire la blanca y me la puse con algo de dificultad ya que se me engancho en la toalla.
Siento un ligero viento chocar contra mi humeda nuca. Antes de poder girarme sentí ese olor que tanto me gusta y entonces me mentalice de que ya no estaba sola.
-¿acaso no tenias asuntos que resolver?-pregunte girandome chocando nuestros pechos. Aunque realmente su pecho estaba a la altura de mi cara. Levante un poco la cabeza y le mire a los ojos con felicidad.
-los resolví lo más rápido posible para pasar la noche junto a ti.-contesto pasando sus manos detras de mi y abrazandome.
-dame un beso.-suplico con voz melosa a lo que rei.
Me puse de puntillas mientras el se volvia a agachar para unir nuestros labios.
Nos separamos despues de largos segundos en silencio, solo se escuchaban el sonido de nuestros labios al moverse y de nuestros corazones latir mas deprisa.
-¿tienes hambre?-pregunte mientras le acariciaba el pelo detras de la oreja.
-mucha.-asiente mientras cierra los ojos y disfruta de mis caricias.
-voy a cocinar, acompañame.-dije saliendo de la habitacion mientras le agarraba de la mano y bajabamos las escaleras.
-vamos a cocinar.-me corrije mientras me abraza por detras cuando dejamos de estar bajando las escaleras.
Me rei y le bese la mejilla derecha.
Al girar la cara vi a Megan sonrojada y muy confusa con un helado en la mano, las gafas de pasta negras y su manga favorito en la otra. Se encontraba en pijama.
-¿Alice?-me pregunto.
-Megan. El es Damon. Mi...¿novio?-dije interrogando lo ultimo ya que realmente no sabia en que nos convertia socialmente lo de ser mates.
-novio y futuramemte marido.-dijo muy seriamente y con una mirada dura dirigida hacia mi. Sentí una sensación estraña en mi cuerpo. Pero era satisfactoria. Sin darme cuenta sonreí bobamente mientras Megan fruncia mas el ceño.
-¿marido? ¿futuramente marido? ¿y cuanto tiempo es ese futuramente?-pregunta Megan mucho mas curiosa y decepcionada.
-Pues lo que sea necesario para que Alice se sienta agusto.-dijo sin quitar la rudeza de su gesto. Pero la pequeña decepcion que sus ojos me hizo sentirme rara. Hizo que hasta yo me decepcionase un poquito.
Es el vinculo, seguro.
-Megan hablamos luego.-le dije haciendole entender de que nos dejase solos.
-bien.-y se fue hacia su habitacion con la cabeza gacha y sonrojada.
Cuando entramos a la cocina cerre despacio la puerta y me di la vuelta encontrandome con sus ojos.
-¿que te ocurre?-le pregunte.
-¿que que me ocurre?-dijo brusco.-pasa que mi chica duda sobre lo que somos.-dice enfadado.-¿no te das cuenta de que pasaremos juntos toda la vida? A partir del momento en que nos vimos, me perteneces. Asi como yo a ti.-se acerco a mi y cuando estuvo apunto de unir nuestros labios añadio.
-porque eres la unica mujer a la que quiero en mi vida.-unio otra vez nuestros labios y me abrazo posesivamente.
-¿cocinamos?-pregunto despues de unos minutos en el que compartiamos nuestro espacio.
-joder si. Tengo hambre.-se queja llevandose las manos al estomago.

Enseñame A VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora