10-Cancer

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El viaje en el coche fue silencioso. Solo hable yo para indicar a Damon cual era la dirección de la casa de mi madre. Cuando llegamos bajamos del coche en silencio.
Toque la puerta tres veces y cuando mi madre abrió no escondió la expresión de sorpresa al ver un individuo nuevo agarrándome la mano.
-hola mama.-dije soltándome del agarre de Damon y abrazándome a ella.
-hola cariño.-me respondió el abrazo con una sonrisa.-anda pasar a dentro.-dijo desaciendo el abrazo y dejando sitio para que pasáramos los tres.
-buenos dias señora Helen.-dijo Damon saludando a mi madre con dos besos.
-buenos dias hijo ¿como te llamas?-dijo mi madre algo sonrojada. Sin duda mi chico era demasiado atractivo y formal. Desde que ella se sonrojo supe que aprobaba la elección que hice.
-Damon.-respondio sin quitar la sonrisa cordial de su cara.
-bueno Damon, bienvenido.-contesto mi madre alegre. Damon es el primer y único novio que le he presentado.
-hola tia Helen.-dijo Megan despues de que Damon se posicionara a mi lado en el salon.
-Hola hija ¿cómo te va? Hace mucho que no pasabas por aqui.-dijo mi madre reclamandole a Megan pero sin quitar la alegre expresión de su rostro.
-lo siento mucho.-contesto una sonrojada Megan.
-anda pasa que hace frio.- frotó sus manos en los brazos de Megan para proporcionarle algo de calor.
Megan entró en el salón al lado de nosotros y se sentó en el sillón que se encontraba enfrente de donde nosotros estábamos.
-¿quereis algo de desayunar?-preguntó mi madre.
-de hecho mama te veniamos a buscar para desayunar algo fuera.-dije poniendome de pie y yendo hacia su dirección.
-lo siento cariño, pero no me veo con fuerzas.-contesto con algunas lágrimas amenazantes apunto de desbordarse.
-mama ¿podemos subir un momento a tu habitación?-dije seria.
Ella asintió cansada y se dió la vuelta subiendo escaleras arriba mientras subia cogió un pañuelo de su bata y se lo paso por la cara para quitar cualquier rastro de lágrimas en su rostro.
En cuanto llegamos cerré la puerta y la miré duramente. Exigiendole con la mirada a que me contase la verdad.
-dimelo. Por favor. No quiero que me escondas nada mama. Siempre hemos tenido confianza en todo. Siempre te lo he contado todo. ¿por qué ahora no me quieres decir nada?-dije fustrada.
-hija sientate. Te lo contare.-dijo dando leves golpecitos con la palma de la mano en la cama.
Me senté con el ceño fruncido y la mirada dura.
-esto no es facil de decir. Porque jamas pensé que me llegaría a suceder a mi. Pero sucedió y ya no hay marcha atras.-respiró ondo y las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas. Sentí un encogimiento en el pecho y ganas de llorar.
-mama...-dije con la voz temblorosa. Tenia miedo.
-hija. Yo....no se como decírtelo.-intentó coger aire suficiente como si eso le brindara fuerzas en este momento.
-hija tengo cancer de huesos.-y esas cinco palabras hicieron que mi mundo se parase completamente. Mi respiración se corto. No podía reflejar emoción alguna. Sentí como si mi corazón dejase de latir. Todas las emociones asquerosas pasaron por mi mente. Me dio rabia, mucha rabia. Rabia porque no sabia como frenarlo. Rabia por ver como mi propia madre se muere delante de mis ojos y no poder hacer nada para ayudarda. Sentí asco. Asco de esa ruin enfermedad que se lleva a miles de personas. Y ahora se llevaria a mi madre.
Tristeza. Me sentía triste porque la mujer que mas me importa en la vida, la mujer a la que mas quiero. La mujer que prácticamente me hizo quien soy ya no estaria más en este mundo. Los latidos frenéticos de mi corazón me daban una señal de que nada bueno va a ocurrir. Cerré los ojos y los puños para que mi madre no me viera en este estado.
-Damon.-susurre pero queria gritar. Necesitaba su ayuda en estos momentos. Como si hubiera gritado este entró agitado en la habitación y me levantó por los hombros.
Me sacó de la habitación y me metió en otra. Resulta que no era una habitación sino el baño de mi madre.
-tranquilizate Alice.-pidio Damon abrazandome.
Y en ese momento lloré como nunca antes había llorado. Dejé afuera todas mis emociones en un grito de puro dolor. No conseguía coger aire y Damon solo me intentaba abrazar. No conseguia decirme nada. Porque no hay nada que decir. Lo sabiamos los dos. Segui llorando y diciendo incoherencias como si estubiera borracha. Y en cierto modo lo estaba. Estaba borracha de sentimientos. Sentimientos que me ecogieron el corazón. Sentimientos que me destrozaron por dentro.
Los sollozos de mi madre al otro lado de la puerta se escuchaban como si estuviera a mi lado. Y eso me rompía mas.
-Alice mirame.-me exigió Damon agarrando mi barbilla.-tranquilizate y cuando lo hagas sal ahí afuera y abrazala como si nunca lo hubieras hecho.-dijo con la mirada llena de dolor.-porfavor. No llores.-pidio esta vez mirando hacia otro lado.-no soporto verte triste.-me volvió a mirar y se acercó a mi.-contrataré a los mejores médicos del país solo para que se encarguen de tu madre. Juro que lo haré.-lo abracé con fuerza en cuanto terminó de decir aquella frase. Se que no será barato lo que me esta prometiendo pero es lo que más calmada me puede dejar en estos momentos. No conseguía estar bien. Mi madre esta al otro lado de la puerta sufriendo más que yo.
Ella también va a perder a una hija y no solo eso sino que su vida también. Y lo perderá tristemente sintiendo dolor en sus huesos. Sintiendose de lo peor. Y aun asi. Sabiendo lo que le espera, lucha contra la enfermedad. Lucha sabiendo que perderá la batalla. Ella lucha por mi. Quiere verme feliz. La conozco a la perfección.
Despues de unos largos minutos me tranquilicé. Mis ojos volvieron a su estado normal. No voy a decir que me siento mejor. Estaria mintiendo descaradamente.
Desice mi agarre con Damon. Y asentí con la cabeza dándole a entender que ya estaba lista para enfrentarme a lo que estaba detras de esa puerta el me dejó espacio y abrió la puerta dejándome pasar.
-mama.-dije yendo a su encuentro. La abracé como jamas lo hice.-te quiero muchisimo, quiero que lo sepas siempre. Quiero que sepas que siempre admire tu trabajo de madre y de padre. Cuando me levanto cada día sueño en ser una mujer fuerte y valiente como lo fuiste tu. Gracias por todo mama. Pero no te vayas tan pronto.-le pedí abrazándola y sintiendo sus lagrimas en mi cuello y hombro.
-hija mia...lo siento tanto.-me contestó.
-no mama. No es culpa tuya.-le acaricie la cara y bese su frente.
-te quiero mama.-
-yo a ti te quiero mas mi niña. Siempre serás mi bebe.-dijo poniendo un mechon de pelo rebelde tras mi oreja.
-vale entonces desayunaremos aqui ¿te parece bien?-dije sentándome a su lado despues de unos largos minutos de caricias y declaraciones.
-me parece perfecto.-dijo limpiandose sus lagrimas y despues las mias con el pañuelo.
-genial. Entonces vamos abajo.-dije poniendome en pie y ayudandola a ella a levantarse.
-vamos.-me siguió por las escaleras.
Me sentía algo mejor. Pero aun con todo. Mi mundo seguia desmoronandose. Y yo. Yo seguía sin poder hacer nada para cambiarlo.

Enseñame A VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora