2-Soy Un Monstruo

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Tenía la cabeza entre mis brazos encima de la mesa. La profesora estaba explicando algo de historia. La verdad no tenia ni idea de lo que estaba hablando esa señora. Me sentía muy cansada y sin poca paciencia me estaba empezando a desesperar.
El timbre hizo que todos nos pongamos de pie y salgamos de clase como animales enjaulados que por fin son libres.
Ando con la mochila colgándome del brazo izquierdo y llego a mi casillero. Es un día nublado, triste, frío. No me gusta. Odio los días así. Todo parece mas triste. Ademas en mi cuerpo siento cosas muy raras. Me da miedo en pensar que puede ser por lo que paso en el bosque hace dos semanas. Respiro hondo y sigo adelante. Voy a averiguar que me sucede si o si. No voy a ser de esas que por el miedo dejan de hacer algo.
Siento a Megan cerca de mi. Al girarme veo que esta a 20 metros viniendo en mi dirección con una mueca desagradable en la cara.
Muevo la cabeza intentando no escuchar tanto bullicio de gente. Me siento mareada.
Me doy la vuelta sin esperarla y salgo al aparcamiento.
Me dirijo al baño de este ya que allí nunca hay gente.
Una sensación de agonía se apodera de mi cuerpo.
Respiro entrecortadamente y caigo de rodillas al suelo intentando calmarme. Los móviles sonando por los mensajes, las risas, los gritos, los pasos, las conversaciones, las taquillas al ser cerradas, absolutamente lo escuchaba todo. Me sentía mal. Quiero dejar de escuchar todo este ruido. Grite, grite y grite con todas mis fuerzas lleve mis manos a los oídos para dejar de escuchar aun que sea un minuto, ya no podía soportarlo mas. De repente un pitido lejano empezó a sonar. Y ya no escuchaba nada. Solamente ese pitido que se hacia cada vez mas intenso.
Cuando me levante pude ver que estaba en casa, con Megan al lado y cubriéndome con unas mantas.
-¿que a pasado?-pregunto intentando sentarme.
-te desmayaste después de gritar como una loca poseída.-dice Megan ayudándome a incorporarme y dándome una sopa de pollo.
-aahh-es lo único que respondí.
Vi las lagrimas querer salir de los ojos de Megan. Y la abracé. Estuvimos así durante un buen tiempo.
-ehh estoy perfectamente ¿si?-le dije acariciándole el pelo.
Asintió mientras se quitaba algunas lagrimas que se deslizaban por sus mejillas.-dios...estas ardiendo.-dijo poniéndome la mano en la frente.
-no me siento mal. Todo lo contrario, me siento mejor que nunca.-le digo dándole una sonrisa tranquilizadora.
Hizo una mueca y se levanto cogiendo aire.
-te voy a preparar un baño.-me dijo y se fue a dar la vuelta.
-Megan. Me siento bien no hace falta que hagas todo esto por mi.-digo levantándome de la cama.
-pero quiero hacerlo. Almenos se que te sirvo de ayuda en algo.-dijo mirándome con ojos llorosos.- Si... sea lo que sea que fuese esa cosa te hubiera llegado a...-no consiguió acabar la frase ya que me tenia rodeándola con mis brazos.
-estoy aquí Megan. No te preocupes.-dije abrazándola bien fuerte.
-eso no quita que no te preparare el baño.-dijo rodeándome con sus brazos.
-prefiero una ducha.-le digo al oído y ella asiente.
-vale, entonces me voy a estudiar.- asiento y me meto al baño de mi habitación.
Me quito la ropa y me meto a la ducha.
Me ducho con agua fría ya que es verdad que tengo la temperatura un poco alta.
Salgo y me enrollo en una toalla. Me visto con un short blanco y una camisa de tirantes negra.
Me siento junto a Megan en la mesa del salón y hago la tarea y estudio con ella. A Megan siempre se le daba mejor las materias que a mi. Siempre me ayudaba.
Cuando terminamos me fui a llamar a mi madre. Seguro que estaría preocupada.
-hola cariño.-me dice mi madre al otro lado de la linea.
-hola mama.-digo sentándome en la cama.
-¿como estas pequeña?-me giro mirando a la ventana.
-bien. Me siento bien, no te tienes porque preocupar.-entrecierro los ojos al ver a un chico musculoso venir en dirección a mi casa.
-me alegro que estés bien hija. Yo estoy ahora en el trabajo. Hago horas extra.-se escucha un suspiro de su parte.
-oh. Entonces no te molesto.-le digo mientras abro la ventana para que entre un poco el aire ya que sigo teniendo mucha temperatura en mi cuerpo.
-vale cariño, hablamos otro día.-me dice y nos despedimos.
Dejo el móvil sobre la cama y me siento en la mesa. elevo mis rodillas a mi pecho y suspiro fuertemente. ¿por qué esto me tenía que pasar a mi? ¿esa cosa no podía simplemente haberse ido?

No sentía ni una pizca de frío, aunque estuviéramos en pleno invierno no había ni una sola parte de mi piel donde se erizaba el bello. La ventana seguía abierta los copos de nieve que empezaban a caer se colaban por ella y se deslizaba suavemente por el aire hasta hacer contacto con mi piel y convertirse en una débil y sencilla gota de agua que empezaba a bajar por mi piel hasta casi su completa desaparición.

Aun con algunos copos de nieve sobre mi piel no sentía algo de frío. Era como si mi propia piel me resguardara del frío sin necesidad de alguna tela sobre mi. Me puse en dirección hacia la ventana. y decidí concentrarme en los sonidos de la casa de enfrente. Primero no sabía con certeza los que escuchaba. Solamente se mezclaban las sonidos de la calle acompañados con algún tipo de pájaro que cantantaba a lo lejos. Percebí un aullido por el lugar del pequeño bosque de este pueblo.

Enseguida me levante tan rápidamente que al darme la vuelta mi pierna se chocó contra la pata de la mesa haciendo que se rompa y causase un estruendo preocupando a Megan, quien no tardó ni un solo segundo en estar dentro de mi habitación.

-¿qué a pasado?-pregunto con la respiración entrecortada.

-nada, no te preocupes.-dije tratando de acalmarla.

-¿como quieres que no me preocupe?¿acaso crees que no estoy lo suficientemente histérica desde el suceso del bosque?-lo sabía, sabía que Megan era lo suficientemente histérica como para no dejar que nada me pasase almenos hasta que se le olvide el suceso en el bosque. Y francamente creo que no se le va a olvidar en un gran tiempo.

-creía haber escuchado el aullido del lobo que nos tacó.-le fuí sincera entonces no se que hice y la mesa pago las consecuencias. De todas formas no pasa nada. Mañana a la tarde me pagan en la cafetería y puedo comprar otra.-informe cogiendo mis libros del suelo.

-¿estas segura de que era el?-preguntó tragando fuertemente saliva. Pude escuchar como su corazón latia mas nervioso y como su voz iba perdiendo la fuerza hacieldola mas grave que de normal,el sudor frio no tardo en instalarse en su frente y nariz. Pude ver su piel erizarse como si tuviera una cámara apuntando a la piel de Megan. Sus pupilas se dilataron por el puro miedo y sus cejas hicieron un lento movimiento curvándose.

-Megan no te preocupes por eso. Saldremos de esta. por favor no hagas nada y sigue con tu vida. Solamente olvida. Estamos vivas ¿no?- me acerque a ella y al hacerlo sus pies dieron dos pasos para atrás.

-vas a ser como el.-susurro con lágrimas en sus ojos. Se subió las gafas por el puente de la nariz y su labio empezó a temblar. Salió corriendo a su habitación y escuche como ponía el candado.

-¡Megan abre la puerta!-le pedí mientras mis nudillos hacían contacto con la fin madera de la puerta.

-¡no!-grito desde adentro-Dios Alice.....¿acaso has visto tus ojos? ¡son amarillos! ¡se cambiaron a unos ojos amarillos igual que los de ese monstruo!-corrí alejándome de la puerta y entrando en el baño.

Efectivamente. Me había convertido en un monstruo.

Vale lectores primero pediros perdón por no actualizar y por la mala ortografía. el teclado funciona muy mal y no me deja corregir las palabras que se juntaron o que estaban mal escritas o cuando se me paso ponerles las tildes a muchas de ellas. Lo siento. Habréis notado que ya en este nuevo segundo capitulo Damon no aparece y¿esto porqué ? pues este personaje aparecerá más adelante porque me parece mejor así..

Enseñame A VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora