Un bocinazo desperto al adulto y al menor de sus pensamientos, ambos se habían quedado hipnotizados mirandose. El menor desvío su mirada y se sonrojo, fue algo muy incomodo para el, ya que nunca miraba a los ojos a las personas. El azabache estaciono su auto y se bajo a abrirle la puerta a Diego, pero este se adelanto y la abrió por si mismo y tomo su mochila.
—Yo te quieria abrir la puerta, eres malo.—bufo el adulto y hizo un puchero. El menor fruncio el ceño, enverdad creía que ese adulto tenía algun problema, en la clinica era serio y afuera era amable e infantil según el menor.
Entraron a los departamentos y se adentraron al elevador. Ambos se quedaron en silencio, eran bastantes pisos asi que se demorarian un poco, el castaño por alguna razón estaba extremadamente nervioso, para él, el adulto era muy extraño.
—¿En que piso vives?—pregunto el menor con frialdad, como siempre.
—En el último piso, ya falta poco.
Al salir del elevador ambos caminaron hacia el departamento del mayor, Thomas saco sus llaves y abrió la puerta, fruncio el ceño al ver que no estaba con candado, ya se imaginaba un poco el por que de la situación. Al abrir la puerta entro junto al menor y se dirigió al salón donde se encontraba su amigo Tyler observando la televisión acostado en el sofá como si fuese su casa. Era un chico rubio, de la edad de el mayor, bastante alto, ojos celestes y estaba en forma.
—¿Que tal tu día?—pregunto el rubio sin mirar al azabache. El mayor se quedo parado frente el sofá con los brazos cruzados y tocío hasta que el rubio poso su mirada en él, el azabache apunto con sus ojos al pequeño adolescente a su lado y Tyler lo miro con depresió y fruncio el ceño.—¿Y él, quien es?
—Uno de mis pacientes. No puede volver a casa así que lo traje, ademas esta empapado. Y ya te he dicho mil veces que me avices cuando vengas a mi departamento.—refuto el mayor.
—Esta bien, ya me voy.—dijo un poco molesto y se levantó.—Luego hablamos Thomas, te llamare esta noche.—se agacho a abrocharse los zapatos.
—Bueno, Diego ire a buscar una toalla para que te seques.—aviso el mayor y salio de la habitación.
—Así que te llamas Diego.—dijo el rubio mientras se acercaba a el castaño.—Diego, él es mio.—murmuro y salio del departamento con una sonrisa.
El castaño quedo anonadado, semi-abrió la boca y fruncio el ceño, sus pequeñas manos se formaron en puños y poso su mirada en el suelo. Se preguntaba porque habrá dicho eso el rubio, ¿acaso estaba saliendo con Thomas?, se pregunto el menor. Le molesto bastante al castaño lo que dijo el rubio, queria gritar, odiaba a las personas que hablaban cosas sin saber, para él era imposible que el saliera con Thomas, se llevaban por diez años, y además Diego no creían en el amor, el no confiaba en casi nadie. El mayor entro al salón con una toalla en la mano, al ver la cara del menor su cara se trasformo en una de preocupacion, el sabía que Diego era un chico con bastantes problemas. Se acerco a el y comenzo a secar su cabello, el menor se sobresalto porque no había visto llegar al mayor.
—Puedo hacerlo yo.—dijo el menor quitandole la tolla de las manos y comenzando a secar su cabello.
—¿Que es lo que te preocupa?, puedes confiar en mí, soy psicológo.—al decir eso se sentó en el sofá con las piernas cruzadas como un indio.
—No me hagas reir. Aunque seas psicológo no eres muy normal.—dijo con cierto sarcasmo el castaño.
—¡Hey!, tengo sentimientos...—el mayor hizo un puchero y puso ojos de cachorro abandonado.
—Eres infantil.—dijo el castaño, el era muy sincero y directo. El mayor abrió la boca y coloco su mano en su pecho en signo de que estaba ofendido.—Cuando te conocí me pareciste un hombre demaciado serio, pero veo que solo lo haces por trabajo y en realidad eres diferente. Eres infantil, te gusta ayudar y eres extremadamente amable.—el menor puso cara de desagrado, era justamente lo contrario a el.
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El hombre que me salvo [BL].
Fiksi RemajaDiego Evans es un adolescente indiferente con la vida, a sus pocos quince años sus padres se separaron, ellos creen que enviar a su hijo a un psicólogo sería lo mejor. El adolescente se topa con un psicólogo que parece realmente desinteresado por su...