No lo olvides

1.3K 97 43
                                    

Habían pasado dos semana desde aquel encuentro que tuvo con su compañero de armas, Dohko; durante estos últimos días se había puesto a pensar en aquellos sucesos, jamás se imaginó hacer tales cosas no solo con Dohko sino también con Shion, no sabía si sentir culpa, no quería imaginar la impresión que se llevaría de él si Shion se enterase de lo que hizo con el guerrero de libra, pues por una parte Dohko le había dejado en claro que no tenía problema con lo de Shion y que seguramente lo que tuvo con él no era más que algo pasajero, de alguna manera eso le aliviaba, no tendría remordimientos con Dohko, pero, y Shion, desde aquel día no habían vuelto a tocar el tema pues si se encontraban Albafica hacía todo para evadirlo.

El guerrero pensaba todo esto estando en su templo, ya estaba anocheciendo y el día no había tenido ningún contratiempo, tampoco alguien había cruzado la casa, "al parecer permanece la calma en el santuario" creyó, pues ciertamente hace mucho que no le encomendaban alguna misión, no desde lo de Shion. En aquel momento del atardecer una persona sacó de sus pensamientos al pisciano.

– ¿Puedo pasar Albita?

Sólo había de dos, o era Manigoldo o era Kardia, y ciertamente, volteó y ahí estaba el escorpión que le llamaba de una manera molesta.

–Te dejaré cuando dejes de llamarme así.

–Está bien, no te esponjes Albafica.

Fica le permitió pasar.

– ¿Irás con el patriarca?

–No, de hecho venía a verte a ti. Dijo mientas se sentaba en una de las sillas.

–Y qué es lo que necesitas.

–Solo quería que nos acompañaras a Degel y a mí a dar la vuelta por ahí, tú sabes.

–No en realidad no lo sé pero además por qué irías a pasear en vez de tomar tú puesto como guardián de escorpio.

– ¿Por qué? Porque no nos hace mal salir de vez en cuando, para dar todo de nosotros tenemos que divertirnos y vivir la vida también ¿no crees?

–Eso no es posible para mí, no sé si ya te lo había dicho.

–Sí ya lo habías mencionado, dijo desanimado.

Fica ya no dijo más y solo esperaba a que Kardia saliera de su templo.

–Está bien, como quieras, tú te lo pierdes, dijo al ponerse de pie. –Albafica, nosotros solo queríamos darte un poco de compañía, eso es lo que se hace con las amistades, no lo olvides. Partió...

***

Ya en la noche, cerca de la 1:00 am, el guerrero reposaba en sus aposentos cuando de repente se escuchó ruido, esto despertó a Fica quien se quedó atento tratando de descifrar de donde o de quien provenía los ruidos, pudo darse cuenta de que se acercaban, así que decidió ir a ver él mismo de quién se trataba, salió de su alcoba y se sorprendió al ver al caballero de escorpio entrar tambaleante a su templo.

–Kardia, qué crees que haces, por qué has venido hasta aquí, preguntó el pisciano.

Fica lo ayudó a sostenerse, el brazo del escorpión se detenía de sus hombros mientras caminaban hacia la alcoba de Fica.

–Siéntate aquí. Dijo Albafica. –Ves lo que pasa por beber demasiado, te has pasado de templo, o ¿acaso ibas al de Degel?

Kardia le sonrió. –No en realidad venía a estar contigo un rato, sabes, te considero un amigo aunque no nos hablemos mucho.

– Al menos puedes hablar.

– Claro no estoy tan mal.

–Pero, no crees que es algo...

Momentos Fugaces (Albafica de Piscis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora