1#: A mí no me ganas fácil

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BENJAMÍN

—¡¿Qué?! —exclamé cuando mi jefe dijo eso.

No entendía qué ocurría. Muchos pensamientos pasaron por mi cabeza y no sabía a quién más ver con odio.

—¡Wow!, debe ser muy paciente si quieres que él lidie con Ben, Sony —comentó mi compañero, "Miguel", uno de los idiotas que son los típicos payasos del grupo.

—Pues claro, aparte de los mejores, soy uno de los más pacientes —siguió el tal Charles, como si yo no estuviera allí—. Y... está claro que soy un hombre capacitado para todo.

Su tono de voz había cambiado a uno más coqueto, dirigiendo aquellas palabras hacia mí. Recibí el segundo guiño del día.

—Bueno... creo que no deberías hacerte el coqueto, Charles —opinó Sony.

Esto me estaba causando una rabia impresionante. Si alguien colocara un huevo sobre mi cabeza, se cocinaría en menos de cinco segundos. ¿Saben por qué? Porque estoy al fuego vivo y no de forma sexual.

¿Esto se trataba de que era joven o algo así?

—¡Dejen de decir cosas estúpidas! —mascullé con el ceño fruncido.

Todos rieron ignorando mi aura de odio. Bien, lo que más odiaba estaba pasando. Estaba siendo humillado frente a alguien que no conocía.

—Traquilo, ya, ya —Miguel movió su mano, espantando moscas—. Era broma.

—Parecen todos maricas, y creo que sé porque es —respondí con veneno. Quizá mis hormonas habían actuado. Señalé a Charles—. Esta niñita adulta, no me puede ganar tan fácilmente. Acuérdate, que soy uno de los mejores aquí, Sony.

Mi tono se convirtió en uno alto. No quería que me tuvieran como un niño pequeño después de todo.

Charles me observó lamiéndose el labio, lo cual me pareció un león viendo a su presa. ¡Pero claro que yo no sería su estúpida presa, sino él la mía! No iba a hacerme sentir incómodo tan fácil. Él estaba en mi ciudad, no en "ulalá señor francés".

—Vamos, no seas aguafiestas, aún no me has probado.

—¿Qué tal un concurso de comidas el fin de semana? —Antony, otro compañero, dio una idea. Se me hacía bastante extraño eso, ya que él estuvo todo este tiempo callado en una esquina—. Charles contra Ben. Los jueces seremos nosotros cinco. Sony, Miguel, Conne, Frank y yo.

—Pues claro, cómo no —gruñí, apretando la mandíbula y luego relajándome un poco.

Pese a que no quería comportarme con un adolescente entrando a la edad adulta, lo estaba haciendo. Aquella provocación había sido demasiado.

Para peor, Charles me miró y asintió con una sonrisa. Bien, señor dientes perfectos, iba a matarlo. Maldita sea, estos mariquitas me estaban contagiando. No tenía por qué prestarle tanta atención a un chico que parecía un modelo luego de una gran dosis de droga. Era extraño que apenas duras tuviera ojeras. ¿Era normal eso en todos los franceses o qué?

—Todos, a trabajar de nuevo. —Sony por fin puso los puntos que requería—. Charles, mañana, viernes, comenzarás a trabajar.

Luego de que dijera eso, todos comenzamos a trabajar, y Charles entró a la oficina con él. La paz por fin había reinado. Un punto para mí.

Comencé a preparar plato por plato, como siempre. Platos finos, postres, etc. Cuando terminó la hora del trabajp, me dirigí al vestuario para cambiarme de ropa. Dejé el uniforme en mi casillero y me cambié. Iba a dirigirme hacia la salida y luego hacia mi casa, pero algo arruinó por completo mis planes.

¿Es en serio? (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora