Ojos negros [Especial medio corto]

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Bueno, holas de neuvo (? espero que les guste este "especial"... Becho :3 Perdón si es demasiado corto u.u

J o r g e

Entré a mi dulce hogar, viejo diría, (igual que yo), luego de haber ido de compras, mañana me juntaría con una mujer de casi mi edad, ella se llama Annabella,  es muy bonita, tiene cabellos rubios y ojos negros perlados, al igual que los de mi mujer, bueno en todo caso para todos ella sería tipo una "ex" para mi, pero me niego a aceptar que ella se fue lejos de mi, ella seguía viva, en mis recuerdos,  y en los de Ben, mi pequeño Ben.

Siento haber desepcionado a ella y a Ben de no dejarla, pero... necesito a alguien que me haga compañía, Benjamin de seguro se mudará ya que tiene un buen trabajo. Y yo bueno, esta pierna de metal no se paga sóla. Y si, como leyeron, tengo una pierna derecha de metal amigos. Tenía cáncer en ella, pero por suerte lo hallaron justo a tiempo, hace unos 2 años, pero debo tomar medicinas para mantener el tumor relajado.

—Ben, llegué, traje algunas cosas para hacer la cena, si quieres cocino hoy, debes estar exhausto...—Me dirigí a la cocina para colocar las cosas sobre la mesa—Ya que mañana te vas de viaje— Un silencio eterno inundaba toda la casa, incluso la habitación dónde me encontraba.

Coloqué las bolsas en la mesa y recorrí la casa. Nada. Él o estaba en su cuarto ni en ningún lugar, y no soy tan estúpido como para buscar debajo del sillón...

Fui directo al sector dónde fui desde un principio, a la cocina. Supongo que él se habrá ido a comprar o algo así, no lo sé, es tan impredescible este chico, salió a ella... debo decir que estoy orgulloso de eso. Veo el refrigerador y me acuerdo de las cosas, rodeo la mesa para cuando veo a Ben tirado en el suelo, totalmente dormido, desmayado... o muerto. A su derecha yacía un cuchillo. ¿COMO NO PUDE VER DÓNDE ESTABA?, Jorge tonto, pero a la mierda, ¿qué le pasó a este chico?.

Me agacho como puedo para estar a su lado y lo sacudo de hombros, Nada. Chasqué los dedos y grité en su oído, hasta le pegué unas cachetadas, pero nada, enserio, parecia muerto. Me desesperé.

—¿BEN? ¡BEN! ABRE LOS OJOS MALDICIÓN, ¿QUÉ TE PASÓ?—Seguía insistiendo, pero de vuelta, nada.

Tomé su pulso colocándo los dedos en su cuello, aún su corazón latía pero muy lentamente. Con toda la desesperación quee tuve, corrí hacia el teléfono y llame al 911.

—Hola, buenas tar...

—¡UNA AMBULANCIA!—No dejé terminar a la que atendió el telefono.—MI HIJO SE ESTÁ POR MORIR, ¡POR FAVOR UNA AMBULANCIA!—Grité, mis ojos se estaban llenando de lágrimas, no podía ver a él morir, era lo único que me quedaba, No, no... no. No puedo, tengo quener fé.

—Por favor dígame la dirección de su casa y en 10 minutos le mandaremos una...

—¡NO!, DIEZ MINUTOS NADA, ÉL SE ESTÁ MURIENDO POR FAVOR—Le rogué. Y le di mi dirección.

—Está bien señor, iremos allí, por favor, trate de mantener al sujeto-víctima con pulso, estaremos en su casa más rápido de lo que cante un gallo.

—Gracias...—Una lágrima salió de mi ojo izquierdo y la quité de inmediato, no podía llorar, necesitaba hacer algo.

******

Para cuando la ambulancia llegó sólo habían pasado 2 minutos desde quue tenía a Ben sobre mi regazo, tomándo su pulso tratándo de que no se vaya. Apenas escuché la alarma de esta, me paré y abrí la puerta más rápido que flash, y dejé entrar a los médicos ellos se lo llevaron y a mi también, en la parte trasera de la camioneta blanca con letras rojas.

Los enfermeros o lo que sea le tomaron el pulso y lo conectaron a una máquina.

—Su pulso es demasiado bajo.—Dijo una mujer enfermera, una de los dos enfermeros que se hallaban allí dirigiéndose al otro, llevaban puestos uniformes verdes algo manzana, como la habitación de Ben, eso me hacía sentir peor.

—Dale adrenalina, tal vez despierte—Declaró el otro. Mientras la mujer le inyectaba algo de color transparente. 

El pulso de Ben empezó a subir lentamente. El hombre colocó su mano sobre mi hombro.

—Está todo bien, no es na—Un sonido hizo que él dejara de hablar, Ben se estaba moviéndo por de arriba para abajo, con la mascarilla para que respire en su boca, parecía algo endemoniado, algo que quería salir de su pecho.

—¡Está teniendo convulsiones!—La mujer tomó de los dos brazos a Ben sujetándolo, él hombre dejó de tomarme del hombro y fue corriendo hacia Ben-solo eran unos cuantos pasos, pero no lo vi ni pasar-. Mi hijo estaba mal, muy mal, ¡Dios por favor!, suplicaba mirándo al cielo, ¡por qué a mi?, no he hecho nada malo, por favor, no te me lleves a mi Ben.

Dicho eso, Ben paró de moverse y los enfermeros intercambiaron miradas, un pitido inundó la parte trasera de la ambulancia,

—Ben... no tiene pulso, está... muriendo. NO, NO, POR FAVOR, ¡NO!— comencé a llorar, no podía perder a mi hijo, me puse a su lado y le sujeté la mano pero el enfermero me aparto, sosteniéndo en las manos algo como dos planchas.

—Ponlo a 50—Le ordenó a la mujer, lo que ella hizo rápidamente. Él rompió la blusa de Ben y colocó esas cosas como planchas en su pecho, lo cuál le dió corriente y lo subió para arriba, como absorbiendolo, sólo un pulso había sonado en la pantalla. Por favor...

—A 100—Ella hizo lo mismo cuando le ordenó anteriormente, aumentando la potencia. Colocó las planchas sobre su pecho de nuevo y nada, apenas dos pulsos.

—Maldición—El enfermero empezó a maldecir—Ponlo a 200.—Ordenó

—Pero es muy peligroso, podría...—La mujer se paró dos segundos antes de terminar, el enfermero solo le gritó:

—¡Ya lo sé!, solo hazlo, ¡no quiero perder a alguien aquí!—La mujer asintió y colocó la potencia a 200, Ben sobresaltó tanto que estuvo a unos 10 centímetros de la cama que lo contenía. Cerré los ojos con fuerza, tienéndo tanta fé como pude "Por favor, por favor, dios, no me hagas esto, no te lo lleves", me repetía una y otra vez, hasta que escuché de nuevo los pulsos de mi hijio. Lágrimas brotaron de mi rostro, pero no de tristeza, si no de felicidad, Mi hijo está vivo, pensé.

—Gracias Dios, gracias jóvenes—Les di las gracias a ellos, y me sonrieron.

Unos segundos después apramos y fuimos al hospital, ellos no colocaron en una habitación blanca, con piso color negro, simple pero perfecto. Allí yacía un sillón, dónde me dispuse a quedarme hasta que él se despierte, pero antes un doctor entró, aclarando lo ocurrido.

—Su hijo tuvo presión demasiado baja—Él se acomodó los lentes y siguió hablando como si fuera lo más normal del mundo—Los enfermeros estuvieron bien en inyectarle la adrenalina, pero el cuerpo de su hijo la expulsó, haciéndo que tenga convulsiones, él ahora mismo estará dormido, pero cuándo recupere los glóbulos rojos y cosas que necesitan, despertará, eso serían en dos o tres días.—Asentí y el luego se fue, dejándo a las paredes, a mi y a Ben dormido sólos, tomé la mano de Ben y el cansancio me agarró.

¿Es en serio? (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora