7#: Viernes de sorpresas

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Benjamín

Hoy es viernes, último día de clases. Como pueden ver... pasaron días desde mi "accidente de cabeza". Hasta lo que sé, todo está yendo bien.

Jules no menciona nada de lo que ocurrió el martes, cuando él se quedó a dormir. Mi padre se estuvo disculpando más de un millón de veces y como yo no cree ningún alboroto ni nada, mi castigo se esfumo-espero que completamente-.

Ahora mismo me encuentro en el vestíbulo del trabajo. Estoy agotado, aunque este hubiera sido el último día de clases de mi vida-a todos nos entregaron un diploma- Se verdaderamente que todos se alegraron por ello. Pero, acá estoy yo, con una cara de señorita en sus días, tratando de tener paciencia a Amael, el cual luego del colegio me acompaña hacia el trabajo. Pensé que era callado, frío... como su mirada lo decía, claro por eso me agradaba, pero ahora que este se tomó su estúpida confianza, es peor que un parásito. Nada que ver a lo que pensaba, él idiota es Alegre-sonrisa de oreja a oreja-, insoportable -está pegado a mi como chicle al pelo- y es demasiado pero demasiado CHARLATÁN.

—Ben, ¿estás bien?. Se te nota un poco decaído—Hago una mueca—Ooh, ¿quieres que te haga una de esas malteadas que aprendimos en la clase?— Agregó muy "alegremente" Amael.

—Oh, estoy bien.— Mi cabeza quería rechazar toda palabra que venga de él.

—Hahaha, entonces, ¿Qué tal si...?

—NO.—Respondí inmediatamente, no quería nada pero nada de él, aunque yo sea como su mentor en la cocina no quería nada que ver con él. Y si, como leyeron. Jules no quería ser ningún mentor ya que estaba ocupado con sus "dibujitos chinos", y me dejó a cargo a Amael a mi.

—Pero ni si quiera he terminado...—Agregó un pucherito. Parecía un perrito recién abandonado, y me encantan los animales...

—Está bien, ¿Qué pasa?

—¿Vas a ir a la playa?—Preguntó, la verdad, no lo había pensado... pero estaría bueno. Lástima que no tenga dinero. La última vez que fui a una playa fue cuando era pequeño, amaba las olas, juntar caracoles... Todo ese tipo de cosas.

—No, no puedo, no me da el bolsillo.—Respondí tristemente.

—¿Ha?, eso es malo...—Hizo otro pucherito.

Supongo que él amaba hacer pucheros, aunque tenga la misma edad que yo, era igual que un niño. Sólo que sin la enanez...

Me coloco mi uniforme y marcho hacia la cocina. Amael sale detrás mío y se sienta en su silla de siempre. Observando mi trabajo, esto es un poco molesto...

—Amael, deja de acosarlo.— Miguel se largó a carcajadas.

—No lo acoso—Otro pucherito con ojos tristes—Sólo tengo a la vista a mi futuro marido.

—Haha—Jules río sarcásticamente. Al no tener él estudios y ya estar recibido de chef, él trabaja aquí todos los días, no se que hace aquí si tiene tanto dinero en su casa, pero... ¿que más da?.

—¿Celos?— Preguntó Amael dirigiéndole la mirada a Jules. Eso me hizo sonrojar un poco. Jules celoso por mi... no, no lo creo, ni si quiera salíamos, y aunque dije que le iba a dar una oportunidad, no creo que lo logre. Jules le mandó una mirada de odio a Amael, haciendo que el pelirrojo me guiñe un ojo, me sobresalté del sorprendimiento.

—Dejen de charlar, y vayan a sus puestos, mariquitas—Les grité a todos haciéndolos trabajar de nuevo, que suerte que me tienen respeto.

Jules trabaja conmigo en la cocina, somos un "equipo" lo que me hace arruinar casi todo cada vez que me toca sin querer.

¿Es en serio? (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora