Capítulo 3 - El calvario de Sofi I

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NOTA:

Hola a todos, aquí está como lo había prometido. Dos partes del capítulo tres, separadas porque ya las había escrito así y no quería unirlas. La primera no es muy larga, pero ambas les darán unos buenos minutos de lectura por todo lo que han esperado. Espero les encante, les pido que voten y comenten.

Me matarán algunos ya que supongo que esperaban la continuación de lo acontecido en el capítulo anterior, pero este capítulo desarrollado en forma de precuela y secuela es necesario para nutrirnos de información sobre lo que acontece actualmente en nuestra historia. Disfrútenlo, Juicio.

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En el capítulo anterior:

— ¿Hay algo más cuando dijiste que Godler no es de fiar?
—Vi a Godler tratar con unos sujetos días antes del sabotaje.
***
—Jon, ¿qué haces?
—Analizo uno de los vellos que cubren el cuerpo de los infectados; es muy similar al de los primates
***
Un hombre de cabello largo se encontraba apuntando a un sujeto en el suelo, el hombre le dispara en la cabeza y corre.
— ¡Rápido, a él! —Ordena Sosa
***
Jonatán observaba una foto en la que se podía describir a una familia.
—Extraño a mi pequeña Sofía.
—Llegamos a casa muchachos; se acabó la búsqueda.
***
— ¿Dónde está tu madre, Sofía? —Pregunta Jorge
— ¿Jon? Claro, es el muchacho poco amigo que tenía una túnica de científico como la suya
—Tu padre me rescató de un accidente que tuve, pero no es todo mi amor; tal vez salió de la ciudad, y aún te esté buscando ahí afuera.
—Ella está agradecida, Paola
***
—Necesitamos que encuentren al señor Russel —Ordena uno de los presidentes
***
—Contacten a Reny, díganle que acabe con ese imbécil —Dicta Godler
***
—Van a ir a la ciudad de Rocafort, y van a conseguir a un científico que se extravió —Ordena Godler a un grupo de soldados
***
Azabache estaciona la band en el patio del edificio, y todos bajan de la camioneta observando a sus alrededores.
—Algo no parece estar bien aquí
—Ja, ja, ja. Ustedes son el problema amigo; mi nombre es Reny, y yo mando en las calles.


Capítulo 3

El calvario de Sofi I


En una habitación algo grande, pintada de color rosa donde reinaba el silencio, se encuentra una pequeña dulzura de nueve años de edad; la indefensa niña descansa en horario nocturno luego de un día de escuela. Los padres de la niña también descansaban, el padre había recién llegado luego de varios días sin quedarse en casa, el hombre trabaja para una industria grande y debe cumplir horarios que dificultan tener momentos para compartir con su familia.

La pequeña despierta por la necesidad de tomar un poco de agua, toma un peluche no muy grande con el cual dormía; el peluche era un oso de color marrón oscuro que tenía un cierre en la parte posterior, allí la niña guardaba algunos papelitos en los que escribía cuando quería expresarse, con alguien que no la entendiera.

Esta pequeña había vivido un calvario desde su nacimiento; nació con un problema de afonía por lo cual no podía expresarse de manera simple utilizando palabras, limitaba su comunicación al lenguaje de mudez a través de señas aprendidas durante su crecimiento, gracias a expertos que ayudaron a que se desarrollara esta cultura en ella. Sofía, a pesar de su problema de mudez, lograba tener un sentido auditivo en perfectas condiciones, podía oír todo con perfecta claridad, de hecho, los médicos comentaron a sus padres, que su sentido auditivo sobrepasaba límites de audición y lograba escuchar a larga distancia sin dificultad, la niña era muy atenta gracias a esta maravillosa ventaja, la cual disfrutaba al costo de su habla, o expresión verbal. Además de esto, la niña podía escribir y leer, lo cual también le ayudaba al momento de querer expresar algo.

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