CAPÍTULO 12

1K 114 1
                                    

— No es mi culpa que la señorita Tomlin no pueda dejar de reír —dice mientras ríe y niega con la cabeza.
— ¿Y él Joven Lahey no puede dejar de estar bromeando? —pregunto entre risas mientras me siento.
— Eres muy divertida, aún no comprendo porque te tratan así —dice imitando mi acción.
— Y nunca lo comprenderás, al igual que yo —digo acompañado de un gran suspiro.
— Los dos acompáñenme —dice el profesor Lozano muy molesto.
Lo seguimos hasta dirección y por primera vez entre con el director.

— ¿Señorita Tomlin? —pregunta sorprendido.
— Si, no la subestime —escupe el profesor Lozano mirándome mal.
— Tomen asiento —ordena a lo que obedecimos— ¿Qué los trae por aquí?
— No paraban de reír en mi clase y eso me parece una gran falta de respeto —dice con rabia. Solo faltaba que le saliera humo de los oídos, como en las caricaturas.
— Bien profesor Lozano, puede retirarse, yo hablaré con ellos —ordena el director y este sale.

[...]

— Limpiando la piscina por tú culpa —digo mientras tomo una de las redes.
— No me culpe señorita Tomlin que yo se resistirme a reír —dice mientras toma una red.
— Okey, yo también tengo la culpa Joven Lahey —rio y me acerco a la orilla de la piscina.
— Chloë ¿me harías una promesa? —pregunta serio.
— ¿Cuál? —pregunto nerviosa mientras saco la basura de la piscina.
— Ya no te harás daño —dice acercándose a mi lado.
— No soy buena con las promesas —me sincero y nos miramos a los ojos.
— Quédate conmigo, te necesito —dice tomando mi mano.
— Está bien, lo prometo —le sonreí y este entrelazo nuestras manos.
— Gracias —me abrazó y seguimos limpiando.

Al terminar fuimos a casa, comimos y me ayudó con mis deberes, ahora con Antony a mi lado tengo menos problemas; él esta siendo mi tutor y me ha dado asesorías, la verdad estoy mejorando.

— Ya debo irme, Abraham se preocupará —dice levantándose del sofá.
— Cuídate —lo abracé y salió de casa.

Limpié el desorden en mi escritorio y fui a cepillar mis dientes, me mire en el espejo y vi que mi rostro estaba cambiando, no tengo ojeras y una sonrisa lo acompañaba. Me sentía un poco mejor conmigo misma.

Al salir del baño me encontré a Abraham en mi sillón, algo que me recuerda que debo de cerrar todo, cualquier persona puede entrar ahora.

— ¿Donde esta Lahey? —pregunta molesto.
— Recién se fue ¿Pasa algo? —pregunto acercándome.
— No, no pasa nada —sonríe— mañana paso por ti.
— Te espero —le devolví la sonrisa y salió por mi ventana.

Abraham tiene una sonrisa hipnotizante, además de linda.

Sentí como el calor subía a mis mejillas ante aquel pensamiento, y con esa mirada y esa sonrisa en mente, me preparé para dormir.

___________________________________

END OF THE DAY  ||A.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora