Capítulo 5 - Donde nadan las sirenas.

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Donde nadan las sirenas.

🌙

      Stiles casi la obligó a ir al entrenamiento aquella tarde. Le dijo que no podía desaprovechar una habilidad así y que el equipo de verdad necesitaba a gente que jugase bien. Parecía ser que solo con Liam y Scott no era suficiente. Ni siquiera se incluyó a sí mismo. Pobre.

    Sin embargo, ella prefería encerrarse en su habitación para buscar información que le ayudase a descubrir qué era esa sombra y cómo podía acabar con ella. La mayoría contaban la misma versión: un ser maligno que habitaba en la oscuridad y drenaba almas. Nada que Deaton no les hubiese revelado ya. Otras decían que era un presagio de mala suerte, y en vista de la de Selene... era casi la opción más convincente.

      Le costó ceder al principio. No se veía en condiciones de soportar los comentarios ofensivos del entrenador, aunque a veces fueran tan estúpidos que le hicieran gracia.
Por otro lado estaba Scott, el verdadero alfa (o algo así le habían dicho hacía unos días). Quería poner a prueba al capitán y sus habilidades caninas. Competir contra un hombre lobo debía ser excitante, y si además eran dos...
      —McCall, portería —gritó el entrenador.
      Los demás formaron un intento de fila justo delante de ella.
      Los primeros en lanzar fracasaron, los siguientes también. Excepto Liam, quien había conseguido un par de puntos.
      Fuerza sobrenatural + Fuerza sobrenatural = equilibrio.
      Cuando llegó el turno a Stiles, Selene temió. Seguramente iba a hacer el ridículo como las mil ciento dos veces anteriores. Todos se burlarían de él y ella no podría evitar encarar a cualquiera de ellos. Pero nada de eso ocurrió. No consiguió marcar, pero su técnica había mejorado notablemente.
      —¡Buen tiro! —lo animó.
      Incluso él parecía sorprendido de sí mismo.

      Scott tenía una mirada desafiante y divertida. Conocía las intenciones de su amiga, y estaba ansioso por ver de lo que era capaz. Giraba el palo en ambas manos a la espera de un buen tiro que dejara su ego de alfa por los suelos, pero no fue lo suficientemente veloz como para batirlo.
      —¿Qué es eso, Sinclair? ¡Vamos! ¡La pelota no tiene dientes! —protestó el entrenador de mala gana—. ¡Pareces una chica!
      —Soy una chica, entrenador —replicó Selene engullendo su orgullo feminista.
      Scott sonrió.
      —¿Eso es todo lo que tienes?
      —Juegas con ventaja —Selene cogió la bola de la hierba y se la extendió. Él la cogió—. Por ahora.
      Cambiaron sus posiciones. Ahora Selene defendía la portería.
      Siempre había destacado por su velocidad en cualquiera de los ámbitos (como cuando abrió la puerta del coche de Derek), y más que fuerza, para parar una pelota en lacrosse se necesitaba habilidad y rapidez. Scott no carecía de ellas, por supuesto, pero Selene siempre fue mejor que él, y porque su completa biología hubiese cambiado, eso no iba a hacerlo diferente.
      Cogió la bola, la llevó hacia atrás, lanzó y...
      Escuadra.
      —¿Eso es todo lo que tienes? —lo imitó Selene altiva, aunque estaba segura de que sólo intentaba no hacerla quedar tan mal.
      Scott volvió a sonreír. Transformó sus ojos a un rojo escarlata y lanzó con tanta fuerza que casi se podía oír como la bola cortaba el aire. Ella no pudo evitar impresionarse una vez más, aún no se acostumbraba a los ojos fantasía.
      Un golpe seco en la red de Selene retumbó en el silencio que había envuelto todo el campo.
      Ella abrió los ojos y miró su palo con la boca entreabierta.
      —¡ESO es lo que yo llamo una buena parada! —dijo el entrenador, esta vez vigoroso.
      —Y sin trucos sobrenaturales, ¿qué te parece? —se regocijó Selene ante Scott.
      La cara de todo el equipo era un poema.
      —¡Así se hace! —Gwen, la otra única chica del equipo, la animó.
      —¿Cómo has hecho eso? —Stiles se acercó.
      —No lo sé.
      —Era imposible parar ese tiro. Ni siquiera yo habría podido —añadió Liam.
      A ella le sorprendió aquella simpatía repentina. Desde que llegó solo había recibido caras raras y sospechosas por su parte.
      —He estado practicando. No había mucho que hacer en mitad de la nada.

KORRIGAN [Teen Wolf] (D.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora