Capítulo 11 - Un atisbo de belleza entre tanta ruina.

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Un atisbo de belleza entre tanta ruina.
🌙

      Estaban en casa de Scott, discutiendo cómo y quiénes iban a salir a patrullar las calles. No había un plan, no sabían cómo detener a Sombra y no tenían ni idea de qué hacer si se la encontraban. Era más parecido a un tour morboso por el Beacon Hills nocturno que un intento de captura. Era, como bien dijo Stiles, una misión suicida. Sin embargo, Selene prefirió no decir nada y dejar que creyesen que al menos podrían evitar que alguien muriese aquella noche, o que de lo contrario, las víctimas se multiplicaran por tres.

      Ella estaba sentada en la silla del comedor; escuchando, indignada, las razones sin fundamentos por las que la mayoría de los presentes se oponían a que se uniera a la causa.

      —Venir solo la pondría en peligro —dijo Liam.
      —Es humana, ¿cómo va a defenderse? —añadió Haden.
      —Es evidente que no lo es —aclaró Malia.
      —Humana o no, tendríamos que enfocar nuestra atención en ella. Sería una distracción —terminó Derek.

      Una distracción para él, por supuesto.

      —¿Hola? Creo que os estáis pasando un poco, ¿no? —comentó Stiles indignado. Él también entraba en la condición de "humano"—. ¿No os parece que es ella quien debería decidir?

      Todos se volvieron a mirarla.
      Selene tenía el rostro serio y el ceño fruncido. Algo parecido a una expresión de enojo inconsciente que pocas veces se reflejaba en su cara. Tan poco habitual era que algunos de los presentes esperaron expectantes su desconocida reacción. Pero, sí, estaba enfadada, y, esta vez, no pensaba reprimirlo, así que se levantó apoyando las manos en la mesa y dijo con aparente parsimonia:

      —Iré. Pero iré yo sola.
      —Ni hablar. Selene, es peligroso.
      —Esa cosa no me ha atacado cuando ha tenido la oportunidad, Scott, no va a hacerlo ahora. Además —miró a Derek—, no quiero ser una carga para nadie.
      Esto último fue una clara directa para Hale.
      Si solo supiera que lo hacía para protegerla...
      Pero no lo sabía, así que salió por la puerta ignorando el desacuerdo colectivo y los rostros confundidos.
      Él no dudó en correr detrás de ella después de semejante insinuación. Le gustase admitirlo o no, si algo le pasaba, recaería sobre su conciencia.

      La agarró del brazo, haciéndola parar de un tirón.
      —Tú vienes conmigo —ordenó decidido.
      Arrastrarla unos metros no le supuso especial dificultad, aunque ella se resistiera clavando los talones en el suelo. Selene no era escuálida -de hecho parecía en buena forma y se había fijado en sus piernas voluminosas-, pero él era un hombre, un hombre-lobo, y contra eso no podía competir. O de eso estaba convencido, puesto que, aún viendo sus oportunidades de escapar perdidas, ella no desistió. Dejó de andar y se soltó de un brusco tirón.
      —¡No! —se negó con firmeza—. No necesito un ángel guardián que cuide de mí cada vez que las cosas se ponen feas. Voy a probar que estáis equivocados.
      —¿Vas a poner tu vida en peligro para demostrar el qué?
      —Que no soy débil, ni tengo miedo.
      —¿Sabes qué te hará si te ataca?
      —De primera mano.
      Ya lo había visto antes. Sabía como sería. Al menos dejaría un bonito cadáver al que llorar. La muerte dulce la habían llamado. No habían signos de forcejeo ni lucha por supervivencia. Como si fuera... consentido.
      —Si vas sola, te matará —dijo entre dientes.
      Ella lo observó con un desafío en la mirada que lo hizo estremecerse.
      —Asumo el riesgo.
      Qué chica aquella...
      A él no le quedó nada más que decir. Ya había intentado todo lo que la palabra le permitía para convencerla, y aún no tenían tanta confianza como para insistir hasta conseguir obligarla. Selene era más testaruda de lo que imaginaba. Y aunque le ponía de los nervios su imprudencia, había algo en su cabezonería que no le transmitía otra cosa que fortaleza.

KORRIGAN [Teen Wolf] (D.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora