Capítulo 9 - La canción de Claire.

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La canción de Claire.
🌙


      Ya eran las cuatro y media de la madrugada cuando a Selene le dio por acordarse del paso del tiempo, lo que significaba que no tendría más de una hora y media (dos si retrasaba la alarma) para descansar los ojos ya irritados antes de ir al instituto.
      Cerró su cuaderno y la página de mitos en el ordenador. Se quitó las gafas y crujió cada una de sus vértebras al estirarse.
      Hacía rato que Stiles había sustituido las palabras por ronquidos en el videochat. Estaba apoyado en el escritorio, sobre apuntes mojados por el canal de babas que salía desde su boca.
      Un espectáculo demasiado cómico y entrañable como para colgarle y perdérselo.

      Se habían pasado la noche en vela buscando en cientos de páginas webs palabras claves como "sombra" "mitología" "bestiario" o "muerte". Habían tomado medio cuaderno de apuntes y como mínimo unas tres cuartas partes del café mundial. Un sobreesfuerzo en bano que sólo les había provocado insomnio.
      ¿Tan desconocida era aquella criatura que a penas había datos?

      Mientras analizaba toda la información en su ordenador y grababa vídeos a la pantalla para demostrarle a Stiles que sí roncaba, Selene vio a alguien pasar por delante de su puerta.

      Otra vez no...

      Meterse en la cama y taparse hasta la cabeza fue su primer mecanismo de defensa. Un acto inútil que no iba a protegerla contra un demonio, o lo que quiera que aquello fuera.

      Se incorporó y observó fijamente la puerta, barajando entre sus dos únicas posibilidades: ser prudente y no moverse; o atreverse y perder, al menos, con la curiosidad saciada.
      ¿No era su valentía lo que la caracterizaba?
      Tomó aire, se tragó el miedo y se levantó. Sus pies parecían querer bailar claqué, sus piernas el asereje, y el resto de su cuerpo dubstep para pastilleros. Y aún con todo su sistema a punto de entrar en un ataque nervioso, se armó de valor y se adentró con ojos entrecerrados en el pasillo tenebroso.
      Tomó una bocanada de alivio al ver a Lydia allí de pie, mirando la extensión sombría.
      Selene se acercó a ella cautelosa.
      —¿Lydia?—la llamó con voz queda.
      Leyó alguna vez que no era bueno despertar a un sonámbulo bruscamente, y su prima, según le había contado la tía Natalie en una de sus cenas "para ponerse al día", era muy propensa a eso. Aunque Selene sabía que era más un asunto tipo banshee que un trastorno del sueño.
      —Lydia —se acercó un poco más.
      Ella tenia la vista clavada en el final del pasillo y las cejas fruncidas.
      —¿No oyes eso?—-preguntó con ojos alarmados.
      Era cierto que Lydia solía abusar de aquel tipo de expresiones que hacen que te preocupes, pero no podía negar que eso la llenó de incertidumbre y preocupación.
      Selene no podía oír nada.
      —Lydia, vuelve a la cama —el miedo a penas permitía que saliera su voz.
—Shh... —levantó el índice y continuó su camino.
      Tenía una expresión demente, cansada y aturdida.
      Selene la siguió unos pasos por detrás hasta la parte trasera de la casa, donde se encontraba la piscina.
      Lydia se arrodilló en el borde, acariciando el agua con el extremo de sus dedos y observando el fondo con atención.
      Selene ya conocía aquella mirada perdida, la misma que tenía Mason cuando ocurrió el incidente de las duchas.
      Estaba totalmente hipnotizada.
      —Lydia, ¿qué pasa?
      Ni tiempo le dio a terminar la frase cuando Lydia ya se había dejado caer en ella. Selene esperó unos segundos a que asomara la cabeza. Los más angustiosos en mucho tiempo. Qué acción tan incoherente, pero ¿qué se suponía que debía hacer?
     Sacarla. Claro.
      Lo habría hecho de no ser porque no se atrevía a meter un pie en aquella piscina. De no ser porque sentía un terror ilógico a ser arrastrada a la profundidad. Así que solo se quedó allí congelada, observando a una distancia prudente cómo a Lydia se le escapaba la vida en cada burbuja.
      ¿Era su miedo más fuerte que el amor a su prima? Probablemente, lo cual no significaba que iba a dejar que ganase.
      No podía dejar que ganase.

KORRIGAN [Teen Wolf] (D.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora