Cristhie
—Ay ya basta, ¡Salgan de mi habitación!
Les grité a las mucamas. Ellas no tenían la culpa de lo molesta que yo estaba pero la verdad no me importaba, simplemente estaban estorbando en mi espacio y punto.
—¿Cómo que no? —seguía hablando por teléfono con la chica de la tienda—. ¡Les dije que lo quería para hoy! ¿Qué tan complejo puede ser hacer un vestido de muselina?
—Cris ¿Cuál es el escándalo? —Maggie entró en la habitación. Estaba claro que una puerta cerrada significa "quiero privacidad" pero para mi mejor amiga ese concepto no existe.
—Shssss —la callé y seguí con mi discusión telefónica—. Ok señorita, entonces dígame, ¿cuál es la solución? —no entendía qué tan complejo era hacer un vestido de muselina para mí, hacer para Cristhie Blair en dos días un diseño único y perfecto que debía usar la noche de hoy.
Maggie ya estaba sentada en mi cama viéndose en el espejo. Esperaba a que terminara mi conversación telefónica, al menos eso me respetaba.
—¡Un vestido de satén! —grité alarmada al escuchar la idiotez de la muchacha de la tienda—, ¿Pero cómo se les ocurre semejante...? —suspiré para calmarme, no era bueno molestarse, me saldrían arrugas antes de tiempo, mientras la señorita del otro lado de la línea trataba de persuadirme, ella sabía muy bien que me tenía que complacer porque sino se las tendría que ver con mi padre: el empresario multimillonario Edmund Blair. —Me juras por tú trabajo que es un diseño único... ¿Estás completamente segura que no pueden tener mi vestido para esta noche?... De acuerdo, envíalo a ver si me gusta.
Finalicé la llamada, entrecerré los ojos y respiré hondo para tratar de calmarme. Cuando me calmé, me volví hacia donde estaba mi amiga esperando y me lancé en la cama a su lado, tomé una almohada y me la coloqué sobre el rostro a la vez que le decía:
—Ami, estoy muerta, literalmente hablando.
—Ay Cristhie ¿Qué es lo que te sucede ahora?
—¡No tienen mi vestido! ¿Puedes creerlo? Los de la boutique no tienen mi vestido para esta noche, es una catástrofe social —le dije haciendo pucheros y tapándome de nuevo la cara con la almohada.
—¡No puede ser! —dijo Maggie en son de burla, imitando a la vez mi tono de voz—, Oh Cris, pero si tienes como 200 vestidos en tu armario, además podemos ir a las tiendas y ver uno bonito que te guste.
—¿Maggie es que te has vuelto loca? En primer lugar no me pienso poner un vestido ya usado y en segundo ni muerta me pongo un vestido repetido. —Maggie volteó los ojos.
Mi amiga era muy sencilla pero no por eso perdía su clase, ella poseía una capacidad de combinarse la ropa y los accesorios que solo Maggie Brandon tenía, era imposible alcanzar su nivel de glamour, es que tan sólo con unos pants de licra se veía como modelo de pasarela. Para las menos agraciadas, como en mi caso, nos tocaba hacer milagros con ropa de diseñadores reconocidos y modelos únicos, por eso para mí era una catástrofe mundial que en la boutique no me tuvieran listo el vestido para esta noche.
Hoy era la inauguración de un nuevo local en Los Ángeles, eso implicaba posar para las revistas que iban a ver y a criticar a todo aquel que se apareciera por esos lados. Yo iría con mi amiga y ella iría con su novio Aaron Doyle. Aaron tenía una hermana que yo odiaba a morir: Elizabeth Doyle, esa mujer se creía la más bonita de todas y en honor a la verdad debo decir que si lo era, pero no por eso yo podía permitirme verme menos que ella, así que esperaba que el vestido que me trajeran fuera perfecto para la ocasión.
En horas de la tarde llegó el vestido a mi casa, realmente no estaba mal y decidí que lo usaría, salí con Maggie a buscar los accesorios correspondientes y ella también aprovechó para comprar algunas cosas; Maggie aparte de todo también diseñaba su ropa, esa chica era lo máximo, claro, es mi mejor amiga.
Ya en la noche llegamos a mi casa y mandamos a buscar su ropa en la limosina para que se vistiera acá, medio comimos porque era muy importante tener plano el abdomen para la noche y nos vestimos en medio de bromas. Una vez que estuvimos listas Maggie habló:
—Cris, yo me quiero ir con Aaron.
—No, no, no. Tú no me vas a dejar a mi llegar solita ¿verdad que no? —le hice pucheros.
Yo no podía llegar sola, pensar que iba a estar la insufrible de Elizabeth allá, lo más probable es que mi ex novio, Yumar, también estuviera, y para rematar llegar sola, no, eso no sucedería, no en este mundo.
—Aaron no va a llegar solo, él va a llegar con su hermana ¿verdad? —le dije torciendo el gesto—, igual allá lo encontramos, vamos Maggie, por favor no me hagas esto.
—Ok Cristhie, a veces que no sé cómo me convences de estas cosas, déjame llamar a Aaron.
Y tenía razón, yo siempre la convencía, y es que claro las cosas tienen que salir como yo quisiera, así había sido siempre y así seguiría siendo.
Isaac
—Vamos hermano —me decía Matias—, seguro conseguimos chicas lindas.
Trataba de convencerme de que fuera con él a la inauguración de un local en Los Ángeles.
—Jajaja, como si tú fueras en busca de eso, sé bien que andas con la chica Doyle. —Era muy extraño pero en las últimas semanas que andaba con Elizabeth Doyle no salía con más nadie, al parecer iban en serio.
—Oh Isaac, lo digo por ti —dijo dándome un ligero codazo.
Yo no tenía problemas en conseguir chicas pero mi hermano se refería a una que de verdad me llegara al corazón, como si eso fuese posible de conseguir en un local nocturno.
—De acuerdo hermano, pero que conste que lo hago por ti. —Sentencié y nos dispusimos a arreglarnos para ir a la dichosa inauguración. Era un caso perdido, no se iba a cansar hasta convencerme, además salir un rato tampoco era tan mala idea.
Finalmente llegamos al local, estaba lleno de gente, todas conocidas claro, en estos días conoces a todo el mundo por Internet. Matias ya había sacado su BlackBerry y le estaba escribiendo a Elizabeth, no tenía nada en contra de la chica, era simplemente igual a las demás: superficial y banal, la clase de chica que utilizas por unos días y luego desechas, pero a mi hermano esta en particular si le había calado hondo. No me preocupé, total era su vida, yo por otro lado iba a buscar a una chica para esta noche, había mucho de donde elegir y de seguro me conseguiría con una nueva.
—Ven hermano, vamos hacia allá —dijo señalando en dirección a los puestos VIP que tenían cortinas rojas a los lados y una cadena en cada cuarto para evitar el paso de los "no deseados" o los "no muy importantes". llegamos hasta uno de los cuartos y el chico de seguridad le abrió la puerta a Matias. Lo más seguro que lo haya reconocido de la televisión ya que mi hermano es jugador profesional de fútbol americano: una persona famosa.
Entramos y habían varias personas en el lugar, el ambiente se me hizo incómodo pero no lo demostré, a mi hermano lo recibió una Elizabeth muy cariñosa y acto seguido la presentó, también estaba allí el hermano de ella que ya conocía, Aaron Doyle, junto a una chica que me presentó como su novia, cuyo nombre no llegué a escuchar bien por el ruido del local y la verdad tampoco me importaba. Al lado de ella estaba la chica que sería para mí, no porque me fuese llamado la atención en exceso sino porque por ahora era la única opción, tenía cara de estar fastidiada en este sitio así que esa sería mi excusa para llevármela de allí y estar con ella a solas, me la presentaron y esta vez sí presté atención al nombre.
—Cristhie Blair —dijo y al acercarme para poder escucharla mejor me perdí en esos ojos chocolates y su cara de ángel, pensamiento y sentimiento que reprimí en automático, era una "Blair" eso quería decir que era igual que todas las chicas de aquí, así que a hacer lo que tenía que hacer con ella y listo, mi corazón bien guardado y con seguro.
—Isaac Kemper, un placer conocerte —le dije utilizando todos mis encantos, la quería a mis pies y sabía perfectamente cómo hacerlo.
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Decisión de Amor (Borrador Completo)
RomanceElla es rica y malcriada acostumbrada a tener todo lo que quiere... Él es rico y caprichoso acostumbrado a hacer lo que quiera con la vida de los demás con tal de tener lo que le plazca... Hasta que un día el destino los encuentra y hace de las suya...