Parte 13: Alguien que me escuche

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Tao había llegado a una ciudad en la que el caos era brutal. Había huido de su ciudad separándose de su familia y ahora vagaba por ahí como un alma en pena.

Recorría los barrios despacio, arrastrando sus pies mientras lloraba pues no podía sacar de su cabeza su pasado. Aún escuchaba las voces de su padre, su madre, los niños que se habían convertido en hermanos... su familia.

La gente lo veía pasar pero no parecía importarle a nadie. Algún que otra persona escuchaba su historia, su conmovedora historia sobre como lo había dado todo por sus hermanos pero, al cometer un fallo que le pudo costar la vida, él no pudo salvarlos y los abandonó, y cuando escuchaban la historia algunos lo llamaban traidor pues él dijo que nunca los iba a abandonar porque era su familia pero, los que apoyaban a Tao comprendieron que su vida era necesaria pues ellos eran personas normales, sin dinero, y que si no moría él, iban a morir ellos. Le decían que tenía suerte de seguir vivo. Tao les dijo que "fue un milagro que el tiempo se parara" porque obviamente no les iba a explicar que lo hizo él. Para animarlo, le decían que seguro que su familia se encontraba bien y que de esta forma, ambos estaban vivos.

Pero aquellos que escuchaban su pasado, eran solo eso, oyentes. Tao se sentía solo pues había perdido todo lo que él tenía.

Tras caminar y caminar por ahí, cayó la noche y se tumbó en el banco de un parque en el que apenas pasaba gente y habían casas muy grandes. "Seguro que la gente que vivía en ellas tiene mucho dinero" - Pensó Tao. Y no se equivocó, era uno de los barrios lujosos de la ciudad.Las casas eran antiguas y algunas estaban mejor pintadas que otras que tenían las fachadas algo descuidadas.

Cuando Tao despertó al día siguiente, fué a caminar por las calles de ese barrio para pedir a la gente que pasaba pero nadie le daba nada. En ese momento, de una de las casas salía un chico.
Tao fue corriendo hasta él y le pidió dinero entre lágrimas.
- ¿No tienes a donde ir? ¿Estas solo? - le preguntó el chico.
Tao asintió y le contó brevemente su historia.
Y el chico la comprendió.
- Quedate conmigo. Voy a comprar algo para comer, acompañame y ahora vemos que hacemos. ¿Esta bien?
Tao asintió de nuevo. Al hablar de comida, su estómago rugió.
El chico lo escuchó y le dijo:
- Amigo, ¿desde hace cuanto que no comes?
Tao se encogió de hombros y negó con la cabeza.
- No tengo ni idea. La gente aqui es diferente a ti, muchos han escuchado mi historia con mas detalles de los que te he contado a ti, pero tu sin embargo me ayudas.
- Bueno, es porque ahora vivo aqui pero no siempre estuve viviendo aquí.
-Entiendo. - Dijo Tao.
Cuando llegaron a la tienda, Tao entró y se quedó en la puerta mientras que su nuevo amigo, la persona que parecía dispuesta a ayudarle, compraba la comida.
Al terminar salieron y en el trayecto de regreso a casa, Tao vio a unos niños jugando al fútbol en un parque y no pudo evitar pensar en sus hermanos. Las lágrimas recorrían su rostro de nuevo.
El chico que había seguido caminando, se paró unos metros mas adelante y observó la escena.
- Vamos, pensar en ello no te va a devolver a tu familia, debes actuar e intentar encontrarlos.
- Es imposible - Apenas se le podía entender porque hablaba entre sollozos - Estoy solo y ellos a saber en que parte del planeta estarán.
- Oye, no estas solo, yo estoy aqui. Te ayudaré a encontrarlos si quieres.
Tao se le quedó mirando, no sabía si confiar en tanta bondad pero, se trataba de su familia y este chico lo había tratado mejor que los demás.
- Muchas gracias. -Dijo Tao secándose las lagrimas con las mangas de su camisa.- ¿Puedo saber tu nombre? Tu ya sabes el mio.
- ¿Mi nombre? Ah si, cierto, no te lo he dicho...Mi nombre es Xiumin. Y a partir de ahora voy a ser tu mejor amigo.
Y Xiumin sonrió a Tao, y este fué corriendo a abrazarlo.
Cuando llevaban ya unos segundos largos, abrazados, Xiumin interrumpió el momento.
- Oye, ¿No crees que deberíamos ir a preparar ya la comida? - Tao no dijo nada pero su estómago lo dijo todo - Venga, vamos.
Y juntos se fueron a casa de Xiumin, a vivir nuevas vidas en busca de su pasado. El cambio que Xiumin esperaba estaba sucediendo. Ya había sustituido la Antartida por Argentina y a los pingüinos por Tao, pero aun no se sentía del todo satisfecho, fuera lo que fuera, lo que necesitaba llegaría y de eso Xiumin estaba seguro.
Tao en cambio, comió como un animal esa noche, y su estado de ánimo subió muchisimo. Ahora no solo estaba acompañado de alguien que era su mejor amigo, sino que además, este le iba a ayudar a encontrar a su familia. ¿Que mas podía pedir?

 ¿Que mas podía pedir?

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Sobredosis. (Overdose) | EXO FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora